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21 de agosto de 2015

El Mundo no Puede Esperar moviliza a las personas que viven en Estados Unidos a repudiar y parar la guerra contra el mundo y también la represión y la tortura llevadas a cabo por el gobierno estadounidense. Actuamos, sin importar el partido político que esté en el poder, para denunciar los crímenes de nuestro gobierno, sean los crímenes de guerra o la sistemática encarcelación en masas, y para anteponer la humanidad y el planeta.



Del directora nacional de El Mundo No Puede Esperar

Debra Sweet


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Nueva York: Juez declara culpables a acusados

20 luchadores por la libertad denuncian los crímenes del parar y registrar

24-7-365: Comisarías de la policía, Estados Unidos. Meten a negros y latinos, sobre todo jóvenes, esposados, en los coches celulares de la policía y los asientos traseros de las patrullas, de ahí los llevan a celdas de espera y cuartos de interrogación, a veces sangrantes; así son los "desafortunados" que no salieron libres después de ser víctimas del parar y registrar. Es muy probable que terminen como uno de los 2.4 millones de presos en Estados Unidos, un país que se jacta de ser "la tierra de los libres".

* * * * *

El 4 de mayo, el quinto día de un juicio (sin jurado) contra 20 acusados de dos cargos de alteración del orden público, a raíz de una protesta del 21 de octubre de 2011 en la entrada de la comisaría 28 de Harlem en contra de la política de parar y registrar del Departamento de Policía de Nueva York, el juez Robert Mandelbaum declaró culpables a los acusados. Condenaron a tres por un solo cargo; todos fueron sentenciados al tiempo cumplido y una multa de $120; y a una acusada le dictaron servicio comunitario.

Parar y registrar es un importante cauce hacia la encarcelación en masa. La realidad de la encarcelación en masa, en que Estados Unidos tiene el 5% de la población del mundo pero el 25% de los presos del mundo, es una contundente denuncia a los Estados Unidos. Este juicio fue un punto nodal importante de construcción de resistencia al parar y registrar y a la encarcelación en masa. Llamó la atención nacional, con cobertura en importantes medios nacionales de comunicación, y algunos artículos noticiosos lo describieron como uno de los juicios políticos más importantes que se haya visto en la ciudad en los últimos años. Éste es un momento crucial que hay que aprehender a fin de elevar la resistencia a nuevas alturas, atraer a sectores más amplios de personas y librar una lucha aún más resuelta contra la encarcelación en masa.

La fiscalía se puso a demostrar que sólo se trataba de "alterar el orden público", de si bloquearon la acera y la entrada de la comisaría o no. Pusieron objeciones a casi todas las instancias en que un acusado en el estrado intentara hablar de parar y registrar. Intentaron arrancar al juicio del contexto más amplio de POR QUÉ ese día más de 20 personas conscientemente decidieron correr el riesgo del arresto para poner un ALTO al "Parar y Registrar". Pero como explicó Carl Dix, del Partido Comunista Revolucionario, durante una pausa en el juicio:

"Sostuvimos una reunión el verano pasado sobre la cuestión de la encarcelación en masa selectivamente racial. Decidimos que ésta constituye una situación de emergencia, que necesitamos un nivel mucho más alto de resistencia y que en la zona de Nueva York comenzaríamos por oponernos a la política oficial del parar y registrar, la que es racista, ilegal, inconstitucional, inmoral y hay que pararla y creíamos que alguien tiene que ofrecerse a ponerle fin. Por eso, el Dr. Cornel West y yo lanzamos un llamado para una campaña de desobediencia civil no violenta para parar el parar y registrar. Decidimos hacerlo en la comisaría 28 en Harlem porque ese barrio es una de las zonas de mayor aplicación del parar y registrar. Pone en la mira a los jóvenes negros y latinos, tratándolos como una generación criminalizada, culpables hasta que se demuestre lo contrario, si es que se las arreglen para sobrevivir y demostrar su inocencia... Llamamos a que la gente se congregara frente a la sede del gobierno estatal en Harlem y marchara a la comisaría y entregara el mensaje de que esta política no es buena, hay que pararla y que estamos actuando para ponerle fin. Eso es lo que hicimos. Lo hicimos de modo dramático. La policía respondió y por ello nos arrestó".

Dando testimonios en la corte

La fiscalía presentó sus argumentos durante dos días con un desfile de testigos de la policía. Ahí estaban los mismos policías que realizan el parar y registrar a diario, hablando de cómo arrestaron a las personas por protestar contra el crimen del parar y registrar.

El tercer día la defensa empezó sus argumentos y los acusados tuvieron una oportunidad de dar testimonio sobre la esencia de este caso y contar sus propias historias sobre lo que los impulsó a tomar una posición ese día. Los acusados estuvieron representados por los abogados Paul Mills, Marty Stolar, Megan Maurus y Ari Brochin.

Los acusados representaban una diversidad del pueblo, diferentes nacionalidades y diferentes sectores sociales: víctimas del parar y registrar, aquellos a cuyos hijos los policías han parado y registrado repetidamente sin acusarlos de ningún crimen; estudiantes, maestros, clérigos, profesionales, trabajadores, jubilados o desempleados; Ocupantes de Wall Street; y algunos con familiares en el Departamento de Policía de Nueva York.

La defensa batalló mano a mano con la fiscalía, presentando evidencia y argumentando que en realidad los acusados no eran culpables de los dos cargos de alterar el orden público. Desde muchos ángulos y repetidamente, a través de un video, testimonios de los acusados y las repreguntas a los policías, la defensa demostró que de hecho, esto era un acto de desobediencia civil no violenta y que, como el abogado de la defensa Paul Mills dijo en su recapitulación: "La evidencia de los acusados [demostró] que esto era un mero bloqueo simbólico, físicamente muy débil. Si uno trata de robar un banco apuntando con un dedo (como arma simbólica), no le pueden acusar de robo a mano armada". La defensa además demostró que la orden que la policía les dio a los acusados, por la que los arrestaron por negarse a obedecer, era ilegal en primer lugar. La defensa argumentó que esos arrestos eran una violación contundente de la garantía de la Primera Enmienda a la libertad de expresión y de asamblea.

Además de presentar argumentos que se basaron en testimonios contradictorios de la policía, la fiscalía trató de limitar el testimonio de los acusados a cosas como "¿dónde estaba parado usted?" y después trataron de establecer que los acusados querían ser arrestados ese día. Pero los acusados elocuentemente contaron sus historias, con pasión y un montón de emoción y humor.

Cuando se le preguntó a un acusado acerca del capitán de la policía que hizo los arrestos, un acusado respondió: "Ese capitán es capataz de una patrulla esclavista de hoy día".

Cuando se le preguntó acerca de su disposición a ser arrestado ese día, un acusado negro dijo: "Cada día cuando salgo por la puerta de mi hogar, quiéralo o no, corro un alto riesgo de ser arrestado".

A otra acusada que ha declarado que se opone a la encarcelación en masa en Estados Unidos y alrededor del mundo, cuando se le preguntó si tuvo la intención de “causarle molestias a la gente”, respondió: “Nos esforzamos por quitar una importante molestia de Harlem, según la que paran a 830.000 personas cada año”.

Parar y registrar en el banco de los acusados

El reverendo Earl Kooperkamp, de la iglesia St. Mary’s en Harlem, le dijo a la corte que estuvo ese día porque cree que el parar y registrar es "racista, inmoral e ilegal" y que llegó a esa conclusión basado en las experiencias de sus feligreses. Nellie Hester Bailey del Consejo de Inquilinos de Harlem y de Ocupar Harlem le dijo a la corte que la policía ha parado a sus dos hijos adultos.

Carl Dix se presentó como un hombre negro de 63 años que durante su vida vio transcurrir el linchamiento de Emmett Till y el asesinato de Trayvon Martin. Contó la historia de que cuando tenía 13 años, unos policías lo golpearon y llevaron en custodia en Baltimore porque "su pinta concordaba con la descripción de un sospechoso". Dix dijo que lo metieron en un carro de la policía con otro "sospechoso", un cuarentón barbado con 15 cm de estatura más que él. La única cosa que tenían en común era que ambos usaban gabardina y eran hombres negros.

Un joven negro acusado habló sobre como a él lo han parado y registrado desde que tenía 15 años y contó la historia de cómo a él y a un amigo los pararon, metieron en los carros de la policía, les pusieron las esposas muy duro y después les dijeron que la única manera en que la policía les podía quitar las esposas era si ellos hicieran un loquísimo baile originario de Harlem, el “de la sopa de pollo con tallarines”. "Eso fue lo que me hizo sentirme tan fuerte ese día".

Randy Credico, cómico político, activista y ex director del Fondo para la Justicia Racial William Moses Kunstler, hizo que todos en la sala se rieran a carcajadas [lo que el juez reprendió de inmediato] cuando dijo que había trabajado en Las Vegas y de ahí demostró un poco de su actuación, imitando a Ronald Reagan. Dijo que en el pasado había tomado drogas y que “si yo fuera negro, hubiera pasado años en la prisión”. En cuanto a parar y registrar, Credico dijo: “Esta ley es una ley del esclavo fugitivo” y “Estoy dispuesto a ser arrestado por esto ahora mismo.... Yo estaba resuelta a participar en esto. Hasta ese punto esto era algo académico, y yo buscaba una forma de intensificarlo un poco y esto fue una manera de hacerlo”.

Un maestro de séptimo año de una escuela del Sur del Bronx dijo: “[Antes de esto,] yo había estado inactivo en la comunidad en detrimento de la gente en la comunidad.... Sigo aprendiendo. Cuando conocí a Carl Dix, yo creía que Jim Crow era un hombre. Había estado esperando toda mi vida de adulto un momento como esto y ahora estaba ocurriendo. Yo sé que yo no cometía un delito, sé que existe la conducta criminal y la conducta criminalizada”.

Jim Vrettos, un profesor de la universidad John Jay, le dijo al tribunal que sus estudiantes lo han educado sobre el parar y registrar, que “la mitad de los estudiantes han sido objeto del parar y registrar” y que “yo quería salir de la aula y expresarme públicamente, una manera de expresar algunas ideas mías, una oportunidad de demostrar solidaridad con la comunidad”.

El último de los acusados en el estrado fue Cornel West. Le dijo a la corte que el objetivo de ese día era “dar testimonio” sobre “esta extensión del Jim Crow”, que era “una cuestión de moralidad, de espiritualidad, de la humanidad propia”, que “el parar y registrar es muy serio, pues denigra, rompe el espíritu y se sale con la suya”. Agregó: “Queremos que los jóvenes sepan que ellos nos importan, que están en nuestros pensamientos, que los amamos y estamos dispuestos a sacrificarnos por ellos” y que existe una “alegría por solidarizarse con la gente que sufre” y que “la recomendaría para la mayoría de mis conciudadanos”.

El veredicto sobre el parar y registrar

El 4 de mayo, la fiscalía y la defensa presentaron sus alegatos finales antes de que el juez pronunciara el veredicto. Por la defensa, Paul Mills terminó su recapitulación con una cita que captó el espíritu de ese día frente a la comisaría: "El motivo por el cual esas personas creyeron que tenían que estar tan ruidosos, directos, audaces, aquí no me refiero a Henry David Thoreau, Gandhi o Martin Luther King sino a Mose Allison, quien dijo: 'Si vas a la ciudad, que aprendas a gritar, porque si no gritas y chillas, te van a olvidar".

El abogado de la defensa, Marty Stolar, expresó sentimientos similares en su recapitulación: "Merecen no sólo la absolución sino elogios por adentrarse en esta cuestión, llevarla al público, asegurar que no pase al olvido y que cientos de miles de personas no tengan que vivir con el miedo de ser detenidas cada vez que salgan de su hogar".

Después de que el juez los declaró culpables, quedó muy claro que eso no iba a impedir que ningún acusado siguiera en esta lucha. Cuando el juez les dio la oportunidad de pronunciar una declaración breve, muchos acusados expresaron eso de modo explícito. Uno acusado respondió: "Vivimos en un país en que después del Holocausto dijeron nunca más, después del 11 de septiembre dijeron nunca lo olviden y después de la esclavitud dijeron, dejes de quejarte".

He aquí unas respuestas muy comunes de los acusados al salir de la sala tras el veredicto: "Sí, soy culpable de luchar por la justicia". "Lo que pasó aquí sólo nos va a fortalecer". "Esto es solamente el comienzo". "No vamos a parar hasta que pongamos ALTO al 'Parar y Registrar'".

Este juicio ha puesto mucha atención, a escala nacional, sobre la lucha contra el parar y registrar y la encarcelación en masa en general. Pero efectivamente "es solamente el comienzo". Existe una oportunidad y una necesidad urgente de construir esta lucha crucial contra el horror de la encarcelación en masa de manera aún más profunda, amplia y resuelta por toda la sociedad.

En la rueda de prensa después del juicio, Carl Dix resumió: "Estuvo muchísimo en juego en esta batalla. Pusimos en la mira una política que es un elemento fundamental de su modo de mantener el control, criminalizando a los jóvenes negros y latinos, tratándolos como si fueran culpables hasta que se demuestre su inocencia, si es que sobreviven para demostrarla. A propósito pusimos eso en la mira porque conocemos qué tan asqueroso que es eso. Cuando se considera la etiquetación racial la que es el parar y registrar, junto con los 2.4 millones de personas almacenadas en prisiones, las condiciones parecidas a la tortura en las prisiones, junto con la forma en que tratan a las personas aún después de que cumplen la condena, lo que tienes es una situación de lento genocidio la que fácilmente podría acelerarse. Encarcelación en masa + Silencio = Genocidio. Tuvimos que romper ese silencio. Lo hicimos el 21 de octubre y lo llevamos a la sala del tribunal".

Vea próximamente el artículo completo en línea en revcom.us.

Se avecinan rápidamente, en mayo y junio de 2012, otros dos juicios de las personas arrestadas por protestar contra el parar y registrar.

Se presenció una acción el 1º de noviembre de 2011 en Brownsville, Brooklyn, un barrio con la más alta tasa de incidentes del parar y registrar de toda la Ciudad de Nueva York. Una tercera acción importante tuvo lugar el 19 de noviembre de 2011 frente a la comisaría 103 en Jamaica, Queens, el mismo distrito en que unos policías encubiertos mataron a Sean Bell la víspera de su boda. Ambas acciones resultaron en más de 20 detenciones. Para obtener más información y las últimas noticias sobre las fechas de comparecencias ante la corte, comuníquese a:

Stop Mass Incarceration Network, Box 941 Knickerbocker Station,
Nueva York, Nueva York 10002 • 866 841 9139 x2670 •
stopmassincarceration@ymail.comstopmassincarceration.org


 

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