WASHINGTON, D.C. (EFE).— El Departamento de Estado minimizó
ayer las críticas del primer ministro iraquí, Nuri Al Malik, sobre la supuesta
matanza de 24 civiles en Hadiza, al norte de Bagdad, por parte de marines a
finales de 2005.
Al Malik condenó la semana pasada las "prácticas" de las tropas
estadounidenses contra los iraquíes y el "uso exagerado" de la fuerza.
"Se formará un comité ministerial para investigar este asunto y tratarlo con
las fuerzas estadounidenses y sus principales líderes militares", agregó el
primer ministro iraquí.
Malik advirtió al Ejército estadounidense de que no debe faltar al respeto al
ciudadano iraquí y prometió que el caso de la presunta matanza de civiles será
analizado en el consejo de ministros antes de que el gobierno se pronuncie sobre
el suceso.
A su vez, Malik pidió a EU que comparta sus documentos sobre la investigación
relacionada con lo ocurrido en Hadiza y calificó lo ocurrido de "crimen
terrible".
El coordinador para Irak del Departamento de Estado, James Jeffrey, expresó
ayer que "no hay que darle mucha importancia" a los comentarios del primer
ministro iraquí.
Además, expresó que las tropas estadounidenses en Irak son respetadas.
También se mostró convencido de que el impacto de lo ocurrido no puede ser
comparado con el escándalo de Abu Ghraib, la prisión de Bagdad donde soldados
estadounidenses torturaron a presos iraquíes y que el presidente George W. Bush
describió como el peor error cometido por EU en la guerra en Irak.
"No creo que vaya a tener el mismo impacto (como Abu Ghraib) en cuestión de
insurgentes haciendo que la población se vuelva contra nosotros o de cambiar la
opinión del mundo árabe sobre nosotros", dijo Jeffrey.
El Pentágono realiza dos investigaciones "exhaustivas" sobre el asunto, dijo
Jeffrey, una sobre las muertes y otra para determinar si los soldados intentaron
encubrir lo que había pasado, pero hasta el momento sus declaraciones oficiales
han sido muy limitadas.
Lo que se sabe por ahora es que 24 civiles, entre ellos mujeres y niños,
murieron en Hadiza el pasado 19 de noviembre, después de que una patrulla de
marines sufriera una emboscada en la que perdió la vida un militar
estadounidense.