Revolución #95,
15 de julio de 2007
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Proyecto de ley sobre migración muere en el Senado Continúa la ofensiva
fascista contra los migrantes
En el artículo del número 93, "Presión oficial a favor del proyecto de ley de
inmigración: Un programa de más represión y esclavitud legalizada", informamos
sobre los esfuerzos de George Bush y los senadores que lo apoyan de “reavivar”
el proyecto de ley sobre migración. El 28 de junio, los partidarios del proyecto
de ley no lograron cerrar el debate y someterlo a votación. Los que se oponen
podrían impedir un voto, y por tanto sus partidarios lo retiraron.
Un grupo de "sabios" de los altos niveles de la clase dominante (un puñado de
senadores demócratas y republicanos, y el presidente Bush) propuso el proyecto
de ley. No hubiera representado nada bueno para los migrantes. Los elementos
esenciales del plan del Senado son: (1) una escalada grande de la militarización
de la frontera y de los campos de detención; (2) un programa de "trabajadores
huéspedes" que los trata como esclavos; (3) un plan de "legalización" que ordena
a los indocumentados inscribirse a cambio de un permiso de trabajo de prueba,
con la posibilidad de obtener la residencia permanente tras muchos años y
cumplir muchas condiciones; y (4) grandes cambios del sistema de entrada de
familiares de ciudadanos y residentes permanentes que dividirán familias. Los
defensores del proyecto de ley dicen que fue "una reforma global de las leyes de
migración", pero en realidad fue un plan global para la represión de los
migrantes.
Surgió una feroz oposición al proyecto de ley dentro del propio Partido
Republicano de Bush, de locutores reaccionarios como Lou Dobbs de CNN y otros, y
de los Minutemen y otros grupos paramilitares. Decían que no era lo
suficientemente duro, y no tenía medidas extremas como declarar que las
personas que no tienen papeles son culpables de delitos graves. Los términos del
debate público se volvieron aun más reaccionarios: los que están a favor del
proyecto de ley dicen que es la mejor manera de "controlar" la migración y la
frontera; del otro lado están los que quieren una represión fascista contra los
migrantes. La derrota del proyecto de ley ha robustecido a esas fuerzas
fascistas y es parte del plan para imponer medidas represivas globales.
Para conseguir la aprobación del proyecto de ley, sus defensores anunciaron
modificaciones que resaltaban su aspecto represivo. Específicamente, Bush
prometió —si lo aprobaban— autorizar $4.4 mil millones para la “seguridad de la
frontera”: un aumento de la militarización de la frontera con más muros, equipo
de vigilancia, agentes armados, tropas, etc. Dijo que ese dinero vendría de las
“multas” iban a cobrar a los migrantes sin papeles por las visas
temporarias.
Los republicanos conservadores que se opusieron al proyecto de ley dijeron
que era "amnistía para transgresores de la ley". Unos demócratas se opusieron a
ciertas partes del programa de "trabajadores huéspedes" y a dar visas según la
profesión de la persona (el programa actual da visas a familiares de quienes ya
están aquí legalmente). La prensa grande pinta el debate como si fuera un choque
entre las fuerzas "antimigrantes" a favor de hacer cumplir las leyes, por un
lado, y las fuerzas "promigrantes", "moderadas" y "pragmáticas". Pero como hemos
analizado, este es un debate en el seno de la clase dominante sobre quien tiene
el mejor plan para controlar y reprimir más a los 12 a 20 millones de personas
que están aquí sin papeles y a los "trabajadores huéspedes" que vendrán, y al
mismo tiempo seguir explotándolos como fuente de superganancias. (Hay más
información y análisis en “El proyecto de ley de inmigración: El choque en la
cúpula del poder… y los auténticos intereses del pueblo” en el número 92, en el
portal revcom.us).
Debido a este rechazo, es poco probable que se proponga otro proyecto de ley
"global" ni este año ni el que sigue. Es posible que se intente aprobar ciertas
medidas, especialmente las represivas. El senador Jim DeMint, uno de los que más
se opuso al proyecto de ley, dijo después de la derrota: "Procederemos con los
aspectos del proyecto que tienen que ver con seguridad y aplicación de la
ley".
Además, la ofensiva fascista contra los migrantes continúa y la derrota del
proyecto de ley la acicatea. Hay que oponerse a todo eso. La ACLU informa: "En
docenas de ciudades por todo el país, los gobiernos municipales quieren expulsar
a las personas que no tienen documentos, castigando a los que los contratan o
les alquilan viviendas". Los paramilitares reaccionarios, como los Minutemen,
redoblan sus acciones. Los muros y otras medidas en la frontera obligan a la
gente a cruzar por el desierto o las montañas, donde cada año mueren cientos de
personas. El aumento de redadas fascistas por el Control de Inmigración y
Aduanas (ICE) está sembrando terror en las comunidades migrantes por todo el
país.
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