Tribunal de EU falla en contra de la detención indefinida de "combatientes
enemigos"
El gobierno de Bush, deteriorado; tiene apenas 32% de aprobación
Es acusado de traicionar la base republicana al ampliar al extremo los
poderes del Ejecutivo
Fracasa en el Congreso voto simbólico de "no confianza" al procurador Alberto
Gonzales
DAVID BROOKS
Colin Powell, ex secretario de Estado estadunidense, en una entrevista para
la NBC el domingo en la cual declaró que si fuera su decisión, cerraría
Guantánamo Foto: Ap
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El procurador general Alberto Gonzales -en una rueda de prensa ayer-, contra
quien se promovió en el Congreso un voto simbólico de "no confianza" Foto:
Ap |
Imagen de archivo de Ali Saleh Kahlah Marri, quien tiene residencia legal en
Estados Unidos y está preso por sospecha de terrorismo, cuyo caso ha significado
un revés para Bush pues un tribunal declaró improcedente su detención Foto:
Ap |
Nueva York, 11 de junio. Cuando la viuda de uno de los
capos de la mafia más famosos advierte que los verdaderos criminales
están en la Casa Blanca, las cosas tal vez han llegado a su punto más bajo para
el presidente George W. Bush y sus socios.
Con un voto simbólico de "no confianza" impulsado en el Senado contra el
procurador general Alberto Gonzales, íntimo amigo y socio de Bush, con una serie
de reveses en los tribunales, incluido uno hoy que considera inconstitucional
encarcelar a "combatientes enemigos" ciudadanos o residentes legales sin cargos
formales; con la reciente renuncia de su consejero Dan Bartlett; la condena
penal de Lewis Libby, el más alto funcionario de la Casa Blanca fiscalizado
desde los tiempos de Ronald Reagan; con su ex secretario de Estado Colin Powell
denunciando a Guantánamo, y con sus ex subordinados claves Donald Rumsfeld y
Paul Wolfowitz retirándose del escenario público en desgracia, cada día hay
mayor evidencia del deterioro y debilitamiento del gobierno de Bush.
Las encuestas registran los índices más bajos de aprobación de Bush y de sus
políticas bélicas en sus seis años de gobierno. La más reciente, de AP-Ipsos, lo
tenía con 32 por ciento de aprobación general, y sólo 28 por ciento aprueba su
manejo de la guerra en Irak. Peor aún, la encuesta registra que 21 por ciento, o
sólo uno de cada cinco estadunidenses, cree que su país procede en una dirección
correcta.
De hecho, el ala conservadora de su propio partido ya está abandonando al
presidente. "La desilusión con el gobierno se ha ampliado entre los
conservadores que anteriormente eran los promotores más firmes de Bush", escribe
Jeffrey Goldberg en un amplio artículo sobre la rebelión entre las filas
conservadoras del Partido Republicano en la revista The New Yorker.
Cita a un ex legislador republicano de Oklahoma, que declaró: "Este gobierno
está más allá en términos de arrogancia e incompetencia. Este tipo cree que es
un monarca y eso da mucho miedo".
Líderes conservadores y políticos de alto perfil de esas filas, incluido uno
de los fundadores del movimiento conservador moderno, Richard Viguerie, el ex
líder de la mayoría republicana en la Cámara Newt Gingrich, y el representante
Jeff Flake, entre otros, acusan al gobierno de Bush de haber traicionado a su
base al ampliar al extremo los poderes del Ejecutivo y elevar dramáticamente el
gasto público, junto con los escándalos de corrupción que se han vinculado con
este gobierno.
Pero, como siempre, es la "guerra contra el terror" y particularmente su
frente en Irak lo que ha generado el mayor costo político al gobierno de Bush,
tanto en su apoyo popular como el de sus aliados.
Hoy un tribunal federal de apelaciones falló que el gobierno de Bush no puede
detener de manera indefinida al residente legal Ali Saleh Kahlah Marri sin
cargos formales, lo cual representó un serio revés a los poderes afirmados por
el Ejecutivo de tener la autoridad de detener tanto a extranjeros como a
residentes o ciudadanos aquí sospechosos de terrorismo. "El presidente no puede
eliminar las protecciones constitucionales con su pluma al proclamar que un
civil, aun un criminal, es combatiente enemigo sujeto a detención militar
indefinida... la Constitución no permite que el presidente ordene a los
militares tomar a civiles residentes dentro de Estados Unidos y detenerlos de
manera indefinida sin un proceso criminal, y eso es así incluso si él los llama
'combatientes enemigos'", declaró el fallo del Tribunal Federal de Apelaciones
del Cuarto Circuito.
Afirmó que continuar esta política sería "desastrosa" para la Constitución y
para el país.
El gobierno tiene la intención de apelar el fallo, pero el hecho de que un
tribunal conocido por ser conservador haya declarado inconstitucional el poder
extraordinario del presidente bajo la justificación de la "guerra contra el
terrorismo" representa otra derrota para la política bélica de Bush.
Mientras tanto, Colin Powell declaró ayer que si a él le correspondiera tomar
la decisión, "yo cerraría a Guantánamo, no mañana, sino esta misma tarde". En
entrevista en un programa de NBC News, dijo que se está anulando el respeto del
sistema de justicia estadunidense a nivel mundial "al tener un lugar como
Guantánamo", donde el gobierno de Bush mantiene su prisión militar para
extranjeros detenidos bajo sospecha de terrorismo.
A la vez, la renuencia de Bush a despedir a su procurador general a pesar del
escándalo sobre el cese de varios fiscales federales por motivos políticos y el
desprestigio de Gonzales como el hombre que elaboró las justificaciones legales
para la tortura entre otras medidas en la "guerra contra el terrorismo" continúa
generando costos políticos entre legisladores y políticos de ambos partidos.
Hoy los demócratas intentaron promover un voto simbólico de "no confianza" en
el procurador para presionar al presidente a despedir a su viejo amigo. Aunque
una mayoría (53 contra 38, con siete republicanos votando en favor) sufragó por
llevar esto a un voto final, se necesitaban por lo menos 60 bajo las reglas de
la Cámara alta. Sin embargo, fue evidente la reprobación.
Lewis Libby, ex jefe de equipo del vicepresidente Dick Cheney, el ex
secretario de Defensa Donald Rumsfeld y el casi ex presidente del Banco Mundial,
Paul Wolfowitz, son otras bajas del círculo íntimo del presidente que se han
visto obligados a retirarse de la gloria del poder en parte por su participación
en lanzar las políticas bélicas de Bush.
El co
Por lo tanto, sólo faltaba una cosa: que una voz ligada con la mafia
considerara que Bush es peor criminal que ellos. Victoria Gotti, viuda del
capo John Gotti, jefe de la familia Gambino en Nueva York antes de ser
encarcelado, recordó ayer el quinto aniversario del fallecimiento de su esposo
en un cementerio en Queens donde también están enterrados figuras legendarias de
la Cosa Nostra como Lucky Luciano, Joe Colombo y el propio Carlo Gambino.
"Es repugnante que la gente continué obsesionada con Gotti y la mafia.
Deberían estar obsesionados con esa mafia en Washington. Tienen tres mil muertes
en sus manos. Preocúpense de esa mafia en Washington", comentó al New York
Daily News. "La gente debería de preguntarle a Bush y Cheney si tienen
familiares en las primeras líneas (de la guerra). Eso es lo que yo quiero saber.
Cada vez que veo las noticias y escucho de otra muerte más, me enferma".
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