Decir lo indecible: ¿Es el gobierno de Bush culpable de crímenes de guerra y
crímenes contra la humanidad?
Revolución #042, 9 de abril de 2006, se
encuentra en revcom.us
La gira de la Comisión de Crímenes de Guerra de Bush dio inicio en la
Universidad de California en Berkeley el 23 de marzo. Trescientas personas
escucharon el programa Decir lo indecible: ¿Es el gobierno de Bush culpable
de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad?con la participación
del analista jubilado de la CIA Ray McGovern, la activista internacionalmente
conocida Cindy Sheehan, y el escritor y corresponsal de Revolución
Larry Everest.
En octubre del 2005 y enero del 2006, la Comisión Internacional Investigadora
sobre Crímenes contra la Humanidad hizo acusaciones y escuchó testimonios sobre
cinco temas: la guerra ilegal, tortura y detención, destrucción del medio
ambiente, las agresiones a la salud mundial y la conducta del gobierno ante el
huracán Katrina. La Comisión declaró culpable al gobierno de Bush de crímenes en
contra de la humanidad basada en investigaciones y criterios rigurosos: crímenes
de tal magnitud y alcance que sacuden la conciencia.
La gira se basa en la Carta de la Comisión, que pide "fijar y atizar una
discusión que se que urgencia se necesita que se de en Estados Unidos: ¿Es el
gobierno de Bush culpable de crímenes de guerra y crímenes contra la
humanidad?". Llevar a las universidades el veredicto histórico y la evidencia
precisa de la Comisión ayudará a cambiar el terreno político y los puntos de
debate. La gira exhortará a los estudiantes y profesores a captar la enormidad
de los crímenes que está cometiendo el gobierno de Bush y a responder al desafío
moral y político que esto nos plantea.
Taigen Dan Leighton, profesor del Graduate Theological Union, quien ha
organizado una vigilia semanal en Berkeley contra la tortura, dio comienzo al
programa con una cita de Craig Murray, ex embajador de Gran Bretaña a
Usbekistán, quien le dijo a la Comisión: "Preferiría morir a que torturaran a
alguien para salvarme la vida".
El maestro de ceremonias fue un universitario que milita con El Mundo No
Puede Esperar. Habló de la importancia crucial del tema y citó a Michael Ratner,
presidente del Centro Pro Derechos Constitucionales, quien le dijo a la
Comisión: "Nuestro país y el mundo se resbalan hacia la guerra permanente, hacia
la eliminación de los derechos humanos, y hacia la ruina y muerte de millones de
personas. Todavía se puede impedir esto, tenemos la oportunidad de hacerlo, de
no caer en el caos, pero depende de nosotros. No debemos quedarnos de brazos
cruzados. Tenemos que ser tan radicales como la situación. Los testigos que
oirán en los próximos días dirán la verdad; son testigos de la matanza que este
país y este gobierno han perpetrado. Esta verdad nos insta a todos a la
acción".
Después del programa muchos comentaron que la velada les abrió los ojos. Tras
oír de los crímenes que está cometiendo el gobierno, les tocó preguntarse qué
van a hacer. Después del programa mucha gente se quedó a platicar con los
panelistas y con el resto del público.
Esta semana vamos a publicar pasajes del programa de Berkeley.
La importancia de decir lo indecible
Larry Everest es periodista y es el autor del libro Oil, Power, and
Empire: Iraq and the U.S. Global Agenda. Ha informado sobre el Medio Oriente
y Asia Central por más de 20 años para este periódico y otras publicaciones. En
el programa hizo un esbozo de las cinco acusaciones que presentó la Comisión
contra el gobierno de Bush.
El programa de esta noche se titula “Decir lo indecible” y creo que eso es
precisamente lo que tenemos que hacer: decir lo indecible con voz alta, clara y
persistente porque es verdad. Este gobierno es culpable de crímenes de guerra y
de crímenes contra la humanidad. La Comisión Internacional Investigadora sobre
Crímenes contra la Humanidad se propuso documentar esto. Recibimos pruebas,
oímos testimonios de 44 destacados testigos, expertos y víctimas, y la evidencia
es irrefutable.
El punto de partida de la Comisión fue la premisa moral de que cuando tales
actos existen, a tal nivel de horror, los ciudadanos, afiliados con el gobierno
o no, tenemos el deber de investigar esos actos y determinar si caen en la
categoría de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Ese es el deber
que los ciudadanos de este país, en especial, tenemos para con los pueblos del
mundo…
No es una exageración decir que esta gente amenaza el futuro de la humanidad
en muchos frentes: tienen armas nucleares; están afectando el clima global;
amenazan lanzar guerra sin fin; están haciendo estragos a poblaciones
vulnerables a enfermedades; y están resueltos a seguir este curso catastrófico.
Esto nos da a todos nosotros una enorme responsabilidad. Hoy hay mucho más
cuestionamiento, desconfianza y furia contra el gobierno de Bush, pero la
discusión es muy débil, muy condicional, muy blanda, muy diplomática, y no capta
la profundidad del problema. Me encanta el artículo de Cindy que dice que
tenemos que salirnos de nuestra “zona de confort” y decir la verdad con toda
claridad.
Seguramente todos han oído los comentarios de la prensa sobre el tercer
aniversario de la invasión a Irak. Me parece urgente que hablemos no de si
George Bush es incompetente, no de si es un imbécil, no de si está a sueldo de
Halliburton, no de si tiene una estrategia para la victoria, sino de si él y su
gobierno han cometido crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
¿Vieron el San Francisco Chronicle el domingo? Salió una foto de Abu
Ghraib que decía: “La guerra de Irak recibe una C en ética”. Me parece que esa
“C” quiere decir crímenes de guerra contra la humanidad, pero eso no es lo que
el periódico quería decir. Por eso es que este debate tiene que cambiar.
“Las manzanas podridas están encima”
Ray McGovern es un analista jubilado de la CIA. En marzo del 2003 formó
la organización Veteran Intelligence Professionals for Sanity. El 3 de marzo de
este año se puso un overol anaranjado como los de los presos de Guantánamo y
recorrió el edificio Rayburn de la Cámara de Representantes como “detenido
fantasma”. Trece colegas hicieron lo mismo en otros edificios de oficinas de la
Cámara y el Senado. Como acto simbólico para rechazar la tortura, McGovern fue a
ver al presidente del Comité sobre Inteligencia de la Cámara y devolvió la
medalla que recibió por 27 años al servicio de la CIA.
El tema aquí es la tortura y no tiene que ver con las manzanas podridas del
fondo del barril. Las manzanas podridas están encima; ¿cómo lo sabemos? El mismo
11 de septiembre, después de que habló por televisión, el presidente se reunió
con Ronald Rumsfeld y con Richard Clarke (lo sabemos por el libro de Clarke), y
cuando surgió el tema del derecho internacional, el presidente dijo: “No me
importa lo que digan los abogados internacionales; vamos a darles en la
madre”.
Después Rumsfeld mandó al teniente general Geoffrey Miller a Guantánamo y
dijo que los interrogadores eran muy blandos con los presos. “Tienen que
tratarlos como perros y, cuando ellos se den cuenta de que son unos perros,
pueden empezar a sacarles información”. Miller explicó que los malos tratos eran
necesarios para “preparar las condiciones para interrogatorios fructíferos”, un
eufemismo que se ha usado una y otra vez. Ahí fue cuando empezaron los malos
tratos, los golpes y demás que han documentado el FBI y la CIA. Todo mundo sabía
lo que pasaba. Después mandaron a Jeffrey Miller a Abu Ghraib para aplicar las
mismas normas de Guantánamo. ¿Cómo lo sabemos? Porque Janis Karpinski [la
comandante de Abu Ghraib] nos lo dijo a la Comisión. Así que no fue algo
accidental. La Comisión del Pentágono dirigida por el republicano James
Schlessinger utilizó otro eufemismo para describir lo que pasó: que el maltrato
simplemente “migró” a Abu Ghraib.
Cuando vi a Porter Goss, el jefe de la CIA, arrastrarse al Senado con el
vicepresidente de tortura Dick Cheney a ver a John McCain para pedirle que
eximiera a la CIA de su enmienda contra la tortura, me enfurecí. Antes ha habido
torturas, pero nunca en mi experiencia había visto a un director de la CIA pedir
descaradamente permiso para torturar, aun si el presidente firmaba la enmienda
McCain.
Dicho sea, McCain rechazó la petición de Cheney y Goss. Pero todo eso son
cortinas de humo. La enmienda de McCain no tiene exenciones, pero el presidente
le agregó esto al firmarla:
“La rama ejecutiva interpretará [la enmienda] de una manera que concuerde con
la autoridad constitucional del presidente… como comandante en jefe…”.
Traducción: Acataré la ley cuando me convenga. Puedo autorizar torturas y
esta enmienda no me va a parar. Y las torturas continúan.
El costo humano de la guerra
Cindy Sheehan es una activista que perdió a su hijo en la guerra de Irak.
Es la fundadora de Gold Star Families for Peace.
Hay gente que se molesta conmigo porque les hablo del costo humano de esta
guerra… en dos semanas se cumplirán dos años. Cuando mataron a mi hijo Casey, me
dijeron que el tiempo lo sana todo, pero eso es mentira. Solo me lo dicen los
que no han perdido un hijo. El dolor es constante, no se aleja, pero uno aprende
a vivir con él. Esa es la parte indecible.
Pero los criminales andan sueltos, duermen bien por la noche, disfrutan de su
cena y se van de vacaciones. No tienen que dar cuentas de lo que han hecho, de
lo que me han hecho a mí, a mi familia y al mundo.
Después de que salí de la cárcel de Nueva York la última vez, escribí que hay
criminales y CRIMINALES con mayúsculas…Estuve en una celda con 16 mujeres que
tratan de subsistir en el mundo de Bush, mientras que los especuladores de la
guerra se roban el dinero de nuestras comunidades. Estaban presas porque
infringir la ley fue su último recurso; hicieron hurtos pequeños, delitos
menores. ¡Los que gobiernan este país son una bola de asesinos! Son asesinos en
serie que creen que el estado aprueba lo que hacen.
Cuando la subsecretaria de Estado Karen Hughes fue a Indonesia, un
universitario le dijo que Bush era terrorista. ¿Saben qué contestó? “No puede
ser terrorista porque fue elegido”. Eso es otra mentira. George Bush dice que un
terrorista es aquel que mata hombres, mujeres y niños inocentes. Bueno, según su
propia definición él es un terrorista…
Yo no quiero que otras madres, padres, hermanas, hermanos ni abuelos sufran
lo que mi familia ha sufrido por nada, por mentiras. Por eso hago lo que hago. Y
todos tenemos que saber que esto no me afecta solo a mí, a mi familia, a los
soldados o a las familias que sufren con esta guerra. Cada minuto que permitimos
que esto continúe es una mancha en nuestra alma. Es una mancha para Estados
Unidos. Así que tenemos que hacer todo lo que sea humanamente posible para
pararlo.
“Ahí fue cuando entendí cómo se escribieron las órdenes
para mandar vagones de ganado a Auschwitz…”
Para concluir, Ray McGovern dijo:
Quiero leer una cita de Craig Murray, el embajador británico a Uzbekistán,
una persona increíblemente valiente a quien le dimos el premio de integridad Sam
Adams. Esto es lo que dijo al aceptarlo:
“Quisiera hablar sobre el avance de la maldad, de lo fácilmente que avanza.
En realidad yo en ningún momento pensé que estaba haciendo algo heroico o
excepcional. Cuando me enteré de casos de personas que cocinaban vivas, de
jóvenes que violaban en frente de sus padres, de tortura de niños, y de que
estábamos recibiendo información de esas sesiones de tortura, me pareció
axiomático que cualquiera que haya sido educado en Estados Unidos o en el Reino
Unido pensaría que su deber era pararlo. Con un poco de ingenuidad, cuando traté
de pararlo internamente, pensé que debía ser obra de renegados de los niveles
inferiores y que tan pronto como se supiera en los altos niveles lo pararían.
Pero me llevé una rápida decepción. Descubrí que esto era parte de una norma
internacional de tortura de la guerra contra el terror. Para mí fue un momento
terrible. Descubrí que el sistema y el país al que dediqué mis servicios toda la
vida no respetaban sus principios. Fui a reuniones con colegas, gente que
conocía desde hace 20 años, personas decentes que estaban escribiendo
estrategias para circunvenir los convenios de las Naciones Unidas contra la
tortura. Yo los miraba y pensaba: ‘yo te conozco, yo te conozco; hemos bebido
juntos; hemos jugado golf juntos. Ahora estás justificando la tortura. ¿Cómo se
llego a esto?’.
“Puede que esto parezca exagerado pero no lo es. Ahí fue cuando entendí cómo
un empleado público escribió las órdenes para mandar vagones de ganado a
Auschwitz y pensó que ‘nada mas estaba haciendo su trabajo’. Damas y caballeros,
eso es lo que tenemos por delante: la carrera hacia el fascismo”.
La guerra de Irak es ilegal, injusta e inmoral; es un crimen contra la
humanidad. El gobierno de Bush considera que la conquista de Irak es un paso
clave de su programa global: intimidar al mundo con poderío militar, reforzar el
control del Medio Oriente, convertir a Irak en una plataforma militar y política
desde la cual lanzar más agresiones, apretar el control de las fuentes
internacionales de energéticos, controlar y transformar el arco de países de
África del Norte a Asia Central, y fortalecer su posición contra rivales
presentes y futuros. Bush justificó la guerra con mentiras calculadas acerca de
armas de destrucción masiva y vínculos al 11 de septiembre. Ahora han salido a
flote nuevos memorandos sobre las discusiones entre Bush y el primer ministro
inglés, Tony Blair, que documentan que Washington estaba resuelto a atacar a
Irak incluso si no encontraba las armas de destrucción masiva. Desde la invasión
los crímenes de guerra continúan sin parar: la tortura, violación y asesinato de
presos iraquíes en Abu Ghraib y otros penales; el uso de armas químicas
ilegales, como el fósforo blanco que funde la piel; la destrucción de barrios
enteros; la muerte de más de 100,000 iraquíes…
Para ayudar en la gira o llevarla a tu universidad, ponte en contacto con
la Comisión de Crímenes de Guerra de Bush en el 212.941.8086 o en mailto://commission@nion.us. Las
siguientes personas van a participar en la gira: Janis Karpinski, ex brigadier
general y ex comandante de la cárcel Abu Ghraib; Craig Murray, ex embajador
británico; Scott Ritter, ex inspector de armas de la ONU; Ray McGovern, ex
analista de la CIA; Ann Wright, ex embajadora; Michael Ratner, presidente del
Centro pro Derechos Constitucionales, y muchas otras personas que hablarán sobre
las cinco acusaciones de la Comisión (guerra, tortura, calentamiento global,
salud mundial y negligencia ante el huracán Katrina).
El testimonio de la Comisión Internacional Investigadora sobre Crímenes
contra la Humanidad del Gobierno de Bush está en la internet en bushcommission.org.
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