El submarino es tortura – 19 de diciembre de 2007
Imagínate que te estás ahogando.
El agua te llena los pulmones, el corazón late aceleradamente. Te palpita la
cabeza con la urgente necesidad de oxígeno. La capucha que te cubre la cara no
permite levantarte. Las piernas y los brazos se han sujetado y un hombre te está
chillando. Al comienzo, sus palabras son agudas y claras; pero, a medida que el
cerebro se priva lentamente de oxígeno, ya no puedes oír muy bien.
Tratas de contener la respiración mientras durante minutos enteros se vierten
agua sobre tu cara. A pesar de que pensaste que guardarías la calma, no puedes
aliviar esa sensación de desazón en los intestinos.
El agua se te sube por la nariz y fluye por todas las fosas nasales,
provocando repentinas sensaciones de frío y desesperación. Te atragantas con el
agua, pero eso no hace más que acelerar la apertura de los bronquios al caudal
de muerte fría que se filtran por los pulmones. Sientes una opresión en el
pecho, como si estuvieras expectorando un caramelo atascado en la garganta, pero
es mucho peor. Un temor repentino te invade.
"¡Me MUERO!" El cuerpo te grita. El sistema nervioso central decae en
convulsiones. Das patadas y entras en espasmos. Chillas; pero el agua, el
capirote, y la falta de aire en los pulmones no te permiten hacerlo.
Los pensamientos aceleran. El tiempo va más despacio, una consecuencia
natural de negarle oxígeno a la química cerebral. Tienes tiempo para sentir
perfectamente el fluir de la agua fría por los pulmones, la inundación de cada
parte de las fosas nasales, las correas que atan tu cuerpo espasmódico a la
superficie dura debajo de ti. Tienes tiempo para sufrir el significado lento de
la muerte. Las mismas puertas del infierno ahora abren para ti y el tiempo se
detiene. Centenares de minutos dolorosos y espantosos hacen tictac. Sabes que te
mueres, pero eso no alivia el dolor de los pulmones sofocados. Todo en tu vista
se enrojece, llega a ser un túnel. Tus ojos se salen de las órbitas y los
músculos se han flexionado completamente. Todo se vuelve negro.
De acuerdo al derecho internacional, se define la tortura así:
"cualquier acto por el cual se inflige deliberadamente a una persona severos
dolores o sufrimientos físicos o mentales. . . de parte de un funcionario
público u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a instigación
suya, o con su consentimiento o aquiescencia".
Mukasey, Bush, y Cheney piensan que "el submarino" (waterboarding) está
perfectamente bien. Según Dick Cheney: "Eso no es tortura. Es obvio". Hay que
parar a esas personas. Están despojándonos de la virtud moral y están simulando
el ahogamiento de nuestra integridad y nuestras almas.
Veteranos de Irak contra la
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