Revolución #48, 28
de Mayo 2006
La guerra santa de Ron Luce
Sunsara Taylor
“¿Les importan más los cerdos que los rodean o dios?”, les pregunta Ron Luce,
cabecilla de BattleCry (Grito de Guerra), a los más de 17,000 jóvenes
congregados en el estadio Wachovia Spectrum de Filadelfia el 12 de mayo. No era
una metáfora. Lee un pasaje de Lucas 15 que menciona cerdos y ¡tiene una bola de
cerdos, de los de las granjas! ¿Ven? O están con el cruel dios superpatriótico,
misógino y racista de Luce, o son cerdos.
A lo largo del programa, resultó claro que toda la cháchara de batallas,
guerreros y guerra tampoco es una metáfora.
Religión y “civilización”
Al iniciarse el segundo día, un redoble tribal de tambores llenó el estadio y
una voz tronó: “la gente más violenta de la historia”.
En la pantalla del estadio apareció una imagen borrosa de indígenas
ecuatorianos corriendo y lanzando flechas. ¿Prueba de “barbarismo”? Qué importa
que las corporaciones petroleras destruyeran sus tierras y su manera de vivir,
esos “salvajes” mataron a cinco religiosos que fueron a destruir su sistema de
creencias hace décadas. En eso presentan a uno de los supuestos asesinos. Ha
sido “civilizado” por la Biblia y exhorta a los jóvenes a que se inscriban a las
misiones para ir a convertir a gente como él.
Atención: Ese grupo indígena, que está al borde de desaparecer a causa de la
intervención del “mundo moderno” con su explotación, racismo, destrucción del
ambiente y genocidio cultural, dista años luz de ser “la gente más violenta de
la historia”, aun si fuera cierto que mataron a los cinco misioneros.
La verdad es que los europeos que siguieron a Colón mataron a más de
100 millones de indígenas del “nuevo mundo”. No olvidemos tampoco que ese
genocidio lo bendijeron con una Biblia como la que tiene Luce.
Tras horas de programación con esas mentiras racistas, los jóvenes corren al
centro del estadio a inscribirse para ir a las misiones de África,
Latinoamérica, ciudades de Estados Unidos, Australia, el Medio Oriente y otras
partes del mundo. Luce les brinda un aliento extraño: “Ustedes son
freaks de una nueva raza… Son animales salvajes. ¡Caramba!”.
Ignorancia y patriarcado
Continuando con el programa, siguen ataques a la mujer. Si piensan que se
necesita una alternativa a la música metalera o hip-hop que ataca a la mujer,
pero también quieren degradación, insultos y deshumanización de la mujer,
Luce les resuelve el problema.
Lakita Wright, que se hace pasar de “sexperta” y ha hablado ante naciones,
ante el Congreso y ante más de medio millón de jóvenes el año pasado, pasó a
decir la “verdad desnuda” sobre la abstinencia y la pureza. Su especialidad
parece ser la promoción descarada de estereotipos racistas y sexistas que solo
una mujer negra que quiera rebajarse más que Bill Cosby puede hacer.
Empezó con una parábola que presentaba la “mentira” como femenina y la
“verdad” como masculina. De ahí lanzó un ataque contra todos los hechos
comprobados de la prevención de enfermedades sexuales y del embarazo, y repitió
todos los estigmas, especialmente contra la mujer, de quienes tienen relaciones
sexuales fuera del matrimonio.
Habló con escarnio de las jóvenes “estúpidas”, cuya vida se trunca porque
tienen hijos. “No culpen a los bebés, es su culpa. Han debido subirse
el cierre, cerrarlo, klank, klank”.
Wright puso a todos a corear los cientos de enfermedades transmitidas por
relaciones sexuales, y con mucho drama mencionó el dolor y la desfiguración que
pueden causar. Luego, atacó lo único que se ha comprobado que las previene: “Los
condones no sirven”.
Lamentó que a los jueces no los obliguen a estudiar los libros mosaicos de la
Biblia, que recomiendan esclavizar a los enemigos, matar bebés y tomar
concubinas (esclavas sexuales) para venderlas y tratarlas de la peor forma.
Atención: Los condones salvan vidas. Predicar “abstinencia” como forma de
prevenir enfermedades transmitidas por relaciones sexuales mata. A Luce y a su
pandilla le valen madre los jóvenes; la guerra contra los condones está motivada
por su interpretación literal de la Biblia, que dice que hay que matar a
pedradas a quienes tienen relaciones sexuales fuera del matrimonio.
Guerra santa, en serio
Después de celebrar el genocidio de los indígenas del continente y de hablar
de la muerte por enfermedades transmitidas por relaciones sexuales, la cosa se
puso al rojo vivo.
Salió uno de los principales oradores, Franklin Graham, quien convirtió a
George W. Bush. Ese tipo dio a entender que el SIDA y el VIH son castigos de
dios. “Si nos salimos del matrimonio, hay que pagar”.
Dijo que para dios el matrimonio es “entre un hombre y una mujer. No entre un
hombre y otro o entre una mujer y otra”. Con eso recibió el aplauso más fuerte
del día, pero no se dijo nada de que la Biblia aplaude el matrimonio de hombres
con muchas mujeres. La próxima vez que vaya a una de las convenciones
de Luce, voy a llevar calcomanías para carros con la figura de un hombre y de
1,000 mujeres seguida por el símbolo = y la palabra “matrimonio”. Es un estilo
de matrimonio de la Biblia, como el del rey Salomón con sus 700 esposas y 300
concubinas (quién sabe por qué dios no lo castigó con el SIDA).
El “corazón” del discurso de Graham fue la exhortación a la guerra santa.
Sermoneó sobre “la batalla por el alma de los hombres y las mujeres de norte a
sur, de este a oeste, alrededor del mundo”. Declaró: “El único camino a Dios es
el camino de Jesucristo”.
Ahora bien, yo no creo que la religión sea la causa de raíz de la
guerra; más importancia tienen las fuerzas económicas y políticas. Pero hasta
cuándo vamos a soportar que inciten a matar a otros seres humanos porque, como
dijo el general fascista cristiano Jerry Boykin (a cuyos soldados les dieron
duro en Somalia), su dios es mayor que el de ellos.
Graham contó el cuento bíblico de Daniel, de cómo “domó a Babilonia”. Tras
aplaudir la matanza que los soldados estadounidenses están cometiendo hoy en
Irak, dijo que no hay “diferencia entre los iraquíes de hoy y la Babilonia de
hace 1,000 años”. En la Biblia, Babilonia es el arquetipo de la maldad y la
decadencia. No solo se condona todo derrame de sangre y saqueo contra Babilonia:
se celebra. Como claramente dice Salmos 137:9, feliz quien agarre y
estrelle contra la roca a los bebés.
Al exhortar a los jóvenes a entrar a la “batalla por el alma de los hombres”,
Graham les dice también que “no se pueden salvar almas sin derramar sangre. ¡Hay
que derramar sangre!”.
En eso, un pelotón de SEALS de la Marina (fuerzas especiales) aparecen en una
pantalla marchando hacia la plataforma. Salen con uniformes de camuflaje, con
armas automáticas, tumbando puertas y disparando contra cuartos, disparando y
matando indiscriminadamente, como una de las operaciones que rara vez se ven en
las noticias de Irak.
Estallan petardos y rugen llamas. Ron Luce los saluda y hace alarde de que
todos han participado en combate. Forman parte de FUERZAS de Ministerio
Sacerdotal, encargados de enseñar la Biblia en bases militares por todo el
mundo, y son miembros pasados y presentes de los SEALS, policías y otros
militares. En la plataforma presentan a uno que acaba de regresar de Afganistán
y otro que era de un equipo policial SWAT. Todos ellos saben matar y lo hacen
pensando que dios los autorizó.
Uno contó que cuando estaba en entrenamiento tuvo que entregar, a la fuerza,
toda su voluntad al instructor. Luce lo interrumpió y le dijo al público: “Ese
es su pastor. Él los va a convertir en SEALS de Cristo”. Naturalmente, el gran
comandante de ese ejército religioso es dios, que arma a sus soldados con “un
escudo de fe, un cinturón de verdad y botas de preparación”, así como “armas
ofensivas” como “la espada del espíritu” y “la palabra de dios”.
La unión del “Ejército de dios” con las fuerzas armadas de Estados Unidos
completa el círculo con que empezó la convención, cuando se leyó una carta de
George W. Bush con saludos y bendiciones. Luego, un ministro les pide que
agachen la cabeza y le den gracia a dios por George W. Bush, quien da la
casualidad que es el comandante en jefe de las fuerzas armadas de Estados
Unidos.
Las dos caras del fascismo cristiano
BattleCry solo habla de esta locura sanguinaria de una guerra santa a puerta
cerrada. No lo van a encontrar en su página web y no lo mencionan en la prensa.
A pesar de toda su bravata en la plataforma y de las pilas de libros
militaristas, cuando debatí con Ron Luce en el programa O'Reilly
Factor, se puso como una flor mustia y lloriqueó que “por todo el país hay
jóvenes que se están dando cuenta de que están en medio de esta guerra cultural…
Y están diciendo, ¿sabes qué? Queremos que se nos escuche. Amamos a dios y no
somos crueles”.
Cuántas mamás y papás y jóvenes atraídos por los fascistas cristianos en
búsqueda de un propósito tienen la menor idea de que el programa de sus líderes
es tan truculento, sanguinario y horrible como el mito del infierno con el que
los someten. Pero cuando uno firma un pacto con Luce y su pandilla, no solo se
compromete con una fantasía embrutecedora que borra la capacidad de comprender y
cambiar el mundo; también le ordenan pelear y derramar sangre en una “guerra
santa” por Bush y todo lo que él representa.
¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.
E-mail:
espagnol@worldcantwait.net
|