Lanzamiento de suministros culmina en la muerte de soldados estadounidenses
y afganos y de numerosos civiles
Mustafa Saber Asia Times Online 13 de noviembre de 2009
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Informes contradictorios sobre muertos y heridos de fuerzas afganas y
occidentales y de testigos presenciales han llevado a un cuadro confuso sobre un
lanzamiento de suministros militares estadounidenses que parece haber ido
desastrosamente mal.
Según se informa, hasta 25 miembros del personal militar estadounidense y
afgano, y tal vez hasta 14 civiles fueron muertos o heridos este mes en un
incidente en el distrito Bala Murghab, un área llena de insurgentes en la punta
noroeste de la provincia Badghis en la frontera con Turkmenistán.
El 4 de noviembre, un lanzamiento de suministros de los militares de EE.UU.
destinado a soldados en el terreno, cayó en el río Murghab River, una masa de
agua rápida y traicionera, y los soldados trataron de recuperarlos. Según la
Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF), dos
paracaidistas de la 82 División Aerotransportada han desaparecido después del
lanzamiento y se ha iniciado la búsqueda.
Testigos locales dijeron que cinco hombres entraron al agua y que sólo uno
salió vivo. Dijeron que fueron recuperados los cuerpos de dos, pero que los
otros dos han desaparecido.
“No tengo confirmación de que haya habido otros involucrados,” dijo el
teniente coronel
Todd Vician de la oficina de medios del Comando Conjunto de la ISAF.
Inicialmente, los talibanes afirmaron que tenían dos cuerpos, pero informes
ulteriores citaron al portavoz de los insurgentes, Zabiullah Mujahed, quien
desmintió que fuera así.
Según gente del lugar, las cosas anduvieron mal mientras buscaban los
cuerpos.
Residentes de Takht-e-Bazaar en el distrito Bala Murghab dicen que un
helicóptero que llevaba comandos estadounidenses junto con soldados afganos
aterrizó en su área el 6 de noviembre. Según testigos presenciales, los comandos
comenzaron a disparar indiscriminadamente en cuanto abandonaron la nave.
“No parecían detenerse para ver quién es civil, quién es talibán, quien iba
armado, quién es empleado del gobierno,” dijo Haji Mohammad Ismail, un anciano
tribal en Takht-e-Bazaar. “Estaban tan furiosos, tan descontrolados, que incluso
dispararon a fuerzas militares afganas.”
Los civiles atrapados en el fuego cruzado incluían a un anciano y a su hijo,
dijo Abdul Satar, de 42 años, un comerciante quien dijo que los dos eran su tío
y su primo.
“Mi tío era un hombre enfermo, apenas se podía mover,” dijo Abdul Satar,
estremecido por la cólera. “Esos tiranos estadounidenses le dispararon a él y a
su hijo. No voy a olvidar ese crimen mientras viva. Eran sólo comerciantes, no
eran talibanes. No tenían conexiones con ningún grupo.”
Según el general Jalandarshah Behnam, comandante del 207 Cuerpo Zafar en
Afganistán occidental, la operación de búsqueda fue realizada en conjunto por
fuerzas especiales de EE.UU. y uno de sus batallones de comandos, quienes
después fueron víctimas de fuego amigo.
“Varios soldados afganos y extranjeros buscaban a los soldados desaparecidos
que se ahogaron hace algunos días en el río Murghab River," dijo. “Cayeron por
error bajo ataque aéreo de fuerzas de EE.UU.”
Según el general Behnam, siete soldados estadounidenses murieron en el ataque
aéreo, junto con dos soldados del Ejército Nacional Afgano (ANA) y tres miembros
de la Policía Nacional Afgana. También murió un traductor afgano. Además fueron
heridos 12 soldados del ANA y un policía, y la condición de varios de ellos es
crítica.
Residentes de Takht-e-Bazaar dicen que el ataque aéreo también mató a hasta
14 civiles y destruyó ocho complejos residenciales.
“Puedo decirle los vecindarios exactos donde cayeron las bombas,” dijo Haji
Ismail: "Post-e-Dahana, Khasa, Rood-e-Poyin y Taraaz. Murieron por lo menos 10
civiles, y muchos podrían morir por sus heridas. He asistido a funerales.”
El general no dio información alguna sobre bajas civiles.
El mayor Abdul Jabar, jefe adjunto de policía en Badghis, confirmó las cifras
de Behnam sobre los muertos entre el personal estadounidense y afgano.
Pero la ISAF da otras cifras. “No hubo muertos entre los miembros de las
fuerzas armadas de EE.UU. en la operación,” dijo Vician. “Cinco fueron heridos,
como señala nuestro comunicado de prensa.”
La declaración de la ISAF también menciona siete muertos de las fuerzas de
seguridad afganas – cuatro soldados y tres policías. ISAF dijo que 15 soldados y
dos policías fueron heridos, mientras un civil afgano que trabajaba con el
ejército afgano fue muerto y otro herido.
Según Vician, la ISAF investiga la posibilidad de que el personal militar
haya sido muerto por fuego amigo.
“Todavía estamos considerando informes sobre víctimas civiles,” dijo Vician.
“Por desgracia esta operación continúa y estamos limitados en la información que
podemos suministrar al público.”
El tema de las bajas entre civiles es explosivo en Afganistán, donde
numerosos incidentes durante los últimos ocho años han enardecido a la opinión
pública contra la presencia militar extranjera, provocado manifestaciones, y
facilitado la tarea de reclutamiento de los talibanes.
El general Stanley McChrystal, máximo comandante de EE.UU. en Afganistán y
jefe de las tropas de la ISAF, ha pedido una estrategia modificada que subraye
la protección de civiles.
“El mayor riesgo que podemos aceptar es la pérdida del apoyo de la gente,”
dijo McChrystal al programa 60 Minutes de CBS en septiembre. “Si la gente
nos ve como ocupantes y como su enemigo, no podemos tener éxito.”
Pero incluso en los pocos meses desde que se formuló esta nueva estrategia,
varios incidentes han provocado la cólera afgana contra los militares
extranjeros. Un ataque aéreo pedido por las fuerzas alemanas en Kunduz en
septiembre mató a hasta 70 civiles; residentes en Helmand dicen que nueve
insurgentes atacados por un cohete de la ISAF el 4 de noviembre eran, en
realidad, una familia de agricultores. Las fuerzas británicas dicen que estaban
colocando una bomba.
Un 50% de Bala Murghab está controlado por los insurgentes, dicen los
residentes, y los enfrentamientos son frecuentes. En julio, el gobierno central
firmó un acuerdo de cese al fuego con los talibanes en Badghis, pero no ha sido
respetado en su totalidad.
Gran parte del incidente de Bala Murghab sigue confuso - la cantidad exacta
de víctimas, si participaron insurgentes y qué provocó el ataque aéreo.
Pero para los residentes que han perdido miembros de sus familias y sus
casas, la realidad es suficientemente lúgubre.
“Mucha gente ha sido desplazada,” dijo Abdul Shukur, alcalde de Bala Murghab.
“Sus casas han sido destruidas y están acampando en las montañas.”
………
Mustafa Saber es periodista, capacitado por IWPR y basado en Herat,
Afganistán.
(Este artículo apareció originalmente en Institute for War and Peace
Reporting.)
Fuente: http://www.atimes.com/atimes/South_Asia/KK13Df05.html
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