Las tres grandes preguntas sobre el nuevo mandato
de Obama
13 de noviembre de 2012 Periódico Revolución revcom.us
El segundo mandato de Barack Obama plantea
muchas preguntas. |
Introducción
¿Parará los bombardeos de aviones sin tripulación estadounidenses los que, a
sus órdenes, llueven sobre Pakistán, Afganistán, Yemen, Somalia y quién sabe
dónde? ¿O continuará esta práctica y otras parecidas, y para colmo, cumplirá sus
amenazas de guerra contra Irán porque ese país ha sido un obstáculo para los
objetivos imperialistas de Estados Unidos en esa región?
¿Revocará el poder ejecutivo que se ha atribuido, el que lo permite ordenar
el asesinato de cualquiera que él decida que es un partidario del terrorismo,
sin que esa persona tenga ninguna oportunidad de defenderse en los tribunales
aunque sea una ciudadano estadounidense? ¿O hará lo que ha hecho en su primer
mandato: sumando más personas a su "lista de personas para matar" (efectivamente
así le llaman) y quizá hasta invocar más poderes extrajudiciales sin
precedente?
¿Detendrá la persecución de personas como Bradley Manning, al que han acusado
de sacar a la luz los crímenes de guerra estadounidenses y quien como resultado
fue internado bajo condiciones de tortura con la posibilidad de una cadena
perpetua en la cárcel? ¿Detendrá la persecución de Julian Assange de WikiLeaks y
los procesos contra una cantidad sin precedentes de personas que han revelado
los secretos de su administración? ¿O continuará tomando medidas más severas
para hacer cumplir los encubrimientos estrictos e ilegales?
¿Hará siquiera algo acerca del sistema horroroso de encarcelación en masa de
los jóvenes negros y latinos, de considerarlos como "sospechosos" donde quiera
vayan, de la mano con el hostigamiento, brutalidad y con demasiada frecuencia el
descarado asesinato por parte de la policía o los vigilantes? ¿Siquiera lo
señalará como un problema sistémico? ¿O hará lo que hizo en su primer mandato,
echarles la culpa a las víctimas mientras intensificaba "la guerra contra la
droga" (la que ha servido de pretexto y mecanismo desencadenante de esta
política genocida)?
¿Detendrá las deportaciones de los inmigrantes obligados a venir a Estados
Unidos en busca desesperada de trabajo debido al saqueo de la economía de sus
países por parte de Estados Unidos y otros países imperialistas? ¿O hará lo que
hizo en su primer mandato, en el que batió el "récord" con la deportación de más
de un millón de inmigrantes (y luego, con hipocresía, otorgó de último momento
una amnistía temporal a una pequeña minoría de aquellos que están en
Estados unidos "ilegalmente")?
¿Hará algo para terminar la destrucción del medio ambiente? ¿O hará lo que ya
ha hecho, promover y extender la producción de petróleo y otras formas de
energía contaminante y hasta jactarse de los nuevos oleoductos y perforación en
busca de petróleo y gas natural que él ha aprobado, incluyendo algunos de éstos
en terrenos ecológicamente sensibles y anteriormente prístinos?
¿DEFENDERÁ, en verdad, los derechos de aborto y el control de la natalidad…
el derecho de la mujer de decidir si quiere ser madre y cuándo? ¿O seguirá a
medio paso y con engaños en un momento cuando ese derecho está bajo ataque como
nunca antes en los estados, haciendo solo lo suficiente para apaciguar a las
personas y mantenerlas a la espera a la vez que hace concesión tras concesión a
favor de los trogloditas anti-abortos… por ejemplo, cuando a sus órdenes su plan
de servicios médicos NO tiene disposiciones para cubrir los abortos; o cuando
mandó que su Secretario de Salud, Educación y Asistencia Social invalidara la
decisión de la Administración de Drogas y Alimentos acerca de la venta de la
píldora de control de la natalidad que se llama "la píldora del día después" a
las muchachas menores de 17 años de edad (e invalidara la decisión de
diseminarla más ampliamente a todas las mujeres), y Obama dijo que lo hizo "como
el padre de dos hijas", lo que sí reforzó la misma lógica patriarcal de los
republicanos de que la sexualidad de las jóvenes mujeres tiene que estar bajo el
control de los padres?
¿En realidad presentará un proyecto de ley para legalizar el matrimonio gay o
siquiera avalar los referendos convocados para asegurar esos derechos? ¿O
seguirá hablando de labios para afuera acerca de esos derechos, incluso diciendo
que "los estados deberían encargarse de dichas decisiones por sí mismos", una
posición inquietantemente evocadora de la de los republicanos y de los
demócratas segregacionistas que se opusieron a los proyectos de ley federales
para garantizar los derechos civiles de los afroamericanos durante el siglo
20?
¿Revocará Obama el constante y a menudo violenta asfixia del disentimiento y
protesta? ¿O continuará lo que hizo en su primer mandato, cuando firmó la Ley de
Autorización de Defensa Nacional la que faculta al presidente para detener a las
personas sin juicio ni otro debido proceso legal; y cuando los alcaldes,
principalmente demócratas, de las ciudades grandes lanzaron repetidos ataques
violentos coordinados de la policía contra el movimiento Ocupar?
¿Revocará las políticas de finanzas y de vivienda que han apuntalado a los
bancos y las empresas hipotecarias a muchas empresas, pero que han dado muy poco
alivio para las muchas personas que enfrentan ejecuciones hipotecarias y el
desalojo? ¿O usará las elecciones como un mandato para buscar "puntos en común"
y trabajar con los republicanos para aplicar fuertes recortes al Seguro Social,
el Medicaid, el Medicare y otros elementos cruciales de los que dependen las
masas populares para sobrevivir?
Pero usted ya conoce las respuestas. No. Las tres grandes preguntas que
planteamos son las siguientes:
1) ¿Qué aceptará usted?
Durante el primer mandato de Obama, muy pocas personas denunciaron cualquiera
de los citados crímenes. Si fuera Bush que hubiera hecho esas cosas muy feas,
eso habría provocado gritos de indignación, pero siendo Obama que las hizo, pues
pasaron sin comentario o, como mucho, un chasqueo de la lengua. Pero la
indignación más bien debió haber sido aún mayor con Obama. Los que votaron por
él con la esperanza de que revocara los crímenes más viles del pasado, sólo para
ver que él les pusiera un nuevo rostro, deberían estar entre los primeros en
denunciar esas porquerías. Pero eso se dio muy que muy raramente. De hecho, a
menudo los que habían denunciado a Bush terminaron por hacer apologías y ofrecer
excusas por Obama cuando él hiciera lo mismo, o cosas aún peores. ¡Algunas
personas hasta elogiaron esos crímenes! Bob Avakian ha señalado, "Si se procura
convertir a los demócratas en algo que no son y nunca serán, uno termina por
convertirse en lo que los demócratas en realidad son" (Lo
BAsico 3:12).
Así que la re-elección de Obama plantea de nuevo la pregunta: ¿Qué aceptará
usted? ¿Y en qué se convertirá usted?
2) ¿A qué opondrá resistencia?
Algunas personas y fuerzas alzan la voz y actúan en contra de todos los
citados crímenes, y algunos de éstos corren riesgos y sacrifican mucho. Pero por
ahora esta resistencia no es ni lo suficientemente grande ni se hace oír lo
suficiente, ni lo suficientemente combativa ni resuelta. Las personas tienen que
ponerse de pie y decir NO a estos ultrajes en una escala mucha más masiva. Si
no, estos horrores se empeorarán.
Una consecuencia muy negativa de la presidencia de Obama es que lo que bajo
Bush se consideraban crímenes, ahora se han convertido en "la nueva normalidad".
Por eso los que han empezado a identificarse con el poder dirán que uno es
ingenuo. Dirán que si uno dice la verdad con demasiada fuerza o agudeza, eso
empeorará la situación. Aquellos que han llegado a acostumbrarse a esos crímenes
y ya no quieren recordarlos, o para colmo, que han llegado a favorecerlos, le
pedirán a uno que se calle. Los comentaristas irónicos y engreídos le
cuestionarán los motivos de uno mientras le quitan importancia a los argumentos
de uno. De ahí, si uno obedece a su conciencia y actúa, se enfrentará al
garrote, el arresto, la vigilancia y cosas peores de parte de los que mandan. En
ese momento, uno tiene que acordarse que la alternativa a la resistencia
no es solamente la aquiescencia sino la complicidad.
Al enfrentar la criminalidad tan generalizada y a la vez tan normalizada, la
resistencia es un imperativo moral. Pero es más que eso.
La resistencia, "luchar contra el poder", es esencial para que las personas
alcen la frente. Como ha dicho BA, cuando las personas se pongan en pie en
resistencia, "se les vuelven mucho más favorables las condiciones para empezar a
ver el mundo de una manera distinta —a transformarse a sí mismas en lo que
entienden, así como lo que sienten— en su orientación hacia la sociedad, hacia
el mundo, hacia otras personas y sobre qué relaciones debe haber entre las
personas" (Lo que la
humanidad necesita: Revolución, y la nueva síntesis del comunismo). En
esa dimensión, oponer una resistencia no sólo implica rechazar lo malo y
reclamar la justicia, por esenciales y valiosos que sea hacer eso, sino que
puede representar un paso hacia un mundo totalmente nuevo.
3) ¿Le entrarás a esto?
He aquí la pura verdad: las cosas NO tienen que ser así. Existe un análisis
radicalmente diferente que pone al descubierto el verdadero problema que
enfrentamos y la verdadera solución. Existe una Constitución que concreta la
visión de una sociedad verdaderamente emancipadora y cómo podría funcionar
(Constitución
para la Nueva República Socialista en América del Norte [Proyecto de
texto], RCP Publications 2010)… una declaración sobre la estrategia que
sirve de guía de la manera en que se podría construir tal movimiento, ahora
mismo ("Sobre la
estrategia para la revolución", Revolución #226, 6 de marzo de
2011)… y una estrategia para ganar cuando surjan las condiciones para la lucha
total por el poder ("Sobre
la posibilidad de la revolución", Revolución #102, 23 de septiembre
de 2007). Es preciso estudiar seriamente toda esta obra.
De hecho, NO tenemos que vivir en una sociedad gobernada por una clase que se
atribuye el derecho de explotar al mundo entero y de usar la fuerza militar más
destructiva y asesina en la historia para reforzar esa explotación. NO tenemos
que vivir en una sociedad que constantemente le da nuevas formas a su núcleo
supremacista blanco a fin de encontrar maneras nuevas y aún más insidiosas y
despiadadas para oprimir a aquellos cuyos ancestros llegaron aquí encadenados, a
aquellos cuyas tierras fueron robadas y a aquellos de las naciones oprimidas
obligados a venir a Estados Unidos en una búsqueda desesperada de sobrevivir. NO
tenemos que vivir en una sociedad que no solamente se paraliza ante el cambio
climático global aún más desastroso e incluso la posible destrucción de
ecosistemas que hacen viable la vida humana, sino que en realidad empeora las
cosas debido a las exigencias destructivas del capital. NO tenemos que vivir en
una sociedad que encuentra nuevas y más horribles formas de degradar, subyugar y
reprimir a las mujeres. NO tenemos que vivir en una sociedad donde los gay aún
no tienen derechos fundamentales y donde los jóvenes gay en particular se
encuentran rechazados, satanizados e intimidados a cada paso. NO tenemos que
vivir en una sociedad que entrena a las personas a ver todas las cosas,
incluso a sí mismas y sus sentimientos más íntimos, como mercancías. Ningún dios
ha mandado que estas prácticas e instituciones sean eternas, ni tampoco están
"en nuestro ADN"; se desarrollaron (o les dieron otro propósito) al lado de un
conjunto específico de relaciones económicas (el capitalismo) y le sirven. Una
clase específica las mantienen funcionando: un grupito de capitalistas
imperialistas sentado en la cima del mundo que usa su poder estatal y su masivo
poderío militar para someter a la humanidad.
Las mismas elecciones las cuales se dice que dan expresión a "nuestros
derechos" en realidad sirven para perpetuar esas relaciones de poder. El marco
general de las elecciones —las maneras en que determinan cuáles cosas son
importantes o, si no, en que las declaran fuera de lugar y los términos en que
las presentan si es que entren al debate… la manera en que atraen a las personas
y las movilizan en apoyo a este o aquel candidato, pero que ahí canalizan con
mayor ritmo sus más altas aspiraciones y iniciativa hacia algo mucho más
mezquino y al final las convierten en lo opuesto… la manera en que restringen,
asfixian y por fin tergiversan la capacidad de las personas de oponer
resistencia, de pensar críticamente y hasta de imaginar algo mejor y la
convierten en un cinismo cómplice o un entusiasmo huero por el mero acto de
participar… y la manera en que, de ahí, los peores crímenes del estado obtienen
un sello de validez y legitimidad por el simple hecho de la participación de las
personas en el mismo— sirve para mantener este sistema en marcha. Si
bien Obama y Bush son responsables por lo que han hecho, los crímenes esbozados
en la primera parte de este artículo muy fundamentalmente son los
crímenes de este sistema.
Sí, un mundo diferente EFECTIVAMENTE es posible. Eso no es solo retórica.
Pero ese nuevo mundo no se creará por sí solo. No aparecerá de alguna forma
fuera de la vista de los gobernantes de este sistema mediante la creación de
instituciones alternativas o por medio de "cambiarnos a nosotros mismos". Todo
eso puede contribuir en parte, en un contexto determinado. He aquí ese contexto:
el cambio que realmente se necesita requiere de una revolución. Una revolución
significa algo muy específico: el desmantelamiento de las instituciones
opresivas que mantiene este sistema en marcha. Si bien esa revolución enfrenta
grandes obstáculos, EFECTIVAMENTE existe un camino que se puede tomar, una
estrategia que se puede aplicar, una meta que se puede alcanzar.
Por Bob Avakian y el trabajo que ha hecho durante varias décadas, de
sintetizar las experiencias positivas y negativas de la revolución comunista
hasta hoy y de aprender de una amplia gama de experiencias de la humanidad, se
ha desarrollado una nueva síntesis del comunismo — existen en realidad una
visión y estrategia viables para una sociedad y mundo radicalmente nuevos y
mucho mejores, y existe la dirección crucial que se necesita para hacer avanzar
la lucha hacia ese objetivo.
Cerraremos este artículo con un reto y una invitación.
Nuestro reto: ¿usted le entrará en serio a esto?
Nuestra invitación es del mismo BA:
"Juntos, tomemos un viaje crucial — lleno de unidad y de animada lucha acerca
de la fuente del problema y acerca de la solución. Siga sus propias convicciones
—de que son intolerables los ultrajes que le conmueven— a su conclusión lógica y
esté resuelto a no cejar hasta que sean eliminados dichos ultrajes. Además, si
al hacer eso así como al conocer otros ultrajes, y las ideas acerca de la manera
en que todo eso se articula y surge de una fuente común —y la manera en que se
podría poner fin a todo eso y crear algo mucho mejor— si todo eso lleva en la
dirección de ver no sólo la necesidad de una resistencia resuelta y osada sino
también la necesidad de la revolución y en lo fundamental el comunismo, pues no
le dé la espalda a todo eso debido a que eso le hace salir de su zona de
confort, a que eso desafía lo que han sido sus sentidas creencias o debido a
prejuicios y calumnias. Al contrario, busque activamente conocer más acerca de
esta posible solución. De ahí, actúe en consecuencia" ("Una
invitación", Revolución #265, 8 de abril de 2012).
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