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El Mundo no Puede Esperar organiza a las personas que viven en Estados Unidos para repudiar y parar el rumbo fascista iniciado durante el régimen de Bush y evidenciado en las ocupaciones asesinas, injustas e ilegítimas de Irak y Afganistán; la “guerra de terror” global de tortura, rendición extraordinaria y espionaje; y la cultura de discriminación, intolerancia y avaricia. A ese rumbo no le darán marcha atrás los líderes que nos instan a buscar puntos en común con fascistas, fanáticos religiosos e imperio. Solo es posible si la población forja una comunidad de resistencia –un movimiento independiente de grandes cantidades de personas—que, actuando en pro de los intereses de la humanidad, pone fin a dichos crímenes y demanda que se procese a los responsables por ellos.



Del directora nacional de El Mundo No Puede Esperar

Debra Sweet


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La toma de posesión de Obama: las esperanzas de una nación, las necesidades de un imperio

Jueves, 22 de enero de 2009

Dennis Loo

Barack Hussein Obama es el nuevo presidente estadounidense. Bush y Cheney lucieron terriblemente pequeños y dispépticos ese día, Cheney sobre todo, pues estaba en silla de ruedas, habiendo dañado la espalda levantando cajas de documentos ultra secretos de la Casa Blanca durante su último día en el poder. Por lo visto, los empleados no eran de suficiente confianza para mover esas cajas para quien tenía en su oficina una caja fuerte tan alta como un hombre.

Millones fueron a presenciar, y otros cientos de millones quedaron clavados a la tele, en celebración del fin de los años Bush/Cheney – un adiós muy, muy merecido al régimen despreciado que demoraba por tanto tiempo - y el comienzo del gobierno de ese “hombre negro flaco con el nombre raro,” como Obama se ha llamado.

El domingo antes de la toma de posesión, un concierto titulado “Somos Uno” se celebró delante del monumento a Lincoln, con la participación de las estrellas Bruce Springsteen, U2, Stevie Wonder, Usher, Beyoncé, René Fleming, John Mellancamp, y otras.

Ese zorro Pete Seeger, de 89 años, puesto en la lista negra durante los años 1950 y excluido de programas televisivos durante décadas, volvió a la letra original a la oda de Woodie Guthrie a la gente estadounidense, acompañado por Springsteen en un final apasionado. Mellancamp cantó “Casas Rosadas,” su mirada sardónica a la experiencia estadounidense para gente trabajadora.

Bueno, hay gente y más gente
Qué saben ellos, qué saben, qué saben
Que van a trabajar en algún rascacielos
Con vacaciones allá por el Golfo de México
Ay, sí

Y hay ganadores y hay perdedores
Pero ellos no son nada del otro mundo
Porque el hombre simple paga lo emocionante, nena, paga las cuentas
Y las píldoras que matan

Ay, pero ¿ no es América así
¿No es América algo que ver, nena?
¿No es América la patria de los libres, sí?
Casitas rosadas para ti y para mí, Ooooh

- John Mellancamp, “Casas rosadas”

Había ahí una gran muralla alta que trató de pararme;
El letrero pintado decía “propiedad privada”;
Pero al revés, pues no decía nada;
Ese lado se hizo para ustedes y para mí.

- Woody Guthrie, “Esta tierra es su tierra”

Quizás más que los eventos del martes, el concierto "Somos Uno" del domingo ilustra el terreno complicado en que Obama tendrá que actuar. Por un lado están las esperanzas de una nación, quizás nunca más elevadas que con este hombre que tiene una apariencia tan "Otro" en comparación con la pandilla saliente y los previos cuarenta y un presidentes (pues Grover Cleveland fue presidente en dos mandatos no consecutivos), y la pura alegría evidente en las caras del público. Los artistas que actuaron para Obama el domingo --en unos casos interpretando canciones que, si se den cuenta ahora o no, subrayan las diferencias que tienen con él-- llegarán a captar eso más agudamente en los meses y años venideros, puesto que, como siempre es el caso con los artistas, representan la vanguardia de las esperanzas y los sueños de las masas que Obama aprovechó tan hábilmente para ganar la presidencia en este tiempo de crisis nacional.

Por otro lado, quienes dirigen las cosas en realidad han encargado a Obama de preservar, proteger y llevar adelante ciertas necesidades del imperio estadounidense. Si la verdad se revelara en hechos, el juramento de nuevo presidente diría: “Yo, Barack Hussein Obama, juro solemnemente que preservaré, protegeré y defenderé el imperio estadounidense.”

Como dijo en 1935 el mayor general Smedley Butler, quien fue durante su vida el infante de la Marina más decorado de la historia estadounidense, y a quien unos industrialistas estadounidenses trataron de reclutar para encabezar un golpe de estado fascista contra [el presidente] FDR, pero con el resultado de que Butler denunció el complot:

"Pasé 33 años y cuatro meses en el servicio activo y durante ese período ocupé la mayor parte de mi tiempo como matón de lujo para las grandes empresas, Wall Street y los banqueros. En breve, fui un mafioso, un gángster para el capitalismo. En 1914 ayudé a hacer que México, y en particular Tampico, fuera un lugar seguro para los intereses petroleros estadounidenses. Ayudé a hacer de Haití y Cuba lugares decentes para que los chicos del Banco City National obtuvieran beneficios allá. Ayudé en el expolio de media docena de repúblicas centroamericanas en beneficio de Wall Street. De 1902 a 1912 ayudé a purificar Nicaragua para la compañía internacional banquero de los hermanos Brown. En 1916 llevé la luz a la República Dominicana para los intereses azucareros estadounidenses. En 1903 ayudé a hacer de Honduras un buen lugar para las compañías frutícolas estadounidenses. En China en 1927 ayudé a que la petrolera Stándard Oil hiciera sus negocios sin molestias. Mirando para atrás, podría haberle dado unos consejos a Al Capone. Lo mejor que él logró hacer fue hacer sus negocios sucios en tres distritos. Yo los hice en tres continentes."

¿Adónde van las cosas? ¿Puede Obama mantener unido al centro, o serán demasiado fuertes las fuerzas centrífugas?

* * *

La senadora Dianne Feinstein, anfitriona de la investidura, dio la bienvenida al evento promocionándolo como una pacífica transferencia del poder basada en el derecho de la gente a elegir a sus líderes. Lo que no mencionó es la imposibilidad de que la elección de líderes, aun cuando cuentan todos los votos, sea en sí "la democracia", porque eso significaría que los votantes realmente no tienen una voz sobre lo que pasa de una elección a la otra. Resulta más extraño cuando se considera que en 2007 ella anunció que los demócratas, ahora de nuevo en control del Congreso, no harían nada en cuanto a las máquinas de votación electrónica (tan fáciles de piratear) al menos hasta 2010: se trataba de las mismas máquinas chuecas que les dieron la Casa Blanca a Bush y Cheney de forma ilegítima en 2004, habiéndoles ya conferido la Casa Blanca ilegítimamente en 2000.

El reverendo Rick Warren, que en público ha descrito a los gays como equivalentes a pedófilos que toman parte en actos parecidos a la bestialidad, dio la invocación, sin mostrar ninguna ironía evidente al entonarle a Dios que estamos “unidos en nuestro compromiso con la libertad y la justicia para todos.”

Y luego, después de que el presidente de la Suprema Corte John Roberts tropezó con el muy corto juramento del nuevo presidente, vino el muy esperado discurso inaugural del presidente. Unos expertos habían previsto anteriormente que partes de este discurso se grabarían en mármol algún día en la capital. Con tales expectativas para una persona que había pronunciado llamados tan conmovedores para "el cambio" durante la campaña y después de ser nominado, su discurso inaugural no tenía retórica elevadísima ni contenido inspirador. Quizás por carecer de la agilidad aliterada de Theodore Sorensen, el principal escritor de discursos para Kennedy (“pagar cualquier precio, soportar cualquier carga”), el discurso de Obama resultó bastante apagado. Los expertos han aventurado varias explicaciones: está tratando de minimizar las expectativas, está hablando francamente a la población estadounidense, respeta nuestra inteligencia y por eso nos habla sobriamente sobre la situación. Como dijo Bob Schieffer de la red CBS, lo que es más notable de este discurso no es lo que dijo, sino quién lo dijo. Por decir verdad, si Obama no hiciera más que pararse en el podio y levantar los brazos ante los presentes, el público habría respondido con sonrisas encantadas y aplausos felices.

Obama se ve constreñido menos por las limitaciones de su escritor de discursos de veintisiete años y su propio lenguaje que por la naturaleza de la crisis del imperialismo estadounidense y el papel que él puede desempeñar y que desempañará como su líder político principal.

Usó la palabra "cambio", que invocó incesantemente durante la campaña, sólo una vez: “el mundo ha cambiado, y debemos cambiar con él.” En esa línea el cambio no es el elemento principal, sino más bien la respuesta que se requiere ante el elemento de vanguardia: el hecho de que el mundo ha cambiado y tenemos que enfrentarnos a eso.

Usó la palabra “esperanza” tres veces, dos veces al citar el discurso de George Washington en su final: “en la profundidad del invierno, cuando solamente la esperanza y la virtud podrían sobrevivir,” “con esperanza y virtud, déjenos hacerle frente una vez más a las corrientes heladas y soportar las tormentas que vengan,” y una vez aquí: “En este día, estamos reunidos porque hemos elegido la esperanza sobre el miedo, y la unidad de nuestro propósito sobre el conflicto y la discordia.”

Obama nos exhorta (y aquí yo no podía más que pensar en las películas de Frank Capra como “El Sr. Smith va a Washington” y “Es una vida maravillosa”) a: “reafirmar nuestro espíritu duradero y elegir nuestra historia mejor.” Existe un “debilitamiento de confianza por todo el país – un miedo persistente de que la decadencia de Estados Unidos sea inevitable.” No es el discurso de Jimmy Carter que se refiere a la "desazón moral", pero dista mucho de ser el discurso sobre “la mañana en Estados Unidos” de Reagan.

Vale la pena hacer un poco de análisis de dos frases. Primero, debemos analizar el “debilitamiento de confianza” en Estrados Unidos. Si los estadounidenses sienten menos confianza en las guerras imperialistas, entonces la disminución de esa confianza es algo bueno. Por supuesto, hay gente en este país que se deleita con la dominación estadounidense sobre otros países y “nuestro estilo de vida”, por los cuales Obama dice que no pediremos perdón: con menos del 5 % de la población del mundo, EEUU consume el 25 % del combustible fósil no renovable, produce un porcentaje igual de sustancias químicas responsables por el calentamiento global, y encarcela el 25 % de la población presa del mundo. Sí, somos el #1 en muchas categorías de las cuales no debemos sentir nada orgullosos.

¿Qué Estados Unidos justo y qué planeta sostenible existirían si el estilo de vida estadounidense, con su huella de carbón desmesurada, no se dejara atrás con las demás cosas “que eran de niño?”

“[N]uestros días de mantenernos en nuestros trece, de proteger intereses estrechos y aplazar decisiones desagradables - ese tiempo seguramente se acabó. A partir de hoy, debemos levantarnos, quitarnos el polvo, y comenzar de nuevo el trabajo de rehacer a Estados Unidos.”

“Proteger intereses estrechos,” “aquellos que prefieren una vida de ocio a trabajar, o que sólo buscan los placeres de riqueza y fama” son reprimendas muy suaves para gente de la calaña de Enron, Madoff, Wall Street, las corporaciones de Estados Unidos, y el Congreso y la Casa Blanca que les dieron carta blanca y ahora han vendido el futuro de las generaciones venideras para rescatar a esos magnates ladrones de los tiempos modernos.

En un tiempo cuando decenas de millones sienten en su vida diaria el dolor y las consecuencias de las políticas neoliberales de desatar "el libre mercado" mediante la desregulación, la privatización, y la desindustrialización, Obama nos dice que la cuestión no radica en “si el mercado es una fuerza para el bien o para el mal.” ¿De veras, no es eso? ¿Está seguro? Comparen esa crítica suave de Obama contra el sistema que nos ha llevado al borde de la catástrofe, con la franca admisión del ex presidente del Banco de la Reserva Federal Alan Greenspan de que su fe en el principio del mercado fue un error.

¿Cómo ayudarán esa situación el trabajo duro y el sacrificio, a menos que sea a expensas de la clase trabajadora y las clases medias de este país, y no a expensas de aquellos que beneficiaron del rescate financiero que ambos Obama y McCain apoyaron?

“Nuestra nación está en guerra, contra una red de violencia y odio de gran alcance.” El 11 de septiembre, por lo horrible que fue, y hasta suponiendo que no fuera obra de fuerzas oficiales, no es comparable, lo siento, a la continua carnicería que nuestro gobierno ha desatado en su nombre. Más de un millón de iraquíes ha muerto, en un país que no tuvo nada que ver con los ataques del 11 de septiembre. Decenas de miles de estadounidenses han muerto en el combate o al suicidarse después (dieciocho suicidios por día según la Administración de Veteranos). Los afganos siguen muriendo en ataques estadounidenses y habrá más muertes a medida que Obama cambia el foco de la guerra de Irak a Afganistán y Pakistán. Irán está en las miras de la nueva administración, y los palestinos no recibieron ningún apoyo del presidente electo Obama cuando Israel los estaba masacrando en las últimas semanas.

Esa guerra contra el terror es una guerra DE terror. Es una guerra para el imperio. Es una guerra que debemos repudiar. Obama dice que “Somos Uno” y se podía ver el sentido de unidad en todas partes en los últimos días. Muchos creen que el sueño de Martin Luther King ahora se ha realizado. Pero menos de tres semanas antes de que el primer presidente negro tomara posesión del cargo, la policía asesinó a sangre fría a otro hombre negro: Oscar Grant, ejecutado por la espalda mientras estaba boca abajo en una estación de Bart de Oakland.

Obama quiere que se le unamos en su intento de fusionar los deseos legítimos de la nación a las necesidades del imperio imperialista. Para realizar esa hazaña difícil, apela a la población a trabajar mucho, sacrificar y unirse. Los activistas de El Mundo no Pueden Esperar, Veteranos por la Paz, Arresten a Bush, Código Rosado y otros que tomaron las calles de Washington, D.C., en los días antes e incluso el día de la inauguración relataron que decenas de miles de personas pidieron con entusiasmo que se les tomara la foto junto a pancartas que decían “Arresten a Bush,” “De Gaza a Guantánamo, paren las guerras interminables de terror y tortura”, “Procesen a los criminales de guerra Bush y Cheney.”

Obama habla de una era de responsabilidad. Bueno, eso lo acepto. Para empezar, responsabilicemos de crímenes de lesa humanidad a los criminales de guerra con quienes usted compartió el podio el martes. Si usted hace eso, Sr. Obama, significará por supuesto que tendrá que repudiar la cooperación y la colusión que él y el resto de la dirección del Partido Demócrata le extendieron al gobierno de Bush durante ocho años, entonces le aplaudiré y le daré una palmada en la espalda. Si no lo hace, entonces habrá que condenarle como hipócrita y como el presidente que selló el destino de la nación al apartar la vista frente a la tiranía y al desacato a las leyes de parte del titular del cargo público más alto del país.

* * *

El Servicio Secreto ha apodado “la Bestia” al coche blindado en que Barack y Michelle Obama viajaron durante una parte de la caravana de investidura, debido a su tamaño, sus chapas blindadas y otros detalles de alta tecnología, como la capacidad de manejarse aun si los neumáticos se han pinchado. Al mirar el avance lento de la "Bestia" por la avenida Pensilvania, cuando los locutores de NBC comentaron que el mantenimiento del vehículo es difícil porque los baches de las calles de Washington, D.C., crean problemas para el blindaje, y los locutores de Noticias Fox mencionaron que "la Bestia" despide gases nocivos de diesel, yo no podía menos que verlo como una metáfora para el imperialismo estadounidense. Fortificado. Blindado. Paredes y ventanas gruesas. Pero anda lento y con dificultad, y lo ponen en peligro cuestiones cotidianas como los baches.


 

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