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El Mundo no Puede Esperar organiza a las personas que viven en Estados Unidos para repudiar y parar el rumbo fascista iniciado durante el régimen de Bush y evidenciado en las ocupaciones asesinas, injustas e ilegítimas de Irak y Afganistán; la “guerra de terror” global de tortura, rendición extraordinaria y espionaje; y la cultura de discriminación, intolerancia y avaricia. A ese rumbo no le darán marcha atrás los líderes que nos instan a buscar puntos en común con fascistas, fanáticos religiosos e imperio. Solo es posible si la población forja una comunidad de resistencia –un movimiento independiente de grandes cantidades de personas—que, actuando en pro de los intereses de la humanidad, pone fin a dichos crímenes y demanda que se procese a los responsables por ellos.



Del directora nacional de El Mundo No Puede Esperar

Debra Sweet


Invitación a traducir al español
(Nuevo)
03-15-11

¡NO MAS!
¡Ningún ser humano es ilegal!

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Los Crímenes de Guerra Empiezan Desde Arriba

El Profesor John Yoo Debería Ser Despedido de la Escuela de Leyes de Boalt -- y Procesado

Por CARLOS VILLARREAL

Los crímenes de guerra empiezan desde arriba.  Así como la tortura y muertes en Abu Ghraib y Guantánamo; la humillación de prisioneros iraquíes y afganos en el campo; la rendición extraordinaria; la matanza indiscriminada usando rifles y bombas de tipo clúster; estos se han transformado en nuevas normas de la guerra de las cuales los líderes de los EEUU son responsables.  Y como los crímenes de guerra del pasado, el derramamiento de sangre empezó con el derramamiento de tinta.  Los más culpables no son los soldados rasos en traje de faena que prenden a un prisionero desnudo con una correa para perros, sino los hombres y mujeres en trajes que articulan las políticas.

John Yoo es uno de esos hombres de traje, y es insultante que sea pago por los ciudadanos de California para modelar las leyes y mentes jóvenes en una de nuestras más prestigiosas escuelas de leyes.  Como organización, el Gremio Nacional de Abogados distribuyó un informe de prensa en abril afirmando que Yoo debería ser procesado como criminal de guerra y despedido de la Universidad de California en Berkeley – Boalt Hall, donde es actualmente profesor de abogacía.

La libertad académica es un asunto serio y debe ser abordado en este debate.  Todos hemos visto como las universidades han usado la ideología y otros medios para despedir o por lo menos tratar de silenciar a los académicos izquierdistas. Pero solo porque los directores de la Universidad han tenido un récord malo en relación a la contratación, despido y promoción de profesores, eso no significa que no debamos obligarlos a que hagan lo correcto, cuando las circunstancias así lo demanden.  En este caso, todos debemos reconocer que la Universidad debería asignarle un proceso legal, a pesar que las víctimas de Yoo no tenían esa protección.  Sin embargo, debemos urgir a los directores de la Universidad para empezar los procedimientos normales para despedir a un profesor, considerando la seriedad del mal causado y el poder que tuvo Yoo cuando escribió su memorando.

De acuerdo con el Rector Christopher Edley, ni el mal causado ni el poder y la responsabilidad ejercidos por un profesor constituyen motivo para tomar medidas contra Yoo.  Como escribió Edley en la página de Internet de Boalt: “Como asunto legal, lo que interesa aquí es un extracto relevante de la “Política General de la Universidad en Relación a los Académicos Contratados”, adoptada de forma amplia y generalizada en los 10 campus de la Universidad de California tanto por el Senado Académico y la Junta Directiva de Regentes.  Tipos de conducta inaceptable: “Perpetración de un acto criminal que haya llevado a ser declarado culpable por una corte judicial y que claramente demuestre que la persona está descalificada para seguir siendo miembro del cuerpo docente”.  En este caso, Yoo claramente violó la segunda parte del padrón referido por Edley, pero aún no ha sido condenado de un crimen por corte judicial alguna.  Eso no tiene importancia.  El mismo Manual de Personal citado por Edley dice que “Otros tipos de mala conducta, no citados específicamente aquí, pueden ser sin embargo causa para acciones disciplinarias…”  También expresa específicamente que una de las objeciones disciplinares sería: “Violación grave de políticas Universitarias que gobiernen la conducta profesional del cuerpo docente, incluyendo pero no limitado a políticas aplicadas a la investigación, actividades profesionales externas, conflictos de interés, prácticas clínicas, violencia en el lugar de trabajo, y protección a los delatadores”.

Hay varios hechos para que Boalt Hall considere cursar un juzgamiento justo.  Sus memorandos y otras evidencias son de dominio público y Yoo no se ha distanciado de esos hechos.  Con suerte, una corte judicial llegará eventualmente a la conclusión que él (y Rumsfeld, González, Bush, Cheney, et.al.) son culpables de un crimen, pero no queda claro si el sistema judicial - que se inclina hacia la derecha en este país – tomará alguna actitud sin que ocurra mucha presión para ello, eso si la llegan a tomar.  Independientemente, la ley es bastante clara sobre la forma en que deben ser tratados estos prisioneros.  Y lo que es más importante, el hecho que Yoo haya ignorado principios morales importantes y universales en los argumentos de sus memorandos, y la decisión misma de someter sus memorandos aún sabiendo cuáles serían las consecuencias, ya es suficientemente horripilante. Si la Universidad de California descubriese que un profesor de Medicina de UCSF participó en una investigación ilegal que fuera dañina a los seres humanos, ¿lo dejaría seguir enseñando?  Espero sinceramente que no, y dependiendo de la extensión de los hechos, yo los urgiría a que tomaran una actitud, aún cuando ese profesor hipotético no haya sido juzgado o condenado por cualquier crimen.

La Escuela Boalt también debería tomar en consideración el poder y la responsabilidad que tenía Yoo cuando escribió sus memorandos.  No estaba escribiendo sobre su opinión para una pequeña empresa o un gobierno municipal.  Estaba haciéndolo para la fuerza militar más poderosa del mundo, del gobierno más poderoso del planeta mientras los últimos estaban manteniendo una guerra global.  Estaba escribiendo sobre prisioneros que ya habían sido capturados y que se encuentran en cárceles de seguridad. La otra pregunta que se están haciendo los abogados y académicos de la justicia es si los abogados deberían enfrentar consecuencias criminales por su conducta cuando ésta sea puramente profesional.  Pero esto presume que un asunto se reduce a consejos legales malos o erróneos o que el acto sea uno que recaiga plenamente dentro de la conducta profesional de Yoo.  En ese caso, la analogía es más la de un abogado aconsejando a su cliente que cometer un asalto es perfectamente legal, cuando asaltar a alguien es tanto ilegal como inmoral, y el abogado está tratando de exprimir los límites legales para encubrir el hecho de que su cliente ha dado una paliza a alguien.

Hay un precedente de responsabilidad criminal contra abogados en circunstancias parecidas al caso Yoo.  Philippe Sands, entre otros, ha recientemente revisto el caso Nuremberg de los Estados Unidos contra Altstoetter, en una cáustica historia en dos partes publicada en la revista Vanity Fair llamada “La Luz Verde”.  Sands escribe que el caso “fue llevado a juicio por los Aliados para establecer el principio que los abogados y jueces del régimen Nazista tuvieron una responsabilidad concreta por los crímenes del régimen”.  El principal acusado en ese caso fue encarcelado por 5 años, principalmente por actuar como abogado – dando consejos legales (o para ser más exacto, encubrimiento legal) a los opositores políticos “desaparecidos” del régimen nazista.

John Yoo creó el marco legal para permitir la tortura.  Y como el trabajo legal realizado por Altstoetter que llevó a su condena, éste no fue realizado meramente como un ejercicio académico o filosófico.  Yoo creó ese marco para legalizar a los torturadores, para encubrir sus actos y permitir políticas que directamente traerían dolor, sufrimiento y muerte a los prisioneros mantenidos por los EEUU y en contra de las leyes internacionales reconocidas. Ese es el motivo por el cual Yoo debería ser despedido de Boalt, impedido de ejercer su profesión y juzgado por crímenes de guerra.

Carlos Villarreal es Director Ejecutivo de la filial de la Bahía de San Francisco del Gremio Nacional de Abogados.  Puede ser contactado en carlos@nlgsf.org


 

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