Más de un millón de hispanos realizaron histórico paro en
EEUU
02/05/2006
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Cientos de miles de inmigrantes manifiestan en
Los Angeles ©AFP - Héctor Mata |
LOS ANGELES (AFP) - Más de un millón de hispanos realizaron un histórico paro
el lunes e inundaron las calles de Estados Unidos para mostrar su importancia en
la economía y exigir la legalización de los indocumentados, aunque muchos se
sumaron a las marchas luego de trabajar o ir a la escuela.
Alentados por una gran cobertura mediática y el éxito de las protestas
hispanas iniciadas a fines de marzo, los organizadores de la acción bautizada
"Un día sin inmigrantes", cosecharon sus mayores éxitos en Chicago (Illinois) y
Los Angeles (California), pero las marchas se extendieron por todo el país.
Al grito de "Sí se puede", más de 600.000 personas asistieron a las dos
marchas más grandes convocadas por los inmigrantes hispanos en la megalópolis de
Los Angeles (California, oeste), indicó la Policía de la ciudad sin aclarar el
número de personas que asistieron a ambas manifestaciones
Este cálculo coincidió el de los medios locales y se mantuvo conservador
frente al "millón y medio" anunciado por los organizadores de la marcha de la
mañana Hermandad Mexicana (MAPA) y Coalición 25 de Marzo.
En Chicago, más de 400.000 personas inundaron las calles y defendieron la
causa migratoria además de pedir el fin de las redadas ejecutadas por el
gobierno la semana pasada -cuando se anunció el arresto de más de 1.300
indocumentados en 25 Estados-.
"Excedimos por lejos la marcha del 25 de marzo pasado", dijo a la AFP el
presidente de MAPA, Nativo López, refiriéndose a una marcha que reunió más de
500.000 personas en marzo y cuando no terminaba otra protesta convocada por otra
coalición que lidera la Iglesia Católica, para después de trabajar.
"Hoy marchamos, mañana votamos y si nos echan brincamos", gritaban los
manifestantes, familias completas, en un día donde más de 70.000 estudiantes
optaron por sumarse al boicot, según las autoridades escolares del Distrito de
Los Angeles, que como en Chicago muchos estudiantes faltaron.
El puerto de Los Angeles, uno de los más importantes del país, amaneció como
una zona fantasma pues sus camioneros se sumaron al boicot, y paralizaron casi
el 70% de la actividad.
En Nueva York, decenas de miles de inmigrantes se concentraron en Union
Square, poco después de que cientos realizaran al mediodía cadenas humanas en
varios puntos de la ciudad.
Según la policía de las respectivas ciudades, unos 75.000 se manifestaron en
Denver (Colorado), miles en San Diego (California) y en Homestead, ciudad rural
de Florida donde la mitad de la población de 36.000 habitantes es hispana.
Ante manifestantes como la colombiana Johanna Holanda, de 17 años, que
llevaba a cuestas a su bebé Eric, el senador de Illinois Barack Obama, único
negro en el Senado, habló de la necesidad de "sacar a la gente de las sombras" y
ofrecerles un camino a la ciudadanía.
Grupos menos radicales temen que el boicot sea contraproducente en momentos
en que el Congreso considera una reforma migratoria, y convocaron a marchas
durante el almuerzo o después del trabajo y la escuela este 1 de mayo, Día de
los Trabajadores en muchos países pero no en Estados Unidos.
"¿Quién va a recoger tus tomates, quién construirá tus casas?", preguntaba el
cartel de un manifestante de Homestead.
En el medio oeste del país, algunas ciudades tuvieron retrasos en la
recolección de residuos. Obras de construcción, restaurantes y viveros debieron
cerrar por falta de trabajadores. Muchas aulas permanecieron vacías.
Janet Murguía, presidenta del Consejo Nacional de la Raza, la mayor coalición
de organizaciones hispanas, que se opuso al boicot, recordó ante miles de
inmigrantes en un parque de Washington DC que "lo más importante" es lograr que
el Congreso apruebe una reforma migratoria integral.
En previsión del paro, empresas como Tyson Foods y Cargill cerraron más de
una decena de plantas procesadoras de carnes. Goya Foods, la compañía de comidas
hispanas preparadas más grande del país, suspendió las entregas, mientras
McDonald's redujo el personal en algunos locales.
La Iglesia católica urgió a ir a misa en lugar de sumarse al paro y sugirió
que se doblaran las campanas en memoria de los inmigrantes muertos al cruzar la
frontera.
El presidente George W. Bush, que apoya una reforma migratoria que legalice a
parte de los 12 millones de indocumentados y otorgue visados temporarios de
trabajo a extranjeros, rechazó el boicot.
El Senado se pronunciará en mayo sobre un proyecto de ley que legalizaría a
parte de los indocumentados, pero antes los legisladores deben conciliar su
proyecto con uno más duro aprobado por la Cámara baja, que criminaliza a los
indocumentados y motivó la ola de protestas.
Los ecos del boicot se sintieron en México, El Salvador, Honduras y
Guatemala, de donde provienen grandes colonias que integran la comunidad hispana
en Estados Unidos, primera minoría con más de 40 millones de personas.
Incluso el subcomandante Marcos, líder de la guerrilla zapatista, exhortó a
la población a boicotear los productos estadounidenses en una protesta frente a
la embajada de este país.
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