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El Mundo no Puede Esperar organiza a las personas que viven en Estados Unidos para repudiar y parar el rumbo fascista iniciado durante el régimen de Bush y evidenciado en las ocupaciones asesinas, injustas e ilegítimas de Irak y Afganistán; la “guerra de terror” global de tortura, rendición extraordinaria y espionaje; y la cultura de discriminación, intolerancia y avaricia. A ese rumbo no le darán marcha atrás los líderes que nos instan a buscar puntos en común con fascistas, fanáticos religiosos e imperio. Solo es posible si la población forja una comunidad de resistencia –un movimiento independiente de grandes cantidades de personas—que, actuando en pro de los intereses de la humanidad, pone fin a dichos crímenes y demanda que se procese a los responsables por ellos.



Del directora nacional de El Mundo No Puede Esperar

Debra Sweet


Invitación a traducir al español
(Nuevo)
03-15-11

¡NO MAS!
¡Ningún ser humano es ilegal!

EL Mundo no Puede Esperar exhorta a cada persona a protestar contra las leyes racistas como Arizona SB1070, a desacatarlas y a DESOBEDECERLAS



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El 19 de marzo: Las semillas de una nueva resistencia

Enlace para leer los informes del 19 de marzo

Atención, tú que estás esperando hasta que la situación se empeore y te necesitemos de verdad: te estamos llamando. La situación está peor y te necesitamos de inmediato. Esa zona cómoda en que te has parado es en realidad el punto ciego del camino hacia el infierno; déjalo atrás y pásate a la resistencia.

Ese fue el mensaje propagado por todo el país el 19 de marzo, mediante acciones -- unas organizadas por El Mundo no Puede Esperar y otras por diversos grupos más-- convocadas para protestar el comienzo del sexto año de la guerra y ocupación de Irak. De San Francisco a Washington, D.C., de Honolulu a Tacoma, se sentía un olor fresco, un espíritu de resistencia a los crímenes de lesa humanidad, expresado de maneras nuevas, audaces y creativas, en acciones grandes y pequeñas. Había una sed de algo más allá de los mítines en la plaza central con coros y letreros, y luego regresar a casa; había una disposición de sacrificarse para declarar contundentemente: "¡Que no sigas como si no pasara nada!"

Las acciones de muchas ciudades demostraron que las nuevas formas de oposición pueden romper el prisma distorsionado del relativismo por el cual demasiada gente sigue viendo la guerra, la tortura y la represión. Al repudiar sin temor el programa de Bush y retar sin excusas a que se alce la voz, los activistas por todo el país hicieron ver a los que están al margen de la lucha que la tortura y el genocidio no son "asuntos de opinión personal", sino que realidades bárbaras a las que hay que oponer resistencia, o si no, conformarse.

Una sed de nuevas formas de resistencia

Greg Barber, un reportero de Express, una publicación menor del Washington Post, comenzó su blog del 19 de marzo así: "Creo que vi la aplicación del 'submarino' a una persona. Frente a la Casa Blanca. Pero no estoy seguro".

(Resulta que Barber tuvo problemas en llegar al frente del gentío que miraba la demostración y no podía ver exactamente qué estaba pasando; más tarde unos periodistas de la Agence France Presse le pusieron al tanto).

En el blog, Barber relata que iba a una reunión en el edificio del Washington Post, cerca de la plaza McPherson Square, cuando topó con las protestas contra el quinto aniversario de la guerra. Decidió checarla y al principio le pareció una protesta típica; escribe: "Un tipo con un megáfono está dando un discurso apasionado. Pulula gente con letreros. Hay una carpa cubierta de símbolos de paz".

Pero luego escuchó a dos manifestantes que estaban hablando de la próxima demostración del 'submarino'.

Escribe: "Eso captó mi atención y me dirigí a la Casa Blanca".

Barber escuchaba la arenga del "interrogador" que le demandaba información al "detenido". Relata con dramatismo lo que ocurrió después: "Claramente oí a una señora gritar: '¡Bueno, démosle un trago!'. Un hombre hacía los sonidos de una persona que se ahoga, y la gente se calló y se empujó para adelante. No vi la demostración en sí, pero lo que sí vi y oí fue bastante perturbador".

Barber no fue el único periodista a quien la demostración del 'submarino' le captó la atención. Dice el informe de Washington, D.C., de El Mundo no Puede Esperar: "Incluso a los periodistas de larga trayectoria se les oyó dar un grito ahogado frente a la inhumanidad de este lento ahogamiento intencional. Uno dijo que no tenía ninguna idea de que [el 'submarino'] fuera así".

Después de la demostración del 'submarino', los manifestantes de Washington llevaron su denuncia de los autores de crímenes de guerra directamente a la casa de los criminales: intentaron envolver la Casa Blanca en cinta amarilla, como en una escena de crimen. Durante la acción se arrestó a Elaine Brower, del comité directivo nacional de El Mundo no Puede Esperar. Varios activistas de Veteranos de Irak Contra la Guerra se encadenaron frente al edificio de los Archivos Nacionales. Una "Marcha de los Muertos", una procesión fascinante de 100 manifestantes vestidos de negro y con máscaras blancas para simbolizar la pérdida de vidas iraquíes y estadounidenses en la guerra, pasó por las calles del centro de Washington, D.C., y se paró frente a la sede de los sicarios de Blackwater. Otros manifestantes pisotearon una imagen de la Constitución, de 9 por 12 metros, para simbolizar la trituración de las libertades civiles que hace el gobierno de Bush. Antes, se habían arrestado a unas 40 personas por atravesar las barricadas frente al edificio del IRS, pues querían protestar contra el uso de los impuestos para financiar crímenes de lesa humanidad. Durante los arrestos, otros manifestantes gritaron: "Esta es una escena de crimen".

En Chicago, los estudiantes circularon una nueva petición impactante que utiliza el concepto de "luchar contra el delito" para demandar que los directores de las universidades Columbia College, DePaul y Roosevelt apoyen a "restaurarlas como centros de educación libres de actividades criminales", refiriéndose a la actividad criminal de los reclutadores militares que enganchan a los jóvenes para hacer matanzas y tortura. La petición, inspirada en el movimiento anti-reclutamiento de Berkeley, dice que los reclutadores "no son bienvenidos" y demanda el cierre de la estación de reclutamiento de Columbia College.

Durante los últimos meses, la estación de reclutamiento de la Infantería de la Marina de Berkeley ha llegado a ser un campo de batalla ideológica, pues el consejo municipal declaró que los reclutadores son "intrusos no deseados", los derechistas respondieron con rabia, el consejo municipal abandonó esa postura, y la polémica suscitada en cada etapa ha girado en torno a la cuestión de apoyar o no a las tropas. Así fue también el 19 de marzo, cuando se juntaron frente a la estación de reclutamiento un contingente vestido de monos de color naranja y decenas de manifestantes con fotos de civiles iraquíes muertos por causa de las acciones de las tropas y los reclutadores.

El informe dice: "Uniéndonos a otros que ya estaban ahí, ocupamos la calle frente a la estación de reclutamiento y colocamos la celda para 'criminales de guerras internacionales del gobierno de Bush' en medio de la avenida Shattuck". Más tarde, más de 100 estudiantes de la prepa Berkeley hicieron una marcha no-permitida por las calles. Llegaron frente a la Universidad de California en Berkeley y retaron a los universitarios a dejar atrás su complicidad: "¡Dejen los celulares! ¡Dejen los iPods! ¡UC Berkeley, levántese!".

Al otro lado de la bahía, en San Francisco, se arrestaron a más de 150 personas que marchaban por la ciudad, por bloquear el tránsito o encadenarse a los edificios. La red CNN en línea demostró un video del 19 de marzo en que la policía antimotín dispersa violentamente y arresta a los manifestantes. En una marcha al atardecer de 5,000 personas, El Mundo no Puede Esperar dirigió múltiples actos de "die-ins" (tenderse al suelo como "muertos").

En Tacoma, Washington, Estudiantes para una Sociedad Democrática organizó una protesta frente a la estación de reclutamiento de un centro comercial, que llevó a una confrontación tensa y polarizada entre manifestantes defensores y opositores de la guerra. Al igual que en Berkeley, los manifestantes de Tacoma desafiaron con audacia el razonamiento de "apoyar a las tropas", levantando carteles con fotos de civiles iraquíes asesinados. Como dice un informe del capítulo de Seattle de El Mundo no Puede Esperar: "No nos rajamos. Levantábamos las fotos y decíamos: '¿Es esto lo que debemos apoyar?'."

En Los Ángeles, también, los manifestantes se juntaron frente a una estación de reclutamiento con fotos de civiles iraquíes masacrados. Repartieron postales sobre la reciente investigación "Winter Soldier" y exhibieron un gran aviso de desalojo.

Tenderse en el suelo como muertos. Protestas frente a las estaciones de reclutamiento. Marchas no permitidas. Bloquear el tránsito. Envolver la Casa Blanca con cinta de una escena de crimen. Procesiones de los muertos. Una petición para eliminar de las escuelas el delito de reclutamiento militar. Todos son ejemplos de la clase de resistencia ecléctica que necesitaremos para lograr sacar del poder al gobierno de Bush y dar marcha atrás a su programa fascista. Esas acciones también demuestran el entusiasmo de todo el país por sobrepasar las "protestas de rutina".

Barbara Baeden de Acción pro Paz expresó ese espíritu en una cita captada en CNN.com: "Es la primera vez que ocurren acciones coordinadas de desobediencia civil directa. Gente que nunca ha participado en esa clase de acción está decidiendo que ahora es el momento de hacerlo".

Acelerar las actividades y hacer sacrificios

Las acciones del 19 de marzo demostraron la disposición de una creciente cantidad de personas de aumentar el nivel de su resistencia a los atropellos que se cometen en su nombre. En muchos lugares del país, eso se manifestó en su disposición a ser arrestadas. En Tacoma, los manifestantes se enfrentaron a la rabia de los contramanifestantes que les amenazó con ataques físicos. En otras ciudades, los estudiantes de prepa que salieron de las clases enfrentaron la posible ira de la administración o de sus padres. Para otras, el sacrificio fue simplemente reorientar sus prioridades de acuerdo a la gravedad de la situación mundial.

Un señor de Milwaukee, que se unió a las acciones de 19 de Chicago, dijo: "¿Qué hay que hacer que sea más importante? Mira, yo ni sé cómo voy a llegar a casa esta noche. Pero si todos seguimos con nuestras vidas como de siempre, jamás pararemos esta guerra".

Este sentimiento de "basta ya" hasta llegó a las páginas de los periódicos burgueses. Por ejemplo, las palabras del señor de Milwaukee hicieron eco en las entrevistas a varias personas que hizo el Contra Costa Times (de California). Siri Margerin, una señora de San Francisco de 56 años, dijo: "Por cinco años hemos luchado para parar la guerra y unos abandonaron el esfuerzo desmoralizados. Tenemos que seguir con todas las actividades y tenemos que seguir haciéndolas todo el tiempo".

Asimismo, en un artículo de insidebayarea.com -- el portal en línea de varios periódicos de la Bahía de San Francisco, por ejemplo el Oakland Tribune-- Jamie Jones dijo: "Parece que nuestras voces no se escuchan. Tenemos que llevarlo todo a otro nivel".

Un espíritu de desafío entusiasta, o sea, "de pasarla bien"

Defender a los pueblos del mundo, oponer resistencia a los que causan su sufrimiento y ser parte de hacer historia en el proceso: es una tarea difícil, ¡pero eso no implica que tiene que ser una lata! Es cierto que hay muchos momentos de tensión en repudiar un gobierno criminal y bien organizado, y medir constantemente los obstáculos a la creación de una oposición de suficiente alcance provoca inevitablemente mucha ansiedad, ¡pero todo eso puede y debe ser divertido también!

El 19 de marzo, empezamos a ver un poco la posibilidad de una cultura de resistencia que inspira. Por ejemplo en Honolulu, una marcha se triplica en tamaño cuando se le suma un gentío que incluye a surfistas y turistas. La gente da palmadas al compás de los tambores y los dueños de tiendas salen para ver el jaleo.

En Washington, D.C., Estudiantes para una Sociedad Democrática organiza "Funk la Guerra": un colectivo de centenares de estudiantes de prepa y universitarios que bailan en la calle, bloqueándola, en medio de la protesta contra una estación de reclutamiento.

En Tacoma, una gran marioneta negra que simboliza la muerte aparece frente a la estación de reclutamiento y los manifestantes empiezan a corear, irónicamente: "U-S-A, U-S-A"... y luego se deleitan cuando los reaccionarios --que no tienen ni idea-- toman la consigna en serio y se le unen las voces.

En Chicago, usan el medio del arte para demostrar su resistencia a los crímenes de guerra, al colocar un lienzo frente a la estación de reclutamiento. El informe del capítulo de Chicago de El Mundo no Puede Esperar dice: "La algarabía de color fue maravillosa. Y junta con la música, estábamos demostrando qué divertido puede ser oponer resistencia a la militarización de Estados Unidos".

Por último, un joven de Berkeley tenía pintadas tres palabras en colores fosforescentes en su monopatín, las cuales captan muy bien el tipo de moral alternativa que se puede y se debe crear en oposición a la total inmoralidad de Bush y Cheney, además de captar en pocas palabras la oportunidad y la necesidad que se presentan a la población estadounidense: "DESCHINGAR AL MUNDO".

Tomar una postura clara y establecer nuevas pautas

Las acciones del 19 de marzo demostraron contundentemente el poder de una resistencia fundamentada en la claridad moral. En breve, cuanto más audaces e inequívocas son las condenas a las atrocidades, tanta más probabilidad hay que otra gente opuesta se sentirá animada y obligada a desafiarlas. Asimismo, cuanto más claramente se sacan a la luz y se condenan los crímenes de lesa humanidad, tanto más evidente será la inmoralidad de los que siguen apoyándolos y la complicidad de los que siguen al margen de la lucha.

Este punto se hizo muy claro en Tacoma. Los derechistas se enteraron de los planes de Estudiantes para una Sociedad Democrática de cerrar una estación de reclutamiento militar y respondieron con amenazas --hasta amenazas de muerte en unos casos-- contra los manifestantes. El informe del capítulo de Seattle de El Mundo no Puede Esperar dice: "Desde un principio, sabíamos que las autoridades querían confundir [nuestra] protesta legal y pacífica con el terrorismo, y no íbamos a dejar que establecieran eso como los términos de debate".

De hecho, los contramanifestantes ya estaban ahí cuando El Mundo no Puede Esperar, Estudiantes para una Sociedad Democrática y otros llegaron a la estación de reclutamiento. Frente a las acusaciones de "traicionar a nuestros soldados", los manifestantes antibélicos respondieron sin pelos en la lengua, exhibiendo las fotos de los iraquíes asesinados y preguntando "¿Debemos apoyar a esto?". Unos manifestantes antibélicos tenían un poco de miedo a acusar a los soldados estadounidenses de crímenes de guerra o de mostrar las fotos de la guerra de Irak como prueba. Eso suscitó un debate entre los manifestantes antibélicos y de nuevo se mantenían firmes los que catalogaron correctamente como crímenes de guerra las acciones de las tropas estadounidenses.

El informe del capítulo de Seattle dice: "Al principio, los manifestantes no querían ofender. Nuestra respuesta fue: '¿Saben qué es ofensiva EN VERDAD? ¡La tortura!' ".

Más tarde, un activista se metió en un debate con un soldado que dijo que está bien que los manifestantes desafíen al gobierno, pero no a las tropas. Dijo: "No queremos que nos llamen 'asesinos de bebés' ". Después de debatir más, el activista dijo: "Déjeme preguntarte: ¿Mataste a bebés?" El soldado respondió: "Bueno, tenemos que hacer lo que tenemos que hacer" y tomó un volante.

Lo que destaca de esa conversación --se lo ve en la respuesta de que "Tenemos que hacer lo que tenemos que hacer"-- es que como el activista no se rajó al acusar a las tropas de crímenes de guerra, se puso muy claro el significado de lo que las tropas están haciendo y lo que el soldado estaba afirmando al decir que es inaceptable criticarlas. Y así sentó la base para que el soldado confrontara ese significado.

En general cuando los activistas, ciñéndose a los hechos, condenaron nítidamente a los que cometen asesinatos y tortura, el resultado fue que tanto los manifestantes como los espectadores podían confrontar con más facilidad lo que se está haciendo en su nombre, a veces ahí en la protesta o (más probablemente) después de un tiempo de reflexión sobre lo que vieron y escucharon.

Cuando una oradora concluyó, la muchedumbre se unió a su consigna "Asesinatos, violaciones, tortura y guerra: ¡están reclutando para eso!". Más temprano ese día, cuando unos derechistas se reunieron cerca de la estación de reclutamiento con sus banderas estadounidenses, un manifestante se acercó a los activistas de El Mundo no Puede Esperar para pedir un pañuelo de color naranja, y comentó: "Ellos tienen su bandera para unirse; nosotros tenemos el color naranja".

Por todo el país el 19 de marzo, las acciones demostraron la posibilidad de cambiar las pautas con que la mayoría debate la guerra, la tortura y el programa de Bush: es decir, dejando atrás la postura de que esas medidas son "errores" para identificarlas como crímenes. Por ejemplo, un artículo de Sarah Karush de la agencia Associated Press, publicado en CNN.com y otras fuentes noticiosas, cita al manifestante Craig Etchinson: "He mirado con horror mientras Bush nos miente sobre esta guerra. Me horroriza la cantidad de gente civil que hemos matado, justamente como en Vietnam".

Es un comentario triste pero cierto que, cinco años después de que el gobierno de Estados Unidos invadió a Irak, sorprende el mero reconocimiento en los medios de comunicación burgueses que el ejército está matando a iraquíes civiles.

Sembrar semillas en medio de una sequía

Por supuesto, otro tema que destaca en el reportaje de los principales medios de comunicación sobre el 19 de marzo es que estas protestas antibélicas, con motivo del quinto aniversario de la guerra de Irak, fueron de tamaño mucho menor que las protestas antes del inicio de la guerra en 2003. Y es una realidad triste y exasperante que aunque una vez millones por todo el país salieron a la calle en resistencia, ahora son miles.

Pero no tiene que ser una realidad permanente.

Las acciones del 19 de marzo --y las personas que en varias maneras creativas e inspiradoras se arriesgaron ese día-- representan las semillas de un nuevo tipo de resistencia que, una vez que florezca, puede cambiar dramáticamente el terreno social y político. Las estamos sembrando en tierra fértil, pero para que crezcan tenemos que ocuparnos de ellas y darles agua. Los que nos damos cuenta de la totalidad del programa de Bush y la dirección en que se nos lleva, si lo repudiamos y rehusamos ser cómplices, confiados de que tenemos la razón, podemos convertir esos "momentos de resistencia" en un movimiento de resistencia.

Las semillas se han sembrado en medio de una sequía de pasividad, rodeadas de las hierbas malas de ilusiones creadas por las elecciones presidenciales. Solo con un movimiento político independiente podemos poner fin a esta situación.

Que llueva, entonces. Luego vendrá el momento de trabajar en el jardín.


 

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