Actualidad política: Jueces de migración a dedazo
Actualidad política
Hace como un mes me sorprendí al abrir el periódico y encontrar un artículo
de opinión escrito por Alberto Gonzales, el defenestrado ex secretario de
Justicia.
Gonzales hablaba de esas cosas lindas que siempre se dicen sobre nuestro
poder político y lo interesante de la influencia que vamos a tener en esta
elección presidencial, etc.
Me conmovió ver a nuestro honorable ex secretario de Justicia, el muy hijo de
campesinos —y por eso muy aupado por nuestras organizaciones nacionales latinas—
decir tantas lindezas sobre "nuestra gente". Sobre todo cuando nos dejó tan mal
parados con su desempeño como procurador, de donde salió hace un año como corcho
de limonada, en medio de un escándalo.
Recordarán, supongo, que el Departamento de Justicia que él dirigía estaba
tan politizado que no contrataba ni a los porteros sin asegurarse que el
candidato fuera republicano —especialmente fiel a Bush-Cheney—, antiaborto, y
por supuesto, nada homosexual ni defensor del búho moteado.
No estoy jugando ni inventando nada. Según la investigación llevada a cabo
por el Inspector General del Departamento de Justicia (DOJ), los encargados de
"filtrar" a los designados a ciertos puestos clave utilizaban ciertos términos
para investigar a estas personas en internet.
Entre estos términos estaban no sólo "republicano", "Bush-Cheney" y "aborto",
sino "homosexual" y "búho moteado". Este último término se usaba, suponemos,
para evitar la contratación de cualquier sensible conservacionista preocupado
por las especies animales. Es como para matarse de risa si no fuera tan trágico.
E ilegal.
Resulta que es una violación de la ley federal el usar criterios políticos
para seleccionar a funcionarios a ocupar puestos de carrera.
Hasta ahora, no hay cargos contra él ni contra los subalternos que
aparentemente implementaron un "cuasi nazi" (o soviético, depende) sistema de
contratación para llenar los puestos de carrera del Departamento de Justicia con
personas leales al partido y a los líderes, sin importar si servían o no para el
cargo.
Pero ahora resulta que no sólo se usaba este sistema para escoger a fiscales
federales, sino también, a jueces de inmigración.
En 2003, cuando John Ashcroft era secretario, se inició un cambio en la forma
en que se contrataban jueces de inmigración, que es un cargo de carrera que
anteriormente se seleccionaba internamente y con un proceso coordinado en la
Oficina Ejecutiva de Casos de Inmigración (EOIR).
A partir de ese cambio y durante los próximos casi tres años, los jueces de
inmigración se contrataron por recomendación directa de la Casa Blanca, miembros
republicanos del Congreso e incluso Karl Rove, el "genial" Goebbels del gobierno
de Bush.
El resultado es que sólo personas con recomendación política interna
recibieron los nombramientos, sin tener nada que ver su capacidad como abogados
o su conocimiento de las leyes de inmigración.
Adicionalmente, les hacían una investigación para asegurar que tuvieran los
antecedentes políticos adecuados, es decir, rábidamente republicanos y grandes
admiradores de Bush.
El proceso era tedioso, porque no se podía llenar la vacante sin tener un
recomendado político de arriba, a pesar de haber otros interesados más
calificados.
Según el propio reporte del Departamento de Justicia, muchos puestos quedaron
vacantes por largo tiempo, en momentos en que el tráfico de casos en los
tribunales migratorios aumentaban y los inmigrantes esperaban.
Listas de personas calificadas para los cargos se quedaban esperando, según
el reporte, mientras los encargados de la contratación, entre ellos la abogada
Monica Goodling, enlace entre el DOJ y la Casa Blanca, recogían nombres
recomendados por políticos y grupos republicanos y los revisaba para asegurar
que eran buenos cristianos, buenos republicanos y buenos conservadores.
Puestos de juez de inmigración fueron a parar a manos de personas que
trabajaron en la campaña de Bush-Cheney y hasta a uno de aquellos fieles
operarios republicanos que fueron a tumbar las puertas del conteo de votos en
Florida en 2000 ¿Se acuerdan?
El tenderete se les cayó cuando una persona que sí estaba calificada, una
hispana abogada de inmigración y asesora legal del ICE (la Oficina de
Inmigración y Control de Aduanas) en El Paso, demandó al departamento porque a
pesar de estar interesada y capacitada para un nombramiento, no sólo no se lo
dieron a ella, sino a un subordinado de ella, uno de los dedazos de arriba.
Entonces se implementó un congelamiento de contrataciones y poco después, se
volvió al antiguo sistema.
Es un alivio saber que los jueces de inmigración que se están contratando
ahora, ya vuelven a ser personas capacitadas en las leyes.
Lo malo es que en el tiempo que duró esta designación por dedazo, se contrató
a 72 jueces, muchos de los cuales estarán ahora disponiendo de las vidas de los
inmigrantes y de separaciones familiares, con la política migratoria del
gobierno de turno en mente, y no con la ley.
Comentarios a pilar.marrero@laopinion.com
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