Juez español ordena captura de militares estadounidenses
José Couso |
Pablo Osoria Ramírez Prensa Laina jueves, 29 de julio de 2010
Madrid - La Justicia española ordenó hoy la búsqueda y captura de tres
militares estadounidenses vinculados con el asesinato del camarógrafo José
Couso, ocurrido durante la invasión a Iraq en abril de 2003.
Esa decisión fue adoptada por el juez de la Audiencia Nacional Santiago
Pedraz, quien imputa a los uniformados norteamericanos como responsables de la
muerte de Couso.
Se trata del sargento Thomas Gibson, el teniente coronel Philip De Camp y el
capitán Philip Wolford.
Con la medida de Pedraz se pretende que los tres militares sean extraditados
a España, intención a la cual Washington ya impuso resistencia en el pasado.
El juez también solicitó al Consejo General del Poder Judicial un permiso
para viajar a Bagdad entre octubre y noviembre próximos con el propósito de
visitar el lugar de los hechos en el marco de sus investigaciones.
Couso, quien trabajaba para la televisora Telecinco, fue alcanzado por un
disparo efectuado desde un carro de combate estadounidense cuando se encontraba
en el hotel Palestina, sede de la prensa extranjera, desde donde los
corresponsales reflejaban el curso de la invasión a Iraq.
Según posteriores investigaciones, el proyectil fue lanzado desde un tanque
Abrams Ml contra el balcón de la habitación en el piso 15 del hotel, que mató
también al periodista ucraniano de la agencia Reuters Taras Protsyuk.
Una sesión de la sala de lo penal de la Audiencia Nacional española revocó en
2008 una decisión de Pedraz, quien ordenó procesar a los tres militares
estadounidenses señalados como responsables de la muerte de Couso.
Pero ante la insistencia de la familia, amigos y otros allegados del
camarógrafo asesinado, el magistrado español reinició el proceso en mayo de
2009.
Para el juez existían indicios racionales de criminalidad, los cuales prueban
que la orden de disparar contra el hotel Palestina fue de De Camp, quien se la
transmitió al capitán Wolfort y fue cumplida por el sargento Gibson.
Los militares norteamericanos alegaron que pensaron ver en el hotel a un
francotirador enemigo.
Empero esa hipótesis fue descartada por Pedraz, quien aseguró que el disparo
se produjo sin que constara indicio alguno de francotirador en el Hotel
Palestina.
El pasado 6 de julio, el Tribunal Supremo ordenó a la Audiencia Nacional
reabrir el caso al considerar que el ataque es penalmente imputable.
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