Assange: La historia no contada de una épica lucha por la justicia.
John Pilger
telesurtv
3 de agosto de 2015
Julian Assange | Foto: Reuters
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Esta es una versión actualizada de la investigación
de John Pilger del 2014 donde cuenta la historia no dicha de una
campaña implacable, tanto en Suecia como en los EEUU, para negar
a Julian Assange justicia y silenciar a WikiLeaks: una
campaña que ahora está alcanzando una etapa peligrosa.
El asedio de Knightsbridge es tanto un emblema de gran
injusticia como una farsa agotadora. Durante tres años, un cordón policial
alrededor de la embajada de Ecuador en Londres ha servido nada más para hacer
alarde del poder del Estado y ha costado £ 12 millones. La causa es un
ciudadano australiano que no ha sido acusado de ningún crimen, un refugiado
cuya única seguridad es un cuarto dado por un país valiente de América del Sur.
Su "delito" es haber iniciado una ola para decir la verdad en una era
de mentira, cinismo y guerra.
La persecución de Julian Assange está a
punto de estallar de nuevo, ya que entra en una etapa peligrosa. Desde el 20 de
agosto, tres cuartas partes de los casos de la fiscalía sueca contra Assange en
relación con la conducta sexual inapropiada en el 2010, prescribirán. Al mismo
tiempo, la obsesión de Washington con Assange y WikiLeaks se ha intensificado.
De hecho, es el poder estadounidense vengativo lo que representa la mayor
amenaza - como Chelsea Manning y los que siguen recluidos en Guantánamo pueden dar fe.
Los estadounidenses están persiguiendo a Assange debido a que WikiLeaks expuso sus épicos crímenes en Afganistán e
Irak: el asesinato al por mayor de decenas de miles de civiles que fueron
encubiertos, y su desprecio por la soberanía y el derecho internacional, como
lo demuestran vívidamente sus cables diplomáticos filtrados. WikiLeaks continúa
exponiendo la actividad criminal de los EE.UU., publicó recientemente las
intercepciones telefónicas privadas a los presidentes de Francia y Alemania y
otros altos funcionarios en relación con asuntos políticos y económicos
europeos internos.
Nada de esto es ilegal de acuerdo con la Constitución de
los EE.UU. Como candidato presidencial en el 2008, Barack Obama, un profesor de
derecho constitucional, alabó a los denunciantes como "parte de una
democracia sana [y] a los que se debe proteger de cualquier tipo de
represalias". En el 2012, la campaña del re-electo presidente Barack Obama
se jactó en su sitio web de haber procesado a más denunciantes en su primer
mandato que todos los otros presidentes de Estados Unidos juntos. Antes
inclusive que Chelsea Manning haya ido a juicio, Obama había pronunciado que el
denunciante es culpable. Posteriormente, Manning fue condenado a 35 años de
prisión, después de haber sido torturado durante su larga detención preventiva.
Pocos dudan de que si los EE.UU. llegan a
tener en sus manos a Assange, un destino similar le espera. Las amenazas de captura
y asesinato a Assange se convirtieron en la moneda de los extremos políticos en
EE.UU. después de la absurda calumnia del vicepresidente Joe Biden
diciendo que el fundador de WikiLeaks era un "ciber-terrorista".
Aquellos que dudan el grado de crueldad que espera a Assange, deben recordar el
aterrizaje forzoso del que fue objeto el avión del presidente de Bolivia en el
2013 - cuando erróneamente creyeron que llevaba a Edward Snowden.
Según los documentos publicados por Snowden, Assange se
encuentra en una "lista de objetivos de caza". La apuesta de
Washington para su captura, dicen cables diplomáticos australianos, no tiene
"precedentes en escala ni en naturaleza". En Alexandria, Virginia, un
gran jurado secreto ha pasado cinco años tratando de inventar un delito por el
que Assange pueda ser procesado. No es fácil. La Primera Enmienda de la
Constitución de Estados Unidos protege a editores, periodistas y denunciantes.
Ante este obstáculo constitucional, el
Departamento de Justicia de Estados Unidos ha inventado cargos de
"espionaje", "conspiración para cometer espionaje",
"conversión" (robo de propiedad del Gobierno), “fraude informático y
abuso" (piratería informática) y "conspiración" general. La Ley
de Espionaje tiene disposiciones de prisión de por vida y pena de muerte.
La capacidad de Assange para defenderse en este mundo
kafkiano ha sido perjudicada por los EE.UU. al declarar su caso como secreto de
Estado. En marzo, un tribunal federal en Washington bloqueó la liberación de
toda la información sobre la investigación de "seguridad nacional"
contra WikiLeaks, porque estaba "activa y permanente" y podía
perjudicar la "acusación pendiente" de Assange. La jueza, Barbara J.
Rosthstein dijo que era necesario mostrar "deferencia apropiada con el
ejecutivo en materia de seguridad nacional". Esa es la clase de
"justicia” de un tribunal ilegal.
El actor de apoyo en esta sombría farsa es Suecia,
interpretado por la fiscal sueca Marianne Ny. Hasta hace poco Ny se negó a
cumplir con un procedimiento de rutina europeo que la obligaba a viajar a
Londres para interrogar a Assange y así avanzar en el caso. Por cuatro años y
medio, Ny nunca ha explicado adecuadamente por qué se ha negado a ir a Londres,
al igual que las autoridades suecas no han explicado por qué se niegan a dar a
Assange una garantía de que no lo van a extraditar a los EE.UU. bajo un
arreglos secreto acordado entre Estocolmo y Washington. En diciembre del 2010, The
Independent reveló que los dos gobiernos habían discutido su extradición
hacia los EE.UU.
Contrariamente a su reputación de la década
de 1960 como un bastión liberal, Suecia se ha alineado tan cerca de Washington
que ha permitido "entregas" secretas de la CIA - incluyendo la
deportación ilegal de refugiados. La rendición y posterior tortura de dos
refugiados políticos egipcios en el 2001 fue condenado por el Comité de la ONU
contra la Tortura, Amnistía Internacional y Human Rights Watch; la complicidad
y la duplicidad del Estado sueco se documenta en un exitoso litigio civil y en
los cables de WikiLeaks. En el verano del 2010, Assange había volado a Suecia
para hablar de las revelaciones de WikiLeaks sobre la guerra en Afganistán - en
la que Suecia tenía fuerzas bajo mando estadounidense.
"Los documentos publicados por WikiLeaks desde que
Assange se trasladó a Inglaterra", escribió Al Burke, editor del periódico
en línea ‘Nórdic News Network’, una autoridad en los múltiples giros y peligros
que ha enfrentado Assange, "indican claramente que Suecia ha cedido
constantemente a la presión de los Estados Unidos en asuntos relacionados con
los derechos civiles. Hay muchas razones para preocuparse de que si Assange
fuese detenido por las autoridades suecas, podría ser entregado a Estados
Unidos sin la debida consideración de sus derechos legales".
¿Por qué la fiscal sueca no ha resuelto el caso Assange?
Muchos en la comunidad jurídica en Suecia creen que su comportamiento es
inexplicable. Una vez implacablemente hostil contra Assange, la prensa sueca ha
publicado titulares como: "Vayan a Londres, por amor de Dios".
Más claramente. ¿Por qué ella no permite que
el tribunal sueco tenga acceso a cientos de mensajes SMS que la policía
extrajo del teléfono de una de las dos mujeres que acusan a Assange de mala
conducta? ¿Por qué no se los entrega a los abogados suecos de Assange? Dice que
no está legalmente obligada a hacerlo hasta que exista una acusación formal y
ella lo haya interrogado. Entonces, ¿por qué no lo interroga? Y si lo
interrogara, las condiciones que ella exige, que sus abogados - no puedan re-preguntarle
– haría de la injusticia casi una certeza.
En un punto de la ley, el Tribunal Supremo de Suecia ha
decidido que Ny puede seguir presentando un obstáculo en la cuestión vital de
los mensajes SMS. Esto ahora pasará a la Corte Europea de Derechos Humanos. Lo
qué Ny teme es que los mensajes SMS destruyan su caso contra Assange. Uno de
los mensajes deja claro que una de las mujeres no quería presentar cargos
contra Assange, "pero la policía estaba interesada en conseguir algo
contra él". Ella estaba "conmocionada" cuando lo arrestaron
porque sólo "quería que le tomaran la prueba [del VIH]". Ella
"no quería acusar a JA de nada" y "fue la policía la que
presento los cargos". (En la declaración de un testigo, ella es citada
diciendo que había sido "engañada por la policía y otras personas a su alrededor")
Ninguna de las dos dijo que había sido violada. De hecho,
ambas han negado que fueron violadas y una de ellas inclusive ha twitteado:
"Yo no he sido violada". El hecho de que fueron manipuladas por la
policía y sus deseos ignorados es evidente – pese a lo que sus abogados puedan
decir ahora. Ciertamente, son víctimas de una saga que arruina la reputación de
la propia Suecia.
Para Assange, su único juicio ya ha sido
juzgado por los medios de comunicación. El 20 de agosto del 2010 la policía
sueca abrió una "investigación por violación" e inmediatamente - e
ilegalmente - dijeron a la prensa sensacionalista en Estocolmo que había una
orden de arresto contra Assange por la "violación de dos mujeres".
Esta fue la noticia que dio la vuelta al mundo.
En Washington, un sonriente secretario de Defensa
estadounidense, Robert Gates, dijo a la prensa que la detención de Assange
"suena como una buena noticia para mí". Las cuentas de Twitter
relacionadas con el Pentágono describían a Assange como un "violador"
y un "fugitivo".
Menos de 24 horas después, la Jefa Fiscal de Estocolmo,
Eva Finne, se hizo cargo de la investigación. Ella no perdió tiempo cancelando
la orden de detención, diciendo: "Yo no creo que haya alguna razón para
sospechar que se ha cometido una violación". Cuatro días más tarde
desestimó la investigación por violación por completo, diciendo: "No hay
ninguna sospecha de delito alguno". El caso fue cerrado.
Aquí entra Claes Borgstrom, un político de alto
perfil en el Partido Social Demócrata, entonces candidato en las inminentes
elecciones generales suecas. Pocos días después de la desestimación del caso
por parte de la Jefa Fiscal, Borgstrom, abogado, anunció a los medios que él
representaba a las dos mujeres y había buscado un fiscal diferente en la ciudad
de Gotemburgo. Este fiscal era Marianne Ny, a quien Borgstrom conocía bien,
personal y políticamente.
El 30 de agosto, Assange asistió voluntariamente a una estación de policía en Estocolmo y respondió a todas las
preguntas que se le hicieron. Él entendió que era el final del asunto. Dos días
más tarde, Ny anunció que volvía a abrir el caso. Un periodista sueco le
preguntó a Borgstrom porque reabrían el caso cuando ya había sido cerrado,
citando a una de las mujeres diciendo que ella no había sido violada. Él
respondió: "Ah, pero ella no es abogada". El abogado australiano de
Assange, James Catlin, respondió, "Esto es un hazmerreír... lo van
inventando a medida que avanzan".
Durante cinco semanas Assange esperó en Suecia que la nueva investigación siguiera su curso.
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En el día que Marianne Ny reactivó el caso,
el jefe del servicio de inteligencia militar de Suecia - que tiene las siglas
MUST - denunciaba públicamente a WikiLeaks en un artículo titulado
"WikiLeaks [es] una amenaza para nuestros soldados". Assange fue
advertido de que el servicio de inteligencia sueco, SAPO, había sido advertido
por su contraparte estadounidense que los acuerdos de inteligencia entre
Estados Unidos y Suecia se "cortaban" si Suecia daba albergue a
Assange.
Durante cinco semanas Assange esperó en Suecia que la
nueva investigación siguiera su curso. Para ese entonces The Guardian
estaba al borde de publicar los "Registros de la guerra" de Iraq,
basado en las revelaciones de WikiLeaks que Assange supervisaba. Su
abogado en Estocolmo pregunto a Ny si tenía alguna objeción a la salida de
Assange del país. Ella dijo que él era libre de irse.
Inexplicablemente, tan pronto como salió de
Suecia – coincidiendo con el alto interés público y de los medios de
comunicación por las revelaciones de WikiLeaks - Ny emitió una orden de
detención europea y una "alerta roja" de la Interpol, que normalmente
se utiliza para terroristas y criminales peligrosos. Que la hayan puesto en
cinco idiomas en todo el mundo, aseguró un frenesí de los medios.
Assange asistió a una estación de policía en Londres
donde fue arrestado y pasó diez días en la prisión de Wandsworth, en régimen de
aislamiento. Liberado después de pagar £ 340,000 de fianza, fue
etiquetado electrónicamente y tenía la obligación de reportarse a la policía
diariamente mientras era puesto bajo arresto domiciliario y su caso iniciaba su
largo viaje a la Corte Suprema. Él todavía no había sido acusado de ningún
delito. Sus abogados repitieron su ofrecimiento de que sea interrogado por Ny
en Londres, señalando que ella le había dado permiso para salir de Suecia.
Sugirieron un centro especial que Scotland Yard utiliza comúnmente para ese
propósito. Ella lo rechazó.
Katrin Axelsson y Lisa Longstaff de Mujeres Contra la
Violación escribieron: "Las acusaciones contra [Assange] son una cortina
de humo detrás de la cual varios gobiernos están tratando de tomar medidas
drásticas contra WikiLeaks por haber revelado audazmente al público su
planificación secreta de guerras y ocupaciones con sus consiguientes
violaciones, asesinatos y destrucción... Las autoridades se preocupan tan poco
acerca de la violencia contra las mujeres que manipulan las denuncias de
violación a voluntad. [Assange] ha dejado claro que está disponible para ser
interrogado por las autoridades suecas en Gran Bretaña o por Skype. ¿Porque se
le niega este paso esencial en su investigación? ¿De qué tienen miedo?"
Esta pregunta quedó sin respuesta mientras
Ny desplegó la orden de detención europea, un producto draconiano y ahora
desacreditado de la "guerra contra el terror" supuestamente diseñado
para atrapar terroristas y criminales organizados. La Orden de Detención
Europea había abolido la obligación de un Estado de proporcionar cualquier
evidencia de un crimen. Más de un millar de órdenes europeas se emiten cada
mes; Sólo unas pocas tienen que ver con posibles cargos de
"terrorismo". La mayoría se emiten por delitos triviales, tales como
gastos bancarios en mora y multas. Muchos de aquellos que son extraditados
tienen que estar meses en prisión sin ningún cargo. Han existido una serie de
errores judiciales, de los cuales los jueces británicos han sido muy críticos.
El caso Assange finalmente llegó a la Corte Suprema del
Reino Unido en mayo del 2012. Con una sentencia que confirmó la orden de
detención europea - cuyas rígidas demandas habían dejado a los tribunales casi
sin margen de maniobra - los jueces encontraron que los fiscales europeos
podían emitir órdenes de extradición en el Reino Unido sin ninguna supervisión
judicial, a pesar de que el Parlamento intentaba lo contrario. Dejaron en claro
que el Parlamento había sido "engañado" por el Gobierno de Blair. El
tribunal estuvo dividido, 5-2, y en consecuencia dictaminó contra Assange.
Sin embargo, el Presidente del Tribunal Supremo, Lord Phillips, cometió un error. Aplicó la Convención de Viena en la
interpretación del tratado, permitiendo la práctica del Estado de anular
la letra de ley. Como la abogada de Assange, Dinah Rose, QC, señaló, esto no se
aplica a la Orden de Detención Europea. El Tribunal Supremo sólo reconoció este
crucial error cuando trató otro recurso contra la Orden de Detención Europea en
noviembre del 2013. La decisión en el caso Assange había sido la equivocada,
pero ya era demasiado tarde para volver atrás. Con la extradición inminente, el
fiscal sueco dijo a los abogados de Assange que una vez en Suecia sería
colocado inmediatamente en uno de los infames centros de prisión preventiva de Suecia.
La elección de Assange fue dura: la extradición a un país
que se había negado a decir si le enviarían o no a los EEUU, o buscar lo
que parecía su última oportunidad de refugio y seguridad. Con el apoyo de la
mayor parte de América Latina, el valiente gobierno de Ecuador le concedió el
estatuto de refugiado, sobre la base de pruebas documentadas y asesoramiento
jurídico que se enfrentaba a la perspectiva de un castigo cruel e inusual en
los EEUU; que esta amenaza violaba sus derechos humanos básicos; y que su
propio gobierno de Australia le había abandonado en connivencia con Washington.
El gobierno laborista del primer ministro Julia Gillard, incluso había
amenazado con quitarle su pasaporte.
Gareth Peirce, la renombrada abogada de Derechos Humanos que representa a Assange en Londres, escribió al entonces
Ministro de Relaciones Exteriores de Australia, Kevin Rudd: "Teniendo en
cuenta el alcance de la discusión pública, con frecuencia sobre la base de
suposiciones falsas por completo... es muy difícil para JA intentar preservar
alguna presunción de inocencia. Sobre Assange se ciernen no una, sino dos
espadas de Damocles, la potencial extradición a dos jurisdicciones diferentes a
su vez por dos presuntos delitos diferentes, ninguno de los cuales son crímenes
en su propio país, y que su seguridad personal se ha puesto en riesgo por
circunstancias que tienen una alta carga política".
No fue hasta que se puso en contacto la Alta Comisión de
Australia en Londres que Peirce recibió una respuesta, la cual no respondió a
ninguno de los puntos urgentes. En una reunión a la que asistí con ella, el
Cónsul General australiano, Ken Pascoe, hizo la sorprendente afirmación de que
él sabía "sólo lo que he leído en los periódicos" sobre los detalles
del caso.
Mientras tanto, la posibilidad de un grotesco error
judicial se ahogó en una campaña injuriosa contra el fundador de WikiLeaks.
Ataques profundamente personales, mezquinos, crueles e inhumanos apuntaban a un
hombre que no había sido acusado de ningún delito aún y sometido a tratamiento
que ni siquiera se da a un acusado que enfrenta extradición por el delito de
asesinar a su esposa. Que la amenaza de Estados Unidos a Assange era una
amenaza para todos los periodistas y a la libertad de expresión, se perdió en
lo sórdido y lo ambicioso.
Libros fueron publicados, películas pactadas y carreras
de comunicación lanzadas o recibieron el pistoletazo de salida montadas en la
espalda de WikiLeaks y la suposición de que atacar a Assange era un juego justo
y que él era demasiado pobre para demandar. La gente ha hecho dinero, a menudo
grandes cantidades de dinero, mientras que WikiLeaks ha luchado para
sobrevivir. El editor de The Guardian, Alan Rusbridger, llamó a las
revelaciones de WikiLeaks, que publicó su periódico, "uno de los grandes
aciertos periodísticos de los últimos 30 años". Inclusive lo
convirtió en parte de su plan de marketing para elevar el precio de portada del
periódico.
Sin que ni un centavo vaya a Assange o WikiLeaks, un
publicitado libro del Guardián fue llevado a una lucrativa película de Hollywood.
Los autores del libro, Lucas Harding y David Leigh, describen a Assange como un
hombre de "personalidad dañada" y "cruel". También
revelaron la contraseña secreta que les había dado confidencialmente y que fue
diseñada para proteger un archivo digital que contenía los cables de la
embajada de Estados Unidos. Con Assange ahora atrapado en la embajada
ecuatoriana, Harding, de pie entre la policía se regodeó en su blog escribiendo
que "Scotland Yard puede tener la última palabra".
La injusticia que se cometió con Assange es una de las
razones para que el Parlamento haya reformado la Ley de extradición y prevenir
el mal uso de la Orden de Detención Europea. El cajón de sastre draconiano
utilizado contra él, no podría pasar ahora; los cargos tendrían que ser
presentados y el "cuestionamiento" sería insuficiente para la
extradición. "Su caso ha sido ganado, cerrado, y puesto en una
bóveda", Gareth Peirce me dijo, "estos cambios en la ley significa
que el Reino Unido reconoce ahora que todo lo que se argumentó en su caso era
lo correcto. Sin embargo, él no se beneficia". En otras palabras, el
cambio en la legislación del Reino Unido en el 2014 significa que Assange
habría ganado su caso y no se habría visto obligado a refugiarse.
La decisión de Ecuador de proteger a Assange
en el 2012 se convirtió en un importante asunto internacional. A pesar de que
la concesión de asilo es un acto humanitario, y el poder de hacerlo es
disfrutado por todos los Estados en virtud del derecho internacional, tanto
Suecia como el Reino Unido se negaron a reconocer la legitimidad de la decisión
ecuatoriana. Haciendo caso omiso del derecho internacional, el gobierno de
Cameron se negó a conceder un salvoconducto a Assange para que viaje a Ecuador.
En cambio, la embajada de Ecuador fue puesta en estado de sitio y su gobierno
recibió una serie de ultimátums. El Ministro de Asuntos Exteriores, William
Hague, amenazó con violar la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas,
advirtiendo que eliminaría la inviolabilidad diplomática de la embajada y
enviaría la policía a capturar a Assange, la indignación que sus declaraciones
causaron en todo el mundo obligó al gobierno a dar marcha atrás. Durante una
noche, la policía se asomó en las ventanas de la embajada en un claro intento de
intimidar a Assange y a sus protectores.
Desde entonces, Julian Assange se ha visto confinado a
una pequeña habitación bajo la protección del Ecuador, sin la luz del sol o el
espacio suficiente para hacer ejercicio, rodeado por la policía bajo órdenes de
arrestarlo a la vista. Durante tres años Ecuador ha dejado en claro a la fiscal
sueca que Assange está disponible para ser interrogado en la embajada de
Londres, y durante tres años ella se ha mantenido intransigente. En el mismo
período de tiempo, Suecia ha interrogado a cuarenta y cuatro personas en el
Reino Unido en relación con investigaciones policiales. Su papel, y el del
Estado sueco, son absolutamente políticos; y para Ny, que se jubila en dos
años, ella debe "ganar".
En su desesperación, Assange ha desafiado la
orden de detención en los tribunales suecos. Sus abogados han citado las
sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos señalando que ha estado
bajo detención arbitraria e indefinida y que ha sido prisionero virtual por más
tiempo que cualquier sentencia real de prisión que podía enfrentar. El juez del
Tribunal de Apelación estuvo de acuerdo con los abogados de Assange: de hecho,
el fiscal había incumplido su deber de mantener el caso en suspensión durante
años. Otro juez emitió una reprimenda a la fiscal. Sin embargo, ella desafió a
la corte.
En diciembre pasado, Assange llevó su caso ante el
Tribunal Supremo Sueco, que ordenó al jefe de Marianne Ny -el Fiscal General de
Suecia, Anders Perklev – dar explicaciones. Al día siguiente, Ny anunció, sin
explicación alguna, que había cambiado de opinión y que ahora interrogaría a
Assange en Londres. En su presentación ante el Tribunal Supremo, el Fiscal
General hizo algunas concesiones importantes: argumentaba que la coerción a
Assange había sido "intrusiva" y que el tiempo en la embajada ha sido
un "gran esfuerzo" para él. Incluso admitió que si el asunto hubiera
llegado a acusación, juicio, condena y a cumplir una condena en Suecia, Julian
Assange habría dejado Suecia hace ya mucho tiempo.
En una decisión dividida, un juez de la
Corte Suprema sostuvo que la orden de detención debía haber sido revocada. La
mayoría de los jueces dictaminó que, dado que el fiscal ya había dicho que iría
a Londres, los argumentos de Assange se habían convertido en "discutibles".
Sin embargo, el Tribunal de Justicia declaró que habría fallado contra el
fiscal si ella no hubiera cambiado de repente de idea. Justicia por capricho.
Escribiendo en la prensa sueca, un ex fiscal sueco, Rolf Hillegren, acusó a Ny
de perder toda imparcialidad. Él describió su inversión personal en el caso
como "anormal" y exigió que sea reemplazada.
Habiendo dicho que iba a ir a Londres en junio, Ny no
fue, pero envió un substituto, a sabiendas que el interrogatorio no sería legal
bajo esas circunstancias, debido especialmente a que Suecia no se había
molestado en obtener la aprobación del Ecuador para la reunión. Al mismo
tiempo, su oficina se encargó de avisar al periódico sensacionalista sueco
Expressen, que envió a su corresponsal en Londres a esperar fuera de la
embajada del Ecuador por la "noticia". La noticia fue que Ny
cancelaba la cita y culpaba al Ecuador por la confusión y por ende a un
"poco cooperativo" Assange – cuando en verdad sucedió lo contrario.
A medida que se aproxima la fecha del estatuto de
limitaciones - 20 de agosto - otro capítulo en esta horrible historia, sin
duda, va a desarrollarse, y veremos a Marianne Ny sacando otro conejo de su
sombrero y a los comisarios y fiscales en Washington beneficiándose de ello.
Pero tal vez nada de esto es sorprendente. En el 2008, una guerra contra
WikiLeaks y Julian Assange fue preparada en un documento secreto del Pentágono,
elaborado por el "Cyber Counterintelligence Assessments Branch”. Ahí se
describe un plan detallado para destruir la sensación de "confianza",
que es el ‘centro de gravedad” de WikiLeaks. Esto se lograría con amenazas de
"exposición [y] la persecución penal". Silenciar y criminalizar esta
fuente de ‘decir- la- verdad’ era el objetivo, desprestigiar el método. Mientras
este escándalo continúe, la misma noción de justicia se ve disminuida junto con
la reputación de Suecia, y la sombra de amenaza de Estados Unidos nos toca a
todos.
Para obtener información adicional importante, haga clic en los siguientes
enlaces:
http://justice4assange.com/extraditing-assange.html
http://www.independent.co.uk/news/uk/crime/assange-could-face-espionage-trial-in-us-2154107.html
https://www.youtube.com/watch?v=1ImXe_EQhUI
https://justice4assange.com/Timeline.html
http://pdfserver.amlaw.com/nlj/wikileaks_doj_05192014.pdf
https://wikileaks.org/59-International-Organizations.html
https://s3.amazonaws.com/s3.documentcloud.org/documents/1202703/doj-letter-re-wikileaks-6-19-14.pdf
http://www.theguardian.com/media/2015/jul/23/julian-assange-ecuador-and-sweden-in-tense-standoff-over-interview?CMP=twt_gu
http://assangeinsweden.com/2015/03/17/the-prosecutor-in-the-assange-case-should-be-replaced/
https://justice4assange.com/Prosecutor-cancels-Assange-meeting.html
http://www.johnpilger.com/
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