Las charlas sobre el clima en Cancún:
El acuerdo inservible y la emergencia planetaria
El 11 de diciembre en Cancún, México, se concluyeron las charlas de la ONU
sobre el cambio climático. Como las charlas en Copenhague hace un año, la cumbre
de Cancún lleva al mundo ni un pasito más hacia la solución de la apremiante
emergencia ambiental del planeta. (Ver más sobre las charlas de Copenhague en
"Acuerdo sobre el
clima en la cumbre de Copenhague: Un crimen contra el planeta",
Revolución #188, 10 de enero de 2010). Anunciaron un acuerdo de última
hora. Rebasa el ámbito del presente artículo analizarlo a fondo, pero ya es
obvio que este acuerdo no hace nada fundamental para parar el peligro del cambio
climático.
La humanidad y los ecosistemas de la Tierra enfrentan una
emergencia ambiental multifacética — la destrucción de las
selvas y otros hábitats naturales; la extinción de especies; la acidificación de
los mares y la exterminación de la vida marítima; la contaminación y degradación
del agua, aire y suelo. El cambio climático es una punta de lanza de esta
emergencia e se compenetra con otros factores y los agrava. El cambio climático
ya está ocurriendo y amenaza con volverse incontenible.
En su nuevo libro EAARTH, el autor y activista Bill McKibben
presenta un panorama muy aterrador y aleccionador de los cambios que ya se están
dando y del cambio aún más extremo por venir:
- Un portavoz del Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo dijo que los
nuevos datos "apoyan la noción de que el hielo ártico está en un espiral de
muerte".
- Están desapareciendo las fuentes de agua para miles de millones de personas
mientras cobra velocidad el extensísimo derretimiento de los glaciares de Asia y
Sudamérica. Cuando éstos desaparecen, no volverán.
- El cambio climático significa más tormentas devastadoras. Según el New
York Times, "los últimos 30 años resultaron en cuatro veces más desastres
relacionados al tiempo que los primeros 75 años del siglo 20 juntos".
- Los mares se están volviendo más acidificados (debido a la absorción del
bióxido de carbono) que en cualquier otro momento durante los últimos 800.000
años, lo que pone en peligro la vida marítima. Un investigador dijo: "Los
arrecifes de coral dejarán de existir como estructuras físicas para 2100, quizás
2050".
- Un artículo de la revista Science dice que la última vez que los
niveles de carbono en la atmósfera fueron iguales que ahora, hace 20 millones de
años, el nivel de los mares subió 30 metros y la temperatura aumentó en hasta 10
grados.
Un estudio de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica mostró que
"en gran parte no se podrá revertir los cambios de la temperatura de la
superficie, de la precipitación y del nivel del mar por más de mil años después
de que se paren por completo las emisiones de dióxido de carbono".
Cancún y el futuro de la tierra
Si la humanidad no protege y conserva los ecosistemas naturales en rápida
extinción y lidia con las causas de su destrucción, es muy probable que
presenciemos en poco tiempo un deshilachamiento largo y cualitativo del mundo
natural de nuestro planeta. La situación climática clama por acción inmediata de
enormes reducciones de las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de
efecto invernadero que causan el calentamiento global. Pero el acuerdo de Cancún
no hace nada salvo prometer que los países hagan reducciones de sus
emisiones. Un declaración de Amigos de la Tierra dice "acoger el acuerdo del
paradigma 'basado en promesas', en que los países ricos contaminan como les da
la gana, podría conducir a un futuro en que las temperaturas se eleven por
encima de nueve grados (Fahrenheit) de acuerdo a un reciente análisis de la ONU.
Esto devastaría la civilización humana y el mundo natural".
En medio de las conversaciones de Cancún, Wikileaks divulgó unos cables
diplomáticos de EE.UU. que revelan cómo EE.UU. amenazó y sobornó a los países
para adoptar el acuerdo de Copenhague del 2009. El acuerdo de Copenhague incluyó
reducciones voluntarias de las emisiones de gases de efecto invernadero
de EE.UU. del 5% por debajo de los niveles de 1990, que es algo criminal porque
los estudios científicos dicen en realidad se requieren reducciones del 50% o
más. De último momento, EE.UU. y otros países fraguaron este acuerdo y después
la metieron por la garganta del resto del mundo. Los cables filtrados muestran
que EE.UU. usó la promesa de pagar dinero a los países oprimidos en un "fondo
verde" de ayuda para enfrentar los cambios climáticos a fin de sobornarlos y
chantajearlos para que apoyara a Copenhague. Los funcionarios de EE.UU.
discutieron con los funcionarios europeos cómo "neutralizar, cooptar o marginar
a los países poco serviciales" como Venezuela y Bolivia.
Estas revelaciones dejan más en claro que no se puede dejar el futuro de los
ecosistemas de la tierra en las manos de EE.UU. y otras potencias, que
repetidamente ha demostrado su capacidad de no hacer nada salvo aprovechar las
charlas como aquellas de Copenhague y Cancún para beneficiar a sus propios
intereses a costa del mundo natural y la humanidad. Es pura ilusión la esperanza
de que los genuinos esfuerzos para lidiar con el cambio climático provengan de
tal sistema. Este sistema capitalista imperialista no solo no tiene la capacidad
de solucionar este problema, pues si el problema permanece en sus manos, no
existirá ninguna salida salvo el desenvolvimiento de la catástrofe ambiental que
determinará el rumbo de la situación sobre el planeta por duraciones y
potencialmente miles de años.
¡Pero existe una salida! La necesaria tecnología básica, conocimientos y
ciencia existen para combatir el problema del cambio climático y existe un
enorme deseo latente entre las personas del mundo que se podría movilizar pero
el sistema lo está bloqueando. Necesitamos la revolución y un nuevo poder
estatal para generar todos esos potenciales de la forma en que tienen que
ir.
De más importancia, existe un plan de un enfoque radicalmente
diferente, contenido en "Algunos principios
claves del desarrollo socialista sustentable" expuesto en el número especial del periódico
Revolución sobre el medio ambiente, #199, 18 de abril de 2010.
Pero hay que reconocer la realidad de la potencial catástrofe ambiental y no
tenemos mucho tiempo. Necesitamos desarrollar una enorme resistencia contra los
asaltos capitalistas sobre el medio ambiente, lo que tiene que ser parte de
forjar un movimiento para la única cosa que tiene una posibilidad de salvar el
planeta: la revolución comunista que establecería un nuevo poder estatal
socialista.
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