Chicago: Más de 300,000 se hacen sentir
Más de 300,000 personas inundaron las calles de Chicago en
una marcha pacífica y masiva, haciéndose oír para enviar un mensaje claro a los
congresistas y senadores de Washington: “No a la Ley HR4437 de Sensenbrenner”.
Fabiola Pomareda, 10 de
marzo de 2006
De todos los barrios y algunos suburbios vinieron jóvenes,
familias enteras, ancianos en sillas de ruedas y personas con discapacidad,
atendiendo el llamado de la organización Centro Sin Fronteras, la Coalición de
Illinois por los Derechos de los Inmigrantes, y el conocido conductor
radiofónico Rafael “El Pistolero” Pulido.
Aunque la gran mayoría eran
mexicanos, también había irlandeses, salvadoreños, chinos, vietnamitas, polacos,
todos usando prendas de vestir blancas y cargando banderas estadounidenses.
Así, desde tempranas horas de la mañana varias estaciones de metro
claves estaban casi colapsadas, con la cantidad de inmigrantes queriendo llegar
al Parque Union, de donde salió la marcha a las 12 mediodía.
Doña
Catalina García asistió con tres de sus hijas –a las que decidió no llevar a la
escuela. Ellas viven en la esquina de la calle Pulaski con la 62nd St., en los
barrios del sur, y estuvieron dos horas esperando para tomar el metro y luego el
autobús. Finalmente lograron llegar un poco tarde a la Plaza Federal, donde
terminó la marcha e inició un Rally en pro de los derechos de los inmigrantes.
Poco antes de la 1 de la tarde la plaza estaba a reventar. “Nosotros
somos de Zacatecas, San Luis Potosí pero vivimos en Chicago hace trece años;
sólo mi hija más pequeña nació aquí”, contó García. “Cargamos la bandera
estadounidense porque estamos aquí y tenemos que adorar esta bandera; vivimos en
este país y queremos seguir sus costumbres”, dijo convencida.
Al igual
que ella, miles agitaban las banderas y diversas pancartas: “Stop GESTAPO
practics, No HR4437”; “Sensenbrenner Mendigo racista”; “No somos criminales”.
Las voces rugían “viva la raza”; “se ve, se siente, el pueblo está presente”;
“aquí estamos y no nos vamos, y si nos tratan de echar, regresamos”, gritó Emma
Lozano, una de las principales organizadoras, directora del Centro Sin
Fronteras.
Cuando llegó la primera columna de la marcha, la multitud les
recibió candente. La primera imagen era un Cristo en una cruz de madera, los
integrantes de un grupo de danza indígena, con sus tambores y penachos aztecas,
y un grupo de manifestantes en zancos.
Doña Catalina estaba emocionada y
la gente recibió con aplausos al conductor radiofónico “El Pistolero”. “Estamos
aquí para manifestar nuestro descontento; esto es lo que sabe hacer un pueblo
cuando se quieren violar sus derechos”, dijo Pulido.
Pero los momentos
más importantes fueron cuando hablaron el alcalde de la ciudad Richard Daley;
seguido del Gobernador del Estado, Rod Blagojevich.
“Nuestro pasado,
nuestro presente y nuestro futuro tiene que ver con los inmigrantes y nadie
puede darles la espalda; y esta lucha incluye a los americanos porque todos en
América son inmigrantes”, exclamó Daley. “Esta batalla nunca se perderá porque
finalmente el gobierno federal entenderá que ustedes están en lo correcto”,
añadió.
Por su parte, Blagojevich se expresó en español: “Familia,
trabajo y oportunidades son mis valores, y como hijo de inmigrantes y padre de
familia entiendo la importancia de mantener las familias unidas. Ustedes no son
criminales; son trabajadores”, señaló.
También aprovechó para señalar la
diferencia con que se ha abordado este tema en Illinois y en California, ya que
dijo que cómo es posible que en uno de los estados más grandes del país, el
mismo gobernador sea un inmigrante; pero actúa como si se le hubiera olvidado”,
dijo refiriéndose a Arnold Schwarzenegger.
Mientras el sol seguía
alegrando la tarde, varias otras personalidades tomaron el micrófono, como el
congresista Luis Gutiérrez; Elvira Arellano, presidenta de la organización
Familia Unida; Horacio Esparza, quien habló en representación de los inmigrantes
con alguna discapacidad; y Tania Unzueta, dándole voz a los estudiantes.
Cuando el senador Richard Durbin habló a la gente el ambiente estaba
caliente y la gente un poco inquieta ya que algunos manifestantes empezaron a
empujar y todas las calles aledañas estaban atiborradas. Una ambulancia tuvo que
hacerse presente entonces, ya que hubo algunas personas indispuestas entre la
multitud.
Durbin exclamó a voz en cuello: “¡Sí se puede!” y fue enfático
al insistir en que seguirá apoyando el DREAM Act, para que los estudiantes
indocumentados puedan tener acceso a una educación superior y mejores
oportunidades de desarrollo profesional.
Durante esta manifestación
también se lanzó un mensaje importante a los inmigrantes que ahora son
residentes permanentes.
Como comentó doña Catalina, su hermana, “que ya
tiene papeles”, se negó a participar en la marcha porque la calificó como un
“relajo”; y como ella muchos otros inmigrantes no sintieron la necesidad de
apoyarla.
Por eso Juan Salgado, director del Instituto de Progreso
Latino, se dirigió especialmente a esos “residentes permanentes que ya tienen
papeles”. “Quiero decirles que no se sientan tan seguros porque el sistema de
inmigración de aquí los considera visitantes; así que el poder está en la
ciudadanía”, afirmó.
“En Illinois hay alrededor de 500,000 residentes
permanentes que no se han hecho ciudadanos, así que convenzan a sus familiares
para que se hagan ciudadanos”, agregó Salgado. Este fue otro mensaje claro: la
importancia de obtener la ciudadanía para poder votar después y ejercer
verdadera presión por cambios en los derechos y en la situación de los
inmigrantes de este país. Casi a las 3 de la tarde Catalina García y sus
hijas empezaron a buscar una ruta por la cual salir, ya que los organizadores
pidieron a la gente que se fuera retirando. Iba a ser tarea difícil y el camino
de regreso a casa sería largo. © La Raza
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