El verdadero problema al fondo del parar
y registrar, y la verdadera solución
15 de mayo de 2012 Del sitio de web Revolución
"Encarcelación en masa + Silencio = Genocidio"
El 18
de febrero, Carl Dix del Partido Comunista Revolucionario dio un discurso en la
iglesia Riverside de la Ciudad de Nueva York: "¡Encarcelación en masa + silencio
= genocidio! ¡La encarcelación en masa: Su fuente, la resistencia que se
necesita al rumbo actual y la revolución que necesitamos!"
Dix planteó de
forma poderosa el argumento de que la encarcelación en masa de millones de
personas en Estados Unidos, en su mayoría negras y latinas, como una
concentración de lo que este sistema capitalista imperialista les hace en
general a los negros, constituye un genocidio lento que fácilmente podría
acelerarse.
Habló de los elementos de ese genocidio: los millones de
personas que se encuentran encerradas en las prisiones y los millones más que
están en libertad condicional, y el efecto devastador que eso tiene no solo
sobre los presos sino sobre sus amigas y amigos y sus seres queridos; el hecho
de que decenas de miles están en condiciones de aislamiento que constituye la
tortura; el uso desproporcionado de la pena de muerte contra los negros y los
latinos; que la policía neoyorquina para y registra cada año a cientos de miles
de personas, abrumadoramente negras y latinas; la epidemia de asesinatos y
brutalidad policial contra la gente de color, como ilustran los 2.000 asesinatos
policiales, principalmente a personas no armadas, solo en la década de 1990 a
2000, y también el asesinato reciente de Ramarley Graham, un hombre negro de 18
años de edad, por policías en El Bronx que irrumpieron en la casa y lo balearon
frente a su familia; y la retórica de supremacía blanca genocida que los
representantes políticos de este sistema y los medios de comunicación sueltan y
avivan, satanizando a los negros con el fin de justificar todo
esto.
Argumentó además que la causa de este genocidio lento que podría
acelerarse fácilmente no es un "complejo industrial de prisiones" en que unos
cuantos grupos interesados sacan ganancias aprovechando el racismo o la
explotación de los presos. Al contrario, la causa radica en el funcionamiento y
la política consciente de un sistema capitalista imperialista que le ha
explotado al pueblo negro desde un principio, primero con la esclavitud, luego
la aparcería y después al restringirlos a los trabajos de fábrica más peligrosos
y más sucios y de menor paga; pero ahora, debido a los grandes cambios en la
economía mundial, ese sistema ya no tiene una manera de sacar ganancias de la
explotación de los negros ni futuro para ofrecerle a todo ese sector de la
sociedad y quiere imponer una contrainsurgencia en anticipación de la
insurgencia; es decir, quiere aplastar a los sectores de la sociedad que tanto
teme dicho sistema antes de que estos puedan alzarse, una posibilidad que los
gobernantes de este sistema tienen muy en cuenta debido a las luchas de
liberación negra de los años 60 y su papel central en la efervescencia
revolucionaria general de esa época. Dix recalcó que los genocidios no ocurren
todos a la vez ni ocurren siempre en la misma forma, pero que avanzan por etapas
y pueden tomar formas distintas. |
El año pasado, el Departamento de Policía de Nueva York paró y registró a más
de 685,000 personas. El 87 por ciento eran negros o latinos. A un 90 por ciento
lo dejó ir sin acusarlos de ningún delito. Esas cifras revelan algo; pero no
revelan el efecto que eso tiene en las personas mismas, que van caminando por la
calle y de repente una pandilla de policías se les echa encima, las tantea y las
abochorna, si es que la situación no intensifique para terminar en algo peor,
con la clara intención y efecto de humillarlas. Esas cifras indican algo, pero
en sí no demuestran cómo eso es parte de un proceso de estigmatizar a un pueblo
oprimido... de encauzar a muchos hacia un sistema que los lleva a la prisión...
y de poner en marcha un genocidio "lento" que fácilmente podría acelerarse para
ser algo mucho peor. (Véase el cuadro: ¡Encarcelación en masa + Silencio =
Genocidio!)
La gente está empezando a ponerse de pie y luchar contra esto. La semana
pasada, 20 personas fueron declaradas culpables de "delitos" relacionados a
tomar acción con el objetivo de poner un fin a esta práctica racista. Pronto se
iniciarán los juicios por otras acciones en su contra. La indignación pública
está creciendo; la gente está buscando formas de oponer resistencia.
En esta situación han intervenido varios políticos y reformistas. Algunos
llaman a "reducir" el uso del parar y registrar. Bill de Blasio, el "defensor
del pueblo" de la Ciudad de Nueva York y un aspirante a la alcaldía de esa
ciudad, dice que el parar y registrar es una "herramienta válida", pero su
"creciente uso ha sido 'corrosivo' para las relaciones entre la comunidad y la
policía.... Dijo: 'No podemos permitir que el tejido social continúe
deshaciéndose' y agregó que la alta cantidad de personas que la policía para y
registra, en particular residentes jóvenes negros y latinos, ha hecho que los
neoyorquinos sientan incómodos y recelosos frente a los agentes de policía que
hacen patrulla en sus vecindarios. Agregó: 'Esto está desmoronando algo muy
fundamental aquí'. ("Public Advocate to Call for Audit of Stop-and-Frisk
Tactic", Michael M. Grynbaum, New York Times, 9 de mayo de 2012).
Sí, señor de Blasio, en un sentido usted tiene razón: el parar y registrar sí
está "desmoronando algo muy fundamental". Está desmoronando la legitimidad del
estado; es decir, está desmoronando la idea de que la policía y las leyes son
neutrales y protegen a todos, y que cuando la policía use la fuerza, tiene el
derecho de hacerlo. Cuánta más resistencia se opone a eso, y más esa resistencia
será parte de hacer que salga a la luz la verdad sobre lo que esas leyes y esos
policías sirven EN REALIDAD, más desmorona esa legitimidad. Durante el juicio de
la semana pasada, muchos acusados trazaron un vínculo entre el parar y
registrar, y toda la historia de opresión supremacista blanca en este país;
algunos vincularon esa supremacía blanca al capitalismo mismo y hablaron de la
necesidad de eliminar este sistema por completo. Las personas en el juzgado
podían ver por sí mismas que las justificaciones del sistema para esta práctica
no tienen ni reclamo moral a la razón, y que ni siquiera los fiscales y jueces
del sistema podían defenderla, y la mayoría del público quedó aún más
entusiasmado y convencido de la necesidad de movilizar a la población contra
ella. Pero eso no es un problema; de hecho, la realidad de que esta resistencia
está "desmoronando algo muy fundamental aquí" (es decir, la legitimidad de este
sistema) es algo muy bueno, es algo que hemos necesitado desde hace mucho
tiempo, y ¡necesitamos incluso más de eso!
Así que el problema, señor de Blasio, NO es que el parar y registrar sea
"corrosivo para las relaciones entre la comunidad y la policía". Además, Sr.
Blasco, el parar y registrar no es una "herramienta válida". Es una herramienta
muy ilegítima y vil y es una herramienta clave en toda la política de
encarcelación en masa de los negros y otros oprimidos, que es una política que
es genocida.
La solución, señor de Blasio, no está en elegirle a usted ni a ninguna
persona para ser alcalde y prometernos echar vino nuevo en los mismos pellejos
de siempre. Eso se ha hecho por generaciones y no ha cambiado nada en lo
fundamental. La solución está en arrasar con un sistema que se nutrió de la
sangre de generaciones de esclavos como "leche maternal", y después se cebó en
la súper explotación de los afroestadounidenses, primero como aparceros y luego
como proletarios confinados por costumbre y muchas veces por ley a los peldaños
más bajos y más explotados en el escalafón laboral, y hoy se encuentra incapaz
de ofrecerles futuro alguno a los muchos millones y decenas de millones de
descendientes de esas generaciones y, por eso, ha desarrollado esta nueva forma
de opresión: la encarcelación en masa. Hace unas pocas semanas, la Comisión para
Oportunidades Iguales en el Empleo, en un informe sobre la discriminación a los
ex presos negros tanto por ser ex presos como por ser afroestadounidenses, notó
que ¡es probable que uno de cada tres hombres negros purgue un tiempo en la
prisión durante su vida (en comparación con uno de cada 17 hombres blancos)!
("Equal Opportunity Updates Hiring Policy", New York Times, 25 de abril
de 2012) ¿Qué dice eso sobre lo que depara el futuro si las masas populares no
se ponen en pie y si, en lo fundamental, NO se da una revolución?
Por eso, en estos momentos, de manera muy urgente, en lo fundamental como una
parte clave de esa solución y hoy muy directamente como una lucha que cualquier
persona con un sentido de dignidad y un odio hacia la opresión y la injusticia
debería apoyar y abrazar, urge muchísimo no dejarse desviar por soluciones
falsas pero sí ponerse de pie, hacer acto de presencia, apoyar y unirse a esta
lucha contra la encarcelación en masa.
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