Vecinos de Carolina del Norte se movilizan para enfrentarse
a la CIA por su programa de torturas
Entre 2001 y 2004 la CIA llevó a cabo el 80% de sus vuelos de entrega desde dos pequeños aeropuertos de Carolina del Norte
Activistas de la zona se han organizado para protestar contra el programa de torturas de la agencia, en el
que trabajaban sus propios vecinos
Larry Siems - Raleigh, Carolina del Norte
eldiario.es/The Guardian
31 de enero de 2018

Dos soldados trasladan a un detenido en un campo de prisioneros de Guantánamo WIKIMEDIA |
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Un año después de ser puesto en libertad de su cautiverio en Guantánamo, Binyam Mohamed recibió una carta de Christina
Cowger, una investigadora agrícola de Carolina del Norte, que incluía una
petición de disculpa firmada por casi 800 visitantes a la Feria Estatal de Carolina del Norte.
Cowger reconoce que fue "un pequeño gesto", pero su carta de 2010 llegó con
una promesa. La organización Stop Torture Now ("Parad
la tortura ya") de Carolina del Norte, cofundada por Cowger, había llevado
a cabo protestas, peticiones y campañas legislativas con el objetivo de que se
realizara una investigación oficial a una empresa turbia que gestiona vuelos desde
el aeropuerto local.
La compañía, Aero Contractors, era la empresa fantasma de la CIA que operaba los
aviones Gulfstream que llevaron a Mohamed hasta una cárcel secreta en Marruecos
para ser torturado.
Aunque pocas autoridades gubernamentales apoyaban una investigación así, el grupo se
comprometió a "trabajar por una transparencia real y por la
responsabilidad de EEUU por los crímenes cometidos contra ti y otros
supervivientes", explica Cowger en la carta.
Comisión de ciudadanos
Siete años más tarde, Cowger se sentó en la primera fila de una sala de audiencias
improvisada en el Palacio de Congresos de Raleigh como uno de los 11
inspectores voluntarios de la Comisión de Investigación sobre Tortura de
Carolina del Norte que, como lo describe Cowger, "subieron la
apuesta" de su promesa.
Durante dos días, esta "comisión de ciudadanos en busca de la verdad" citó a
20 testigos para testificar sobre el daño realizado por las operaciones de entrega de Aero.
Uno de los testigos era Mohamedou Ould Slahi, cuyo Diario de Guantánamo empieza con la narración de cómo fue desnudado, obligado a llevar
pañales y esposado a bordo del jet Gulfstream de Aero en Amán, Jordania, en julio de 2002.

Mohamedou Ould Slahi. Imagen cedida. |
En videoconferencia por Skype desde su país natal, Mauritania, Slahi respondió a
preguntas de un comité en el que se encontraba un antiguo fiscal jefe de
un tribunal de crímenes de guerra, un militar que participó en las
guerras de Afganistán e Irak, un pastor baptista y un asistente social local.
Los inspectores se preguntaron cómo impulsar un proceso de responsabilidad
rechazado por las autoridades electas, una pregunta con la que los ciudadanos
de Carolina del Norte ya han luchado anteriormente.
Problemas con la justicia en el pasado
En 1979, miembros del Ku Klux Klan y del partido nazi americano abrieron fuego
contra una concentración anti-Ku Klux Klan en Greensboro y mataron a cinco
personas. Los juicios estatales y federales concluyeron con la absolución, y
una demanda civil suscitó más preguntas que respuestas sobre las acciones de
las autoridades de la ciudad y de la policía durante el acto.
Veinte años después de aquellas muertes, un grupo de la población pidió una
investigación independiente y la Comisión por la Verdad y la Reconciliación de
Greensboro, liderada por ciudadanos, publicó un informe sobre el episodio que
delineaba el que denominó el "camino hacia delante" para la ciudad.
Ahora, la Comisión de Investigación sobre Tortura de Carolina del Norte aspira
encontrar una forma de avanzar desde uno de los episodios más oscuros de los
EEUU del siglo XXI: la operación global para secuestrar, interrogar y torturar
a sospechosos de terrorismo que Aero Contractors facilitó desde el aeropuerto
del condado de Johnston, una infraestructura rústica con una única pista de
aterrizaje a unos 50 kilómetros al sur de Raleigh.
Allyson Caison, agente inmobiliaria local, oyó hablar por primera vez en 1996 alrededor
de una fogata con los boy scouts sobre que la CIA tenía
"una pequeña misión secreta" en el aeropuerto. El tema volvió a salir
a principios de los 2000, cuando un familiar, piloto recreativo, se maravilló
ante la vanguardista pista de aterrizaje.
Caison no sabía que la "pequeña operación" organizada por un antiguo piloto
de Air America hace años en un triste hangar adentrado en el pinar empleaba a
más de 120 personas, o que el jet Gulfstream que solía oír despegar y aterrizar
era una de las arañas más prolíficas en lo que el Consejo de Europa ha llamado
"telaraña tejida por todo el mundo" por las operaciones de entrega, detención e
interrogación de la CIA.
Activismo entre vecinos
En abril de 2005, el New York Times publicó un artículo
titulado La CIA incrementa la batalla del terror disfrazada de vuelos fletados
que destapó los vuelos de entrega de Aero. Más tarde, durante el mismo año, 40 activistas por la paz de San Luis se unieron a
Christina Cowger y otros residentes locales para protestar contra el papel de
la compañía en el programa de torturas de la CIA.
Un grupo desplegó pancartas que decían "Taxi de la tortura" por todo el
perímetro del aeropuerto. Otro grupo fue arrestado por entrar ilegalmente cerca
del hangar de Aero. Caison, que fue reclutada por los voluntarios locales por
su conocimiento inmobiliario de la geografía y las direcciones locales, ayudó a
entregar "acusaciones ciudadanas" a muchos de sus vecinos.
"Resultó que conocía bien a dos de los tres directores de Aero", dijo Caison
durante una visita por el aeropuerto el día anterior a que tuvieran lugar las
audiencias de la comisión. "Era gente de negocios destacada y respetada en
nuestra comunidad. Sus hijos y los míos eran compañeros de clase. Les hacía
casitas con galletas de jengibre en Navidad".
De 2001 a 2004 el jet Gulfstream de Aero, operado bajo el código de cola N379P, y
un segundo avión de mayor tamaño, un Boeing 737 que Aero estacionaba en
aeropuerto regional de Kinston en el cercano condado de Lenoir, llevaron a cabo
montones de misiones de entrega. En conjunto, el 80% de todas las entregas de
la CIA durante aquellos años, aterrizando más de 800 veces en países de
toda Europa, Oriente Medio y Norte de África. El Gulfstream entraba y salía tan
a menudo de Guantánamo que se ganó el apodo de "el expreso de Guantánamo".

Mapa de los países que participaron en el programa de detenciones y retenciones
ilegales de sospechosos de terrorismo yihadista según el programa de la
CIA OPENSOCIETYFOUNDATIONS.ORG |
Conducir con Caison por la zona del aeropuerto da una idea del valor necesario para
llevar a cabo este tipo de activismo de vecino a vecino. En la nueva y
reluciente terminal del aeropuerto del condado de Johnston, el joven director
del aeropuerto la recibe con un apretón de manos cauteloso y una disculpa
cordial por no poder asistir a las audiencias de la comisión.
Un poco más abajo, en la puerta automática blindada recientemente que bloquea el
acceso al hangar de Aero, ya no hay pretensiones de hospitalidad. Era la hora
del almuerzo y una cola de coches esperaba en la puerta. Todos aminoraban la
marcha al ver el coche de Caison. Uno de los conductores soltó una mirada
asesina y casi dobla los espejos retrovisores al pasar muy de cerca.
"De verdad creo que hemos cambiado la mentalidad y el corazón de alguno por aquí.
La gente es discreta por los largos tentáculos de Aero en la zona. Pero hemos
sido persistentes. Es la fuerza de nuestro pequeño grupo. Hemos logrado bastante".
Los logros del activismo
El grupo de Parad la Tortura Ya ha dejado huella en los últimos 10 años. Las actas
recién publicadas de una reunión a puerta cerrada de 2007 de la autoridad del
aeropuerto de Kinston, donde Aero tenía su avión más grande, el 737, confirman
que Aero vendió el hangar en esa instalación aquel año.
Cuando un miembro del consejo de administración del aeropuerto preguntó al director
ejecutivo por qué se iba la compañía, el director "explicó que Aero
Contractors no había tenido la nave en el hangar durante muchos meses por la
publicidad negativa que estaban teniendo por parte de Parad la Tortura Ya".
La campaña tuvo éxito a nivel estatal pero también en Washington. En Raleigh, el
grupo presionó al gobernador y al fiscal general del Estado a abrir una
investigación criminal sobre las operaciones de entrega de Aero. Al
responderles que el Estado no tenía jurisdicción sobre el caso, el grupo formó una
red de apoyo mayor por medio de iglesias para presionar para que la legislación
contemplara como crímenes estatales el participar en los secuestros,
desapariciones forzosas y torturas de la CIA.
El proyecto de ley se estancó dos veces en el comité pero atrajo a 12
copatrocinadores de ambos partidos y llevó ante las comunidades religiosas
de todo el Estado la cuestión de los vuelos de traslado para tortura.
También se ha atribuido a la presión haber ayudado a persuadir al senador Richard Burr,
entonces el senador de más alto rango en el comité de Inteligencia del Senado,
para que votara a favor de desclasificar el documento de síntesis del informe
del Senado en 2014 sobre el programa de tortura de la CIA.
Aunque el informe sólo abordaba el trato de los prisioneros en los centros clandestinos de detención de la CIA por el mundo, su publicación dio esperanza
a una mayor responsabilidad sobre las operaciones de entrega y para interrogar a los sospechosos.
Burr, actual ;presidente del comité de Inteligencia del Senado, ha dejado claro
que no tendrá lugar ningún reconocimiento oficial más de las violaciones de
derechos humanos posteriores al 11-S, y ha buscado recuperar y destruir todas
las copias del informe del Senado que siguen estando clasificadas.
Rendir cuentas
Para los voluntarios de la Comisión de Investigación sobre Tortura de Carolina del
Norte, es aquí donde comienza su responsabilidad.
"Sin ninguna toma de responsabilidad significativa por parte de líderes
gubernamentales, nos toca a los ciudadanos mantener vivo este tema",
explica en un descanso entre audiencias la codirectora de la comisión Jennifer
Daskal, profesora de derecho en la Universidad Americana.
"No tenemos el poder para procesar, pero podemos ofrecer una explicación de lo que
ocurrió, y de los costes, para evitar que esto vuelva a ocurrir".
"Creo en rendir cuentas. Yo he rendido cuentas", dice David Crane, que fue el
fiscal jefe fundacional del tribunal internacional que procesó al presidente de
Liberia Charles Taylor por crímenes de guerra y que vive en las Grandes
Montañas Humeantes de Carolina del Norte.
"La tortura es un tema claro: no se tortura. El pueblo americano tiene que conocer
la cruda realidad, y muchos de los hechos están aquí en Carolina del
Norte".
La comisión invitó a Aero Contractor a dar su testimonio en las audiencias, pero
no recibió respuesta. Las invitaciones al gobernador, al fiscal general y a
muchas autoridades del condado de Johnston también quedaron sin respuesta.
Llamadas al administrador y al comisario del condado pidiendo un comentario
sobre las audiencias y las operaciones de Aero no fueron devueltas.
La Comisión de Investigación sobre Tortura de Carolina del Norte recopilará
pruebas a lo largo de la primavera, presionando para que se publiquen los
registros públicos de autoridades estatales y del condado, y reuniendo
investigaciones y testimonios sobre los últimos daños infligidos por los vuelos
de entrega de Aero. La comisión planea publicar su informe final este verano.
Para Allyson Caison y Christina Cowger, el informe será añadido a un registro oficial de las entregas de la CIA que hasta
ahora sólo han sido recopiladas y reconocidas oficialmente fuera de Estados Unidos.
"Como persona de fe, tengo que estar involucrada en esto", dijo Caison a la
comisión casi al final de la audiencia. "Como madre de dos niños, me
gustaría pensar que si mis hijos son secuestrados, entregados y torturados,
habrá una madre como yo al otro lado, intentando poner fin a una injusticia que
comienza en su barrio".
Para Cowger, la prioridad ahora es abordar la salud física y psicológica de los que
sobrevivieron a los vuelos de entrega de Aero –un proceso que incluye "reconocimiento,
una disculpa sincera y algún tipo de compensación"–.
"La comisión demuestra con su propia existencia que no estamos siendo
inútiles", concluye Cowger.
Traducido por Marina Leiva
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