Desmantelando la opresión y la exclusión
03/05/2006
En la antesala de otra celebración del Día Internacional de la
Mujer (8 de marzo) volvemos a enfatizar la necesidad de poder evaluar la
desigualdad de derechos de la mujer dentro del contexto de la violación de
derechos humanos.
Aquí en Estados Unidos, el fundamentalismo religioso de la derecha cristiana,
tanto protestante como católico, han jugado un papel importantísimo en mantener
la posición histórica desfavorable de la mujer orquestando y justificando esta
violación de derechos humanos. Muy en particular estas prácticas de opresión y
exclusión hacia la mujer se han logrado a través de la sexualización de la moral
poniendo mayor énfasis en la elaboración de una teología moral en contra del
aborto, de las relaciones pre-maritales y de la homosexualidad.
Nuestra sociedad se sigue caracterizando por la violencia y la discriminación
contra la mujer y estas realidades se expresan en diversos aspectos, sólo por el
hecho de ser mujeres. Sin embargo a mi me parece que en el proceso de crear una
sociedad mas justa en este asunto de la mujer debemos de poner énfasis en por lo
menos tres aspectos.
Uno de los aspectos lo es la manera en que nuestra sociedad capitalista y
patriarcal construye social y políticamente unos valores culturales -los cuales
luego justifica con una idolatría religiosa- en donde se organizan unas
estructuras de poder que se caracterizan por la opresión y la exclusión de la
mujer y la sacralización de la supremacía masculina.
Otro aspecto lo es la internalización del pensamiento opresor y la
justificación del trato desigual por parte de la mujer haciendo realidad lo que
Frantz Fanon nos dice en su libro Los Condenados de la Tierra concerniente al
pensamiento y comportamiento colonialista en donde no solo la persona colonizada
llega a un extremo de justificar a la persona opresora sino que llega al
convencimiento que se merece la opresión que le están dando. De aquí entonces el
que la mujer otorgue sus derechos sobre su cuerpo, entre estos los derechos
reproductivos y el derecho al disfrute sexual.
El último aspecto -y no menos importante-lo es la manera en que tanto hombres
opresores como mujeres oprimidas han jugado un papel determinante en la
construcción de otro nivel de opresión y exclusión basado en la discriminación
por orientación sexual. Han construido erróneamente no solo un lenguaje
heterosexista y homofóbico sino también la justificación de la manera dominante
de ver a las relaciones gay o lésbicas -en este caso en particular las
relaciones entre mujeres- como conductas desviadas y anormales. Es en esta fase
en donde la oprimida heterosexual puede también convertirse en opresora
heterosexual.
Para reflexionar un poco mas sobre este asunto de nuestras contradicciones,
súmele entonces la otra realidad en donde todavía muchas de las personas
feministas y/o mujeristas siguen teniendo serias dificultades con aceptar la
realidad de la presencia transgénera y transexual dentro de las víctimas de la
opresión y exclusión. Y como si fuera poco, ¿qué usted me dice de nuestras
hermanas y compañeras trabajadoras sexuales? ¿Por qué tenemos tanta dificultad
de hacerles parte de nuestra agenda de justicia? En este desmantelamiento
debemos de tener claro que los derechos humanos no pueden estar basados en
agendas individualistas selectivas.
En otras palabras, en esta celebración del Día Internacional de la Mujer
tod@s deberíamos reflexionar seriamente sobre nuestras contradicciones de
opresión y exclusión a la mima vez que buscamos la manera de crear una sociedad
en donde los derechos humanos se puedan garantizar a través de un proyecto de
paz con justicia.
lbarrios@jjay.cuny.edu
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