Obama encarcela a niños refugiados, pero
exponerlo es, ¿'vergonzoso'?
Charles Davis
Telesurtv.net
3 de septiembre de 2015
Alrededor de mil novecientas mujeres y niños
se encuentran detenidos en lo que se supone son cárceles para la familia en
Estados Unidos. | Foto: Foto: flickr / Eddie Pérez
|
Los Estados Unidos ha encarcelado a cientos de familias de refugiados en violación de sus propias leyes, pero solo el
denunciante ha sido castigado.
"No le gustaría estar encerrado en un lugar como éste, la forma en que estamos aquí, sufriendo con nuestros
hijos", escribió Lilia Oliva Bardales, una joven hondureña de 19 años de
edad, con un hijo de 4 años. "Yo vengo aquí por lo que este país me puede
ayudar", continuó, "pero aquí me han estado matando poco a poco con
el castigo y estoy en la cárcel sin haber cometido ningún delito".
Oliva, llegó buscando asilo en los Estados Unidos, en su lugar fue encarcelada. Estuvo detenida durante 8 meses en un
centro privado de detención para mujeres refugiadas y sus hijos en el sur de
Texas, uno de los varios centros abierto por el gobierno de Obama.
"Hasta hace poco", The New York Times informaba el verano pasado, "la mayoría de las familias fueron
puestas en libertad mientras sus casos de deportación se mueven lentamente a
través de los tribunales". Ahora, sin embargo, alrededor de mil
novecientas mujeres y niños se encuentran detenidos en lo que se supone son
cárceles para la familia, tres de las cuales fueron abiertas tras una oleada de
solicitantes de asilo en el 2013 por gente que huye de la pobreza y la
violencia en Centroamérica. (Después de un golpe de Estado legitimado por
Estados Unidos en 2009, Honduras se convirtió en uno de los países más
violentos del mundo. En una instalación en Nuevo México, más de la mitad de las
600 personas son menores de edad, según el Times, "incluyendo docenas de
bebés y niños pequeños".
Donald Trump, la estrella republicana que lleva a cabo una campaña de vanidad inquietantemente exitosa para la
presidencia del país, ha sido justamente condenado por sus comentarios en los
que califica a doce millones de inmigrantes indocumentados como
"violadores" que deberían ser deportados inmediatamente. En medio de
toda la indignación por los crudos llamados de un multimillonario bufonesco a
la ultraderecha de Estados Unidos, no debemos olvidar: "las cárceles para
madres inmigrantes y sus bebés" es una cosa que existe en este momento,
gracias a un demócrata más liberal que el favorito para reemplazarlo.
Si uno se siente mal simplemente leyendo. Fue suficiente para que Lilian Oliva Bardales quiera morir: Después de escribir una
nota de suicidio, Oliva se cortó las muñecas. "Hago esto porque yo no
siento ninguna vida si regreso a mi país", había escrito. "Hago esto
porque ustedes fueron malos conmigo y mi hijo. No nos merecemos esto". A
Oliva la encontraron sangrado en un baño del centro de detención. Ella sobrevivió.
Y junto con su hijo fueron deportados seis días más tarde. Eso desesperó a su
abogado, Bryan Johnson. "Yo quería ayudarla", dijo a la agencia de
noticias McClatchy. "Pero no fui capaz de hacerlo".
Lo que tanto molestó a Johnson fue que él sabía que lo hecho por el gobierno a su cliente era ilegal. Cerca de 40 días
antes de la deportación una jueza federal de Estados Unidos emitió un dictamen
diciendo que la política de la administración Obama de detener a las mujeres
inmigrantes y niños, violaba un acuerdo de 1997 que requiere que el gobierno
coloque a los niños en hogares con sus familiares - o al menos que trate de
hacer eso antes de ponerlos en las cárceles. El problema era que: nadie más que
el juez, el gobierno y un puñado de abogados sabían sobre el fallo y no podían
reconocerlo públicamente. Johnson fue uno de esos abogados que trabajando como
consultor no remunerado, junto a otros abogados de inmigración, habían
demandado al gobierno sobre sus prácticas de detención.
"Ni siquiera puedo imaginar lo que es para esas mujeres y niños que han estado allí durante tan largos períodos de
tiempo", dijo a la agencia noticiosa McClatchy, que publicaron el fallo
filtrado. "Esto tiene que parar. Y yo creo que esta es la única
posibilidad que existe que el gobierno rinda cuentas".
Un día después, funcionarios federales dejaron libres a una media docena de mujeres y sus hijos de la misma
instalación en el sur de Texas en la que Oliva intentó suicidarse; algunas
habían estado encarceladas durante casi un año y anteriormente no habían sido
consideradas elegibles para libertad bajo fianza por haber sido deportadas
anteriormente. El Secretario del Departamento Seguridad Nacional, Jeh Johnson,
anunció que viajaría al centro de detención para él mismo inspeccionarlo.
Jonathan Ryan, director ejecutivo del Centro de Refugiados y Servicios de
Educación y Servicios Legales para migrantes dijo que mantener el dictamen en
secreto, los coloca en desventaja, a él y a sus clientes - si se hubiera hecho
público antes, cree que Oliva "no hubiera sido tratada como fue”, según
McClatchy. Un par de semanas después, la Casa Blanca anunció que pondría fin
"a la detención a largo plazo" de las mujeres y sus hijos.
Hubo otros factores, sin duda, pero la filtración parece haber logrado resultados tangibles si el calendario de las
acciones estatales posteriores no fue casual: Avergonzó al Estado y hacía que
sea menos probable que la jueza retroceda en el fallo cuando llegue la fecha
para dictaminarlo. La persona que lo filtró, por supuesto, tiene que ser castigada.
"Impactante y vergonzosa", es como la jueza de distrito Dolly Gee, cuyo proyecto de sentencia Johnson había
filtrado, caracterizó sus acciones. “O mantiene su promesa o no hace ninguna
promesa", dijo ella durante la audiencia disciplinaria del 24 de agosto
recordando al abogado de 30 años de edad que había acordado confidencialidad -
y ese tipo de acuerdos "no son pedazos de papel que se puedan pasar por
alto". Pero la jueza fue relativamente indulgente: en lugar de haberlo
inhabilitado, poniendo fin a su carrera, simplemente lo condenó a 75 horas de
servicio a la comunidad y le ordenó asistir a "dos cursos de ética
jurídica en los próximos seis meses", (después de defender el principio de
sus acciones como éticas, Johnson se disculpó ante el tribunal, "admitió
su error, alegando que no hubo falta de respeto", según un informe de prensa).
Sin castigo: Ninguno de los funcionarios estadounidenses responsables por la política que la jueza Gee, en un fallo
final emitido dos días antes de que ella ordenara al falto de ética Johnson ser
reeducado, determinó que hubo violación de la ley por someter a mujeres y niños
a las terribles condiciones de las "deplorables" celdas de reclusión.
O cuando Chelsea Manning filtró pruebas sustanciales de crímenes de guerra -
soldados estadounidenses matando a civiles desarmados en Irak; pilotos
estadounidenses secretamente haciendo lo mismo con bombas de racimo en Yemen -
es la persona que expone los crímenes de estado la que es tratada como
criminal. La Jueza Gee incluso concedió al gobierno que se pronunció en contra:
Cuando hay "circunstancias atenuantes", definidas como un aumento en
el número de solicitantes de asilo similar a lo observado en el verano de 2013,
se puede mantener en detención a las mujeres y sus hijos más allá de los meros
cinco días - por cuánto tiempo, nadie puede decirlo.
Podría ser peor: Johnson podía haber mantenido la boca cerrada. El senador Dick Durbin, senador por Illinois, hizo
eso. Uno de los demócratas de más peso en la cámara alta, una vez afirmó que
tenía información que podía haber frenado la prisa de ir a la guerra con Irak.
Un miembro del Comité de Inteligencia, dijo que la administración Bush estaba
diciendo al público "que tenga miedo de nubes en forma de hongo",
mientras que al mismo tiempo decía a personas como él, que había poca evidencia
de que Saddam Hussein estaba construyendo o quería construir armas nucleares.
"Francamente", por más que hubiera querido, "no podía hacer mucho al respecto", dijo Durbin. Había
"jurado guardar el secreto".
El resto es historia. ¿Quién sabe si romper su juramento de guardar silencio con el fin de cumplir con su deber como ser
humano de ayudar a detener una guerra injustificada habría conseguido algo? No
hubiera causado heridos; y hubiera podido salvar vidas. Lo que es indiscutible
es que si queremos hacer al estado amoral un poco más humano, podríamos usar
más Bryans y Chelseas para exponer su inhumanidad a menudo ilícita - y muchos
menos Dicks.
Charles Davis es un escritor de Los Ángeles
que ha publicado en medios como The Nation, The New Republic y Al Jazeera.
¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.
E-mail:
espagnol@worldcantwait.net
|