Informe: Administración de Obama ya no prevé utilizar una orden ejecutiva para cerrar Guantánamo
Sin una acción ejecutiva, las posibilidades de cerrar la prisión dependerían de Congreso.
Jeff Mason/Reuters
13 de junio de 2016
Traducido del inglés para El Mundo no Puede Esperar 23 de junio de 2016
El Gobierno estadounidense no prevé utilizar una orden ejecutiva para
lograr el cierre del centro de detención de la Base Naval de Guantánamo (Cuba)
por considerar que no sería una estrategia viable, según han informado fuentes
conocedoras de las deliberaciones.
La conclusión, a la que han llegado varios altos cargos del Gobierno,
estrecha el margen de acción del presidente estadounidense, Barack Obama, para
poder cumplir su promesa de cerrar el centro de detención antes de que termine
su mandato.
La Casa Blanca ha asegurado en varias ocasiones que Obama no ha descartado
ninguna opción sobre Guantánamo, donde han estado detenidos sospechosos de
terrorismo desde que fue creado el penal tras los atentados del 11 de
septiembre de 2001.
Obama ha mostrado su voluntad de cumplir la promesa de cerrar Guantánamo que hizo en la campaña de 2008 y
todavía podría utilizar sus competencias como jefe supremo de las Fuerzas
Armadas aunque esa opción no se está discutiendo, según las fuentes consultadas.
Sin una orden ejecutiva, las posibilidades de cerrar la prisión pasarían por convencer a un Congreso con
mayoría republicana para revocar una prohibición que impide llevar a cárceles
de máxima seguridad en territorio estadounidense a los presos de Guantánamo.
Abogados de la Casa Blanca y otros altos cargos han estado estudiando la opción de sortear la prohibición
pero no han logrado fijar una posición con suficiente fuerza legal o un
discurso político efectivo en un año en el que se elige al próximo presidente estadounidenses.
"Simplemente parece demasiado difícil superar todos los obstáculos que necesitarían superar y el
nivel de apoyo que se conseguirá es demasiado bajo para una polémica así,
particularmente en una época sensible por el periodo electoral", ha
señalado una de las fuentes consultadas.
Los republicanos, que controlan el Congreso, se oponen a llevar a prisiones de Estados Unidos a los reos de
Guantánamo y han rechazado trasladarlos a otros países por el temor a que se
reincorporen a la actividad terrorista, por lo que han prometido que actuarán
en los tribunales si Obama aprueba una orden ejecutiva.
En su pico, la prisión en la base naval estadounidense en Cuba albergaba cerca de 800 prisioneros, convirtiéndose en un
símbolo de los excesos de la “guerra contra el terrorismo” y sinónimo de la crítica
de la detención sin juicio y las acusaciones de tortura. Obama ha llamado una
contratación herramienta para los terroristas.
Opciones limitadas
El número de detenidos en Guantánamo se ha reducido a solo 80 en la actualidad, la menor cifra desde que
abrió el penal.
La administración está centrado en reducir el número de detenidos en la prisión a un número tan bajo, quizás 20, que el
costo de mantener abierta la prisión pueda terminar siendo inaceptable para el
Congreso. Los legisladores republicanos permanecen sin cambiar su
posición.
La prisión de Guantánamo y las comisiones militares que procesan a los detenidos allí costaron 445 millones de
dólares (unos 395 millones de euros) en el ejercicio fiscal de 2015, lo que
supone más de 5,5 millones de dólares al año por cada uno de los 80 reclusos.
A treinta personas que siguen detenidas en Guantánamo se les ha aprobado su transferencia a países extranjeros y el
Departamento de Estado dice que transferirá a todos ellos este verano. Los restantes
incluyen a 10 que las comisiones militares están procesando, y otros detenidos
considerados demasiado peligrosos para ser liberados o transferidos.
“El objetivo de la administración es trabajar con el Congreso para encontrar una solución para el cierre de Guantánamo”,
dijo Myles Caggins, un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
Dijo que el gobierno había hecho “avances sustanciales” en trasladar a los presos a países extranjeros y está trabajando
para identificar a más países para hacer transferencias adicionales. Agregó
que se ha acelerado las evisiones para determinar si ciertos prisioneros deberían
permanecer detenidos para evitar cualquiera amenaza a la seguridad de Estados
Unidos, y que ese proceso se completará en los próximos meses.
Obama, que en su primer día en el cargo ordenó cerrar la prisión dentro de un año, ofreció al Congreso su plan más reciente para
cerrarlo en febrero, pero éste no ha ganado fuerza.
Una fuente dijo que la Casa Blanca no ha descartado públicamente la opción de una orden ejecutiva, en parte para mantener presión
sobre el Pentágono para transferir a los presos que han sido habilitados para su
liberación a otros países.
“Si al final el Congreso... dice ‘no’ al plan del presidente y la opción de una orden ejecutiva no está sobre la mesa, existe
cierta preocupación de que todo podría llegar a un punto muerto,” dijo la
fuente familiarizada con las discusiones en la Casa Blanca.
Gregory Craig, que sirvió como el primer abogado para la Casa Blanca de Obama, dijo que sin una orden ejecutiva, Obama
probablemente necesite la cooperación del Congreso para cerrar la prisión.
“Creo que las probabilidades le presentarán un gran reto”, dijo Craig.
(Reporte de Jeff Mason, editado por Stuart Grudgings)
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