Un llamamiento para poner fin a toda forma de
rendición
Por Marjorie Cohn 10 de febrero de 2009 Jurist
Traducido del inglés para ¡El mundo no puede esperar!
Binyam Mohamed, un etíope residente en Gran Bretaña, dijo que fue torturado
después de ser enviado a Marruecos y Afganistán en 2002 por el gobierno de los
EE.UU.. Mohamed fue transferido a Guantánamo en 2004, y todas las acusaciones de
terrorismo en su contra fueron retiradas el año pasado. Mohamed fue víctima de
una rendición extraordinaria, en que una persona es secuestrada sin
ningún procedimiento judicial y trasladada a un país extranjero para la
detención y los interrogatorios, y a menudo torturada.
Mohamed y otros cuatro demandantes acusan al filial de Boeing Jeppesen
Dataplan, Inc. de llevarlos en avión a otros países y campamentos secretos de la
CIA, donde fueron torturados. En el caso de Mohamed, dos jueces británicos
acusaron a la administración Bush de presionar al gobierno británico para que
bloqueara la entrega de pruebas "pertinentes a las denuncias de tortura" de
Mohamed.
En veinticinco líneas redactadas de los documentos del tribunal, se detalla
que a Mohamed le cortaron los genitales con un bisturí y le aplicaron otras
técnicas de tortura tan extremas que el submarino "está al fondo de la lista de
lo que hicieron", según el funcionario británico citado por el
Telegraph (Reino Unido).
La querella cita a un ex empleado de Jeppesen que dijo: "Nos encargamos de
todos los vuelos de rendición extraordinaria - usted sabe, los vuelos de la
tortura." Un alto funcionario de la empresa también admitió, al parecer, que la
compañía transportaba a las personas a países donde serían torturados.
El lunes, unos funcionarios del Departamento de Justicia de Obama
comparecieron ante un panel de tres jueces del Noveno Circuito de Apelaciones
acerca de la demanda Jeppesen. Pero en lugar de hacer una ruptura con
las políticas oscuras del gobierno de Bush, la administración de Obama recurrió
al mismo argumento de "secretos de estado" que Bush aprovechaba para bloquear la
investigación de sus políticas de tortura y de espionaje ilegal. Es poco sincero
afirmar que el programa de rendición extraordinaria es un secreto de estado,
cuando se la ha documentado ampliamente en los medios de comunicación.
"Esta fue una oportunidad para que la nueva administración actuara conforme a
su condena de la tortura y la rendición, pero al contrario ha optado por seguir
el mismo rumbo", dijo Ben Wizner de la ACLU, el abogado de los cinco
hombres.
Si los jueces aceptan el argumento de Obama sobre secretos de estado, se les
negará a esos hombres su oportunidad de presentar su caso a los tribunales y
cualquier posibilidad de recuperarse de los daños que sufrieron como
consecuencia de la rendición extraordinaria.
Dos semanas y media antes de que el representante de Obama apareciera en el
caso Jeppesen, el nuevo Presidente firmó la Orden Ejecutiva 13491, que
estableció un grupo especial de trabajo para "estudiar y evaluar las prácticas
de transferencia de personas a otras naciones, con el fin de garantizar que
tales prácticas cumplan con las leyes nacionales, las obligaciones
internacionales y las políticas de Estados Unidos, y que no resulten en el
traslado de personas a otras naciones para ser torturado ni con el propósito, o
el efecto, de socavar o eludir los compromisos u obligaciones de Estados Unidos
en cuanto a garantizar el trato humano de las personas bajo su custodia o
control."
Esa orden prohíbe la rendición extraordinaria. Además, garantiza el trato
humano de las personas bajo la custodia o el control de EE.UU. Pero no garantiza
específicamente que no se les tratará de una manera cruel, inhumana o degradante
a los detenidos que Estados Unidos envía, aunque ese tratamiento no llega a ser
tortura. Sin embargo, su propósito es garantizar que las prácticas de nuestro
gobierno, al transferir a las personas a otros países, cumplen con las leyes y
las políticas de EE.UU., y las obligaciones que nos incumben en virtud del
derecho internacional.
Una de esas leyes es el Pacto Internacional de Derechos Civiles Políticos, un
tratado que Estados Unidos ratificó en 1992. El artículo 7 del Pacto prohíbe que
los estados firmantes sometan a las personas "a la tortura ni al tratamiento o
penas crueles, inhumanos, o degradantes." El Comité de Derechos Humanos, que es
el organismo que supervisa el Pacto, ha interpretado que esa prohibición
significa que no se puede exponer "a las personas al peligro de la tortura o de
tratamiento o castigos crueles, inhumanos o degradantes cuando regresan a otro
país por medio de la extradición, la expulsión o la devolución."
La orden 13491 también dice: "La CIA cerrará lo más rápidamente posible
cualquier centro de detención que opera actualmente y no podrá operar ese tipo
de centro de detención en el futuro". La orden no define el término
"rápidamente" y la sección de definiciones de la orden dice que los términos
"detención" y "centro de detención" no se refieren a las instalaciones
utilizadas sólo para detener a la gente por un corto plazo o de forma
transitoria. Una vez más, no define "a corto plazo" ni “transitorio".
En su audiencia de confirmación, el secretario de Justicia Eric Holder afirmó
categóricamente que Estados Unidos no debe entregar a una persona a un país del
cual tenemos razones para creer que será torturado. Leon Panetta, el nominado
para ser director de la CIA, fue más específico y interpretó la Orden 13491 como
una prohibición "a ese tipo de rendición extraordinaria en que enviamos a una
persona para que sea torturado o para otro país tome acciones que violan
nuestros valores humanos".
Al mismo tiempo, es preocupante que Panetta parecía abogar por el mismo
estándar que utilizaba la administración Bush, la cual para marzo de 2005
supuestamente había realizado de 100 a 150 rendiciones extraordinarias. Después
del 11 de septiembre de 2001, el Presidente Bush emitió una directiva
clasificada que amplió la autorización de la CIA de entregar a otros estados a
los sospechosos de terrorismo. El ex secretario de Justicia Alberto Gonzales
dijo que la CIA y el Departamento de Estado recibieron garantías de que los
reclusos serían tratados de manera humanitaria. Panetta dijo a los senadores:
"Voy a pedir el mismo tipo de garantías de que no los tratarán
inhumanamente".
González ha admitido, sin embargo: "No podemos controlar totalmente lo que
ese país podría hacer. Claro que esperamos que un país, al cual hemos enviado a
un detenido, cumpla con sus representaciones ante nosotros. Si me están
preguntando si un país siempre cumple, no tengo una respuesta para eso."
La respuesta es no. El caso de Binyam Mohamed aparentemente es la punta del
iceberg. Maher Arar, un canadiense nacido en Siria, fue detenido por las
autoridades estadounidenses en Nueva York el 26 de septiembre de 2002, y
transportado a Siria, donde fue brutalmente torturado durante meses. Arar usó
una expresión árabe para describir el dolor que sufrió: "Se te olvida la leche
que le alimentó el seno de su madre." Más tarde el gobierno canadiense le
exoneró a Arar de tener vínculos
terroristas. En Italia detuvieron a trece agentes de la CIA por secuestrar a un
egipcio, Abu Omar, en Milán y transportarlo a El Cairo, donde fue torturado.
Panetta dejó claro que la CIA seguirá usando la rendición para detener e
interrogar a los sospechosos de terrorismo y transferirlos a otros países. Dijo:
"Si capturamos a un prisionero de alto valor, creo que tenemos el derecho a
detener esa persona temporalmente para poder interrogarle y asegurarnos que esté
encarcelado debidamente". No aclaró cuánto tiempo es "temporalmente" ni qué
significa “interrogar".
Cuando el senador Christopher Bond (R-Mo.) le preguntó acerca del uso de la
CIA, durante la administración Clinton, para el traslado de presos a países
donde fueron posteriormente ejecutados, Panetta respondió: "Creo que eso es un
uso adecuado de la rendición." Jane Mayer, columnista de la revista New
Yorker, ha documentado numerosos casos de rendición extraordinaria durante
la administración Clinton, incluidos los casos en que los sospechosos fueron
ejecutados en el país al cual Estados Unidos les había enviado. Una vez, cuando
Richard Clarke, el principal asesor sobre la lucha contra el terrorismo del
Consejo de Seguridad Nacional bajo el Presidente Clinton, "propuso un
secuestro", el vicepresidente Al Gore dijo: "No es necesario pensarlo. Por
supuesto, se trata de una violación del derecho internacional; por eso es una
acción encubierta. El tipo es un terrorista. Agárrenlo."
El camino es corto entre la rendición ordinaria y la rendición
extraordinaria. Michael Ratner, presidente del Centro de Derechos
Constitucionales, le dijo a Amy Goodman de Democracy Now!: "La rendición tiene
que acabar. La entrega es una violación de soberanía. Se trata de un secuestro.
Es fuerza y violencia ". Ratner preguntó si Cuba podría entrar en Estados Unidos
y agarrar a Luis Posada, responsable de haber volado un avión comercial cubano
en 1976, lo quemató a 73 personas. O si Estados Unidos podría ir a Cuba para
secuestrar a Assata Shakur, que escapó de una acusación oficial de asesinato en
Nueva Jersey. Es más, un ex funcionario de la CIA le dijo al Los Angeles
Times: "La rendición en mayor parte no es muy productiva". Después de
entregar a un detenido a las autoridades de Egipto, Jordania u otro país, la CIA
tuvo muy poca influencia sobre el tratamiento a los prisioneros o si, en última
instancia, fueron puestos en libertad o no.
El gobierno estadounidense debe revelar la identidad, el destino y el
paradero actual de todas las personas que la CIA detuvo o envió a la custodia de
otros países desde 2001. Quienes ordenaron la rendición deben ser enjuiciados. Y
el grupo especial de trabajo debe recomendar, y Obama debe ponerse de acuerdo,
un fin a todas las rendiciones.
Marjorie Cohn es profesora en la Escuela de Derecho Thomas Jefferson del
Colegio Nacional de Abogados. Es autora de República Vaquera: Seis formas en que
la Pandilla Bush ha desafiado la Ley y co-autora de Reglas para la Liberación:
Las políticas y el Honor de la Disensión en el campo militar (junto a Kathleen
Gilberd). Sus artículos pueden hallarse en http://www.marjoriecohn.com.
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