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El Mundo no Puede Esperar organiza a las personas que viven en Estados Unidos para repudiar y parar el rumbo fascista iniciado durante el régimen de Bush y evidenciado en las ocupaciones asesinas, injustas e ilegítimas de Irak y Afganistán; la “guerra de terror” global de tortura, rendición extraordinaria y espionaje; y la cultura de discriminación, intolerancia y avaricia. A ese rumbo no le darán marcha atrás los líderes que nos instan a buscar puntos en común con fascistas, fanáticos religiosos e imperio. Solo es posible si la población forja una comunidad de resistencia –un movimiento independiente de grandes cantidades de personas—que, actuando en pro de los intereses de la humanidad, pone fin a dichos crímenes y demanda que se procese a los responsables por ellos.



Del directora nacional de El Mundo No Puede Esperar

Debra Sweet


Invitación a traducir al español
(Nuevo)
03-15-11

¡NO MAS!
¡Ningún ser humano es ilegal!

EL Mundo no Puede Esperar exhorta a cada persona a protestar contra las leyes racistas como Arizona SB1070, a desacatarlas y a DESOBEDECERLAS



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Renuncia Gonzáles, pero la tortura, el espionaje y las redadas siguen

Habitantes de Albuquerque, Nuevo México, manifestaron ayer su entusiasmo por la renuncia del procurador general Alberto Gonzales; los participantes se agruparon cerca de una casa donde estaba el presidente George W. Bush en un acto privado para recaudar fondos destinados a la campaña de relección del senador Pete Domenici

Habitantes de Albuquerque, Nuevo México, manifestaron ayer su entusiasmo por la renuncia del procurador general Alberto Gonzales; los participantes se agruparon cerca de una casa donde estaba el presidente George W. Bush en un acto privado para recaudar fondos destinados a la campaña de relección del senador Pete Domenici (AP)

¡Fuera Bush y su gobierno, ahora más que nunca!

Sunsara Taylor

Renunció Alberto Gonzáles. ¡Qué buenísima noticia! Sin embargo, el programa fascista que Gonzáles elaboró sigue dominando en la Casa Blanca y causando estragos entre los pueblos de todo el mundo. Hay que oponérnoslo y pararlo, una tarea que solo el pueblo podemos cumplir.

Ahora, cuando el gobierno está en confusión, es la hora de montar un “levantamiento de color naranja”: una efervescencia de resistencia por todo el país --caracterizada por el color impuesto a los detenidos de Guantánamo y las víctimas de tortura-- que no se detiene hasta sacar del poder al gobierno de Bush y dar marcha atrás a su programa. Si la población de este país no rechaza visiblemente el programa de Bush, entonces la intervención telefónica, la tortura, las detenciones indefinidas y muchos otros atropellos --legalizados e institucionalizados por Bush y Gonzáles-- seguirán y se legitimizarán sin importar quién sea el próximo presidente.

George Bush es todavía el comandante en jefe y cada día promociona nuevos horrores. Los demócratas –tanto la mayoría del Congreso como el grupo de candidatos presidenciales viables: Hillary, Barack y Edwards—no desafían ningún elemento esencial de su programa fascista.

Gonzáles dijo que es “curiosa y anticuada” la prohibición que hace la Convención de Ginebra de la tortura –¡un crimen de lesa humanidad!— y, por eso, con razón se lo odia. Pero en octubre tanto los demócratas como los republicanos del Congreso aprobaron la Ley de Comisiones Militares que le dio a George Bush la autoridad de decidir en qué casos la Convención de Ginebra es aplicable. Hicieron eso después de publicarse las fotos de Abu Ghraib. Lo hicieron después de sacudirse la conciencia del mundo con fotos de seres humanos desnudos, amontonados en pirámide, aterrorizados por perros, violados y obligados a cometer actos sexuales a otros detenidos, su religión burlada. Las fotos se tomaron como trofeos, con el descaro de racistas sureños que por algo sabían que jamás se los iba a castigar. ¡Ni siquiera Hitler admitió hacer torturas ni mucho menos la legalizó!

Hace poco en un artículo de la revista New Yorker, Jane Mayer citó a un experto en el protocolo que usa la CIA en interrogatorios, quien dice: “Es uno de los programas de tortura más sofisticados y refinados que conozco... En cada etapa, la atención es rigurosamente minuciosa. Siguen los procedimientos al pie de la letra. El control de la calidad se impone desde arriba y la rutina es tan establecida que llegas al punto en que ya sabes lo que cada detenido va a decir, porque ya lo has escuchado muchas veces. Fue casi automático. La gente salió totalmente deshumanizada, hecha pedazos. Fue la imposición deliberada y sistemática de gran sufrimiento, disfrazada de procedimiento judicial. Simplemente es espeluznante”.

Gonzáles sale del gobierno, pero mientras leen esto, la tortura sigue, y seguirá hasta que saquemos del poder al gobierno de Bush. Si se oponen a la tortura, tienen que Pronunciarse Ya en forma visible, vistiéndose de color naranja y haciendo multiplicarse una resistencia ruidosa y visible al programa del gobierno de Bush.

Gonzáles mintió sobre la intervención telefónica sin orden judicial y, por eso, con razón se lo odia. Pero hace poco tanto los demócratas mayoritarios como los republicanos del Congreso cambiaron las leyes para legalizar dicha intervención ilegal y probablemente mucho más. Chuck Schumer y otros demócratas afirman que la renuncia de Gonzáles es una victoria, ¡pero no es ninguna victoria para todos los que no quieren vivir en un estado policial!

Piénsenlo: el presidente no simplemente violaba las leyes al espiar sin tener una orden judicial, sino también al MENTIR repetidas veces sobre ello. Igual que el secretario de Justicia. Pero en vez de hacer un juicio de destitución para sacarle a toda la camarilla, los demócratas cambiaron las leyes, legalizaron el espionaje y ¡la llaman toda una victoria porque ahora ellos supervisan el negocio criminal! Es más, la nueva ley de espionaje es tan amplia que, según los titulares de la semana pasada, probablemente autorice al gobierno registrar físicamente a las personas!

Gonzáles se va, pero mientras leen esto, el espionaje sigue y seguirá hasta que saquemos del poder al gobierno de Bush. Si se oponen a eso, tienen que Pronunciarse Ya en forma visible, vistiéndose de color naranja y haciendo multiplicarse una resistencia ruidosa y visible al programa del gobierno de Bush.

Gonzáles participó en los despidos selectivos, por motivos políticos, de varios abogados federales y, por eso, con razón se lo odia. El mismo Gonzáles no es un fascista cristiano, pero durante el escándalo se vislumbraba hasta qué medida todos niveles del gobierno se han llenado de teócratas leales a Bush y su versión odiosa del cristianismo. Monica Gooding renunció, pero fue apenas una de más de 150 graduados de la Universidad Regent, de Pat Robertson, que ahora trabajan en el gobierno de Bush. No olvidemos que Pat Robertson echó la culpa por el ataque del 11 de septiembre a las feministas, la ACLU, los médicos que practican el aborto y la gente gay. Peor aún, Robertson aboga por una reforma del sistema judicial para hacerlo corresponder al modelo bíblico, donde se ejecutan a los “criminales habituales” (nótense, no se limita a los criminales “violentos”).

Los demócratas no desafían nada de eso; al contrario, se conforman. Por malo que sea la descalificación sistemática de posibles votantes demócratas que esos despidos facilitaban, los demócratas no representan ninguna alternativa en pro de la humanidad. Hillary Clinton, Barack Obama y John Edwards están haciendo lo imposible para quedar bien con los que quieren hacer del país una teocracia, y les están cediendo mucho terreno. Los tres se oponen al matrimonio gay. Ninguno ataca a George Bush ni a los muchos candidatos republicanos que niegan el hecho de la evolución. Ninguno ha cuestionado el ataque total al derecho de la mujer al aborto y al control de la natalidad, sin los cuales ninguna mujer es libre. Todos y cada uno se negaron a obstaculizar (mediante el filibuster) la nominación de los magistrados Alito y Roberts, tan celebrados por los fascistas cristianos, y ahora tenemos lo que es casi una anulación de Brown v. Board of Education [que prohibió la segregación de las escuelas], los comienzos de la criminalización del aborto, y fallos peores que están por venir.

Gonzáles ya no está, pero mientras leen esto, la redefinición teócrata de la sociedad sigue, y seguirá hasta que saquemos del poder al gobierno de Bush. Si se oponen a eso, tienen que Pronunciarse Ya en forma visible, vistiéndose de color naranja y haciendo multiplicarse una resistencia ruidosa y visible al programa del gobierno de Bush.

Por último, ¿con quién se rumorea reemplazar a Gonzáles? ¡Con Michael Chertoff!

Es decir, ¡el funcionario responsable de la matanza de la gente de Nueva Orleáns debido a la negligencia criminal durante el huracán Katrina! El funcionario que, en medio de redadas, detenciones y deportaciones de migrantes, les dijo a los medios de comunicación: “La cosa va a ponerse fea”. Las redadas de ICE han continuado y, como Chertoff prometió, todo se ha puesto más feo.

Ahora es cuando necesitamos un “levantamiento de color naranja”. La renuncia de Gonzáles refleja vulnerabilidades políticas, pero el programa no se invertirá hasta que la población se oponga resistencia en crecientes números masivos para sacar del poder a este gobierno. Los demócratas no están impidiendo el programa de Bush, y las elecciones de 2008, además de ser demasiado lejanas para cambiar las cosas para quienes sufren la tortura hoy, ¡prometen ofrecer ninguna alternativa!

Toda persona que no quiere ser recordada con mayor desprecio que a los “buenos alemanes”, debe unirnos en sacar del poder al gobierno de Bush, que sigue impulsando las medidas fascistas que Gonzáles ayudó a implementar.


 

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