Cuando el negarse a matar recibe una pena mayor que el
asesinato
Ann Wright, truthout
| Perspectiva
Desde el comienzo de las guerras de Afganistán e Irak, el ejército de los
Estados Unidos ha sido el objeto de intenso escrutinio y crítica por el
asesinato de civiles. Esta semana, el Secretario de Defensa y el presidente del
Estado Mayor Conjunto viajaron a Afganistán y Pakistán para "reconocer" la
muerte de civiles inocentes en ataques en esos países.
En los cinco años y medio de la ocupación estadounidense de Irak, los
soldados de EE.UU. han asesinado a cientos de miles de civiles iraquíes en
puestos de control, y durante movimientos de convoy y operaciones para buscar al
"enemigo". Durante la media década de presencia militar en Irak, se ha acusado
de homicidio o de asesinato a una cantidad muy reducida de personal militar de
EE.UU. y una cantidad aún menor de personal de la CIA y de contratistas. La
muerte de la mayoría de los civiles se considera "costos de la guerra". Se les
ha formado un consejo de guerra a unas pocas decenas de soldados a raíz de las
denuncias de malos tratos, homicidio y el asesinato de civiles iraquíes. Con muy
pocas excepciones, en la mayoría de los casos se les han absuelto. Los
condenados por lo general recibieron penas menores.
Esta semana vimos una vez más que el castigo por asesinar a cuatro iraquíes
es menor que por negarse a participar en una guerra que muchos ciudadanos, y
muchos soldados, ven como un crimen contra la paz - un crimen de guerra.
El 18 de septiembre de 2008, el Ejército de EE.UU. lo condenó al especialista
Belmor Ramos a siete meses de prisión, lo degradaron en rango a soldado raso y
le dieron una baja deshonrosa porque había vigilado desde la torreta de un
Humvee mientras otros tres soldados de su unidad, la Primera División de
Infantería, amarraron a cuatro iraquíes no identificados, les vendaron los ojos,
los dispararon en la cabeza y arrojaron los cadáveres en un canal de Bagdad en
2007, como represalia por las bajas que su unidad había sufrido. Según los
informes de la Prensa Asociada (AP), Ramos admitió su culpabilidad en el consejo
de guerra: "Yo quería que murieran. Yo no tenía justificación jurídica ni excusa
por hacer eso."
Se lo había acusado a Ramos de conspiración para cometer un asesinato, por lo
que podría haber recibido una pena de cadena perpetua. El juez militar de
Vilsek, Alemania, iba a condenarlo a 40 años de cárcel, pero el fiscal militar
aceptó una pena negociada de siete meses para que Ramos declare en el consejo de
guerra contra los tres suboficiales –los sargentos John E. Hatley, Joseph P.
Mayo y Michael P. Leahy Jr - acusados el 16 de septiembre de 2008 de asesinato
premeditado, conspiración para cometer asesinato premeditado y obstrucción de la
justicia.
Condenas más largas por oponer resistencia a la guerra que por asesinar a
civiles
Hace sólo un mes, condenaron al soldado Robin Long a quince meses de prisión,
lo degradaron al rango de soldado raso y le dieron una baja deshonrosa por
ausentarse sin permiso militar, pues no quería servir en una guerra que
consideraba ilegal. Las autoridades migratorias canadienses lo deportaron de
Canadá, donde por tres años había hablado sobre sus preocupaciones acerca de la
legalidad de la guerra, y lo entregaron a los EE.UU. para un juicio militar. Un
mes antes, el soldado de primera clase James Burmeister había regresado
voluntariamente de Canadá y en julio de 2008 lo condenaron a seis meses de
prisión por negarse a regresar a Irak después de servir dos turnos en que le
alcanzaron tres artefactos explosivos improvisados. En mayo de 2008, le formaron
un consejo de guerra al soldado de primera clase Robert Weiss en Vilseck,
Alemania, y lo condenaron a siete meses de cárcel por negarse a ir a Irak.
También en mayo de 2008, un consejo de guerra contra el soldado de primera clase
Ryan Jackson lo condenó a 100 días de cárcel por negarse a ir a Irak.
En 2007, el consejo de guerra al teniente Ehren Watada, el primer oficial que
se negó a ir a Irak, terminó en un juicio nulo. Watada todavía está en servicio
activo en el ejército. Ese año también, el sargento del ejército Mark Wilkerson
se negó a regresar a Irak y lo condenaron a siete meses de cárcel. El Ejército
le denegó su petición de objetor de conciencia al especialista médico Agustín
Aguayo, quien se negó a regresar a Irak y fue condenado a ocho meses en la
cárcel. También en 2007, la especialista Melanie McPherson, una reservista de
Minnesota, se negó a ir a Irak en funciones para las cuales no la habían
capacitado; un consejo de guerra la condenó a tres meses de cárcel.
En 2006, el especialista Dale Bertell se negó a regresar a Irak y lo
condenaron a cuatro meses de cárcel. Ejército de EE.UU. La especialista de la
Guardia Nacional de Texas Katherine Jashniski se negó a desplegar en Afganistán,
y la condenaron a cuatro meses de cárcel. El sargento Ricky Clousing de la 82 ª
División Aerotransportada se negó a regresar a Irak y fue condenado a tres meses
de cárcel. El cabo de la Infantería de la Marina Ivan Brobeck regresó
voluntariamente a Estados Unidos después de vivir 18 meses en Canadá; le
formaron un consejo de guerra por negarse a regresar a Irak, que lo condenó a
ocho meses de cárcel.
En 2005, el sargento Kevin Benderman se negó a regresar a Irak y fue
condenado a 15 meses en la cárcel; sirvió 13 meses. El especialista Blake
Lemoine se negó a regresar a Irak y pasó siete meses en la cárcel. Cuando le
denegaron su petición de objetor de conciencia al soldado raso Neil Quentin
Lucas, se negó a ir a Irak y pasó 13 meses en la cárcel.
En 2004, el sargento Camilo Mejía se negó a regresar a Irak y lo condenaron a
12 meses de cárcel. Al sargento de primera clase Abdullah Webster, el soldado
raso de más alto rango acusado de rechazar órdenes de ir a Irak, lo condenaron a
14 meses de cárcel. Le faltaban dos años para jubilarse cuando se negó a
desplegar a Irak. Pablo Paredes, un suboficial de tercera clase de la Marina, se
negó a desplegarse en un buque que transportaba a los marines a una guerra que
consideraba ilegal. Lo condenaron a tres meses de aislamiento. La Infantería de
la Marina se negó a reconocerle como objetor de conciencia al cabo Joel
Klimkewixz y lo condenaron a siete meses de cárcel.
En 2003, la Infantería de Marina denegó la petición de objetor de conciencia
al reservista Stephen Funk y lo condenó a seis meses de cárcel. Todos los
soldados a quienes les han formado consejo de guerra por negarse a ir a Irak o
Afganistán han recibido bajas deshonrosas o de mala conducta.
A miles de otros soldados que, al ausentarse sin el permiso de sus
superiores, manifestaron una oposición silenciosa y privada a las guerras de
Irak y Afganistán, se les han dado una baja administrativa cuando regresan
voluntariamente a las fuerzas armadas.
Sentencias leves por asesinar a iraquíes
Entre los casos más destacados de personal militar de EE.UU. a quienes se les
formó un consejo de guerra por el asesinato de civiles iraquíes, sin que los
condenaran necesariamente, están:
El 29 de agosto de 2008, un jurado civil en el condado de Riverside,
California, absolvió al ex sargento de la Infantería de la Marina José Nazario
Jr, acusado de homicidio voluntario a raíz de la muerte de cuatro detenidos
iraquíes desarmados durante el asedio de Faluya, Irak, en 2004.
En junio de 2008, un juez militar desestimó los cargos contra el teniente
coronel Jeffrey Chessani, acusado de no investigar la matanza, en noviembre de
2005, de 24 civiles iraquíes desarmados en la ciudad de Haditha. De los ocho
marines inicialmente acusados en el caso, sólo uno todavía espera el juicio. Han
anulado las acusaciones contra seis marines y al séptimo marine lo declararon
inocente.
En 2007, acusaron a siete soldados de la Infantería de la Marina de Camp
Pendleton y a un solado de la Marina de asesinato y otros delitos relacionados
con el secuestro y el asesinato en abril de 2006 de un policía iraquí jubilado
de 57 años de edad, en la aldea de Hamdania al noroeste de Bagdad. Sólo uno de
los hombres, el líder de escuadra sargento Lawrence Hutchins III, permanece en
la cárcel, pues un jurado militar de Camp Pendleton lo declaró culpable de
asesinato y lo condenó a 15 años. De los otros seis, unos aceptaron una pena
negociada que ya han cumplido, y en el caso de los demás, el teniente general
James Mattis, comandante general de Camp Pendleton, les conmutó la pena. Mattis
ordenó que se pusiera en libertad a los acusados con un rango menor de Hutchins,
debido a que en julio de 2007 un jurado militar había declarado culpable al cabo
Trent Thomas por su papel en los asesinatos, pero limitó su sentencia al tiempo
ya cumplido. El general Mattis consideraba que la leve condena de Thomas creó
una disparidad injusta en comparación con sus compañeros sentenciados con penas
mayores.
En diciembre de 2007, al reservista de la Infantería de la Marina y soldado
de primera clase Delano Holmes lo declararon culpable de homicidio negligente
por haber apuñalado, el 31 de diciembre de 2006, al soldado raso Munther
Muhammed Hassin Jasem del Ejército Iraquí, con quien había estado de guardia en
el campamento de Faluya, Irak. Holmes le apuñaló a Hassin 17 veces, le acuchilló
otras 26 veces y por poco le cercena la nariz. Un jurado militar le sentenció al
tiempo cumplido, la segunda vez en cinco meses que un jurado militar de Camp
Pendleton aceptara el tiempo cumplido como pena en un caso de homicidio. A
Holmes lo bajaron de rango a soldado raso y le dieron una baja de mala
conducta.
En agosto de 2008, se celebraron audiencias (artículo 32) en Vilsek,
Alemania, para determinar si o no acusarán de delitos criminales a los sargentos
Jess Cunningham y Charles Quigley por la muerte de un iraquí. No han decidido
todavía si van a formar un consejo de guerra contra los dos.
En sólo un caso de asesinato en Irak EE.UU. han condenado el personal militar
ha recibido una considerable las penas. En agosto de 2007, un jurado militar
condenado Ejército de EE.UU. soldado de primera clase Jesse Speilman de
violación y cuatro cargos de delito grave de asesinato por la violación y
asesinato de Abeer Qassim al-Janabi, de 14 años de edad, niña iraquí y el
asesinato de sus padres y hermana menor el 12 de marzo de 2006, en Mahmoudiya,
una aldea a unos 20 millas al sur de Bagdad. Speilman fue condenado a 110 años
de prisión, pero será elegible para libertad condicional dentro de diez años.
Durante el período de su corte marcial, especialista James P. Barker y el
sargento Paul Cortez declaró que se turnaban violar a Abeer mientras que los
privados Steven Verde disparó y mató a su madre, padre y hermana menor. También
declaró que Abeer Verde Qassin disparo en la cabeza después de violar a ella. A
continuación, fijar su cuerpo sobre el fuego para destruir pruebas. Cruz fue
condenado a 100 años de prisión en virtud de un acuerdo y será elegible para
libertad condicional en 10 años. Barker se declaró culpable en el tribunal de
guerra y fue condenado a 90 años en una prisión militar, con la posibilidad de
libertad condicional. Privado Bryan Howard fue condenado a 27 meses de prisión
en virtud de un acuerdo. Privado Steven D. Verde fue dado de alta del Ejército
para la lucha contra el comportamiento social ante los asesinatos se habían
descubierto. Sin embargo, fue detenido y acusado de violación y asesinato en el
Tribunal de Distrito Occidental de Kentucky. Él será juzgado en ese tribunal el
29 de abril de 2009. Su abogado ha presentado los documentos para una defensa de
locura.
Superior castigo por matar a compañeros de los militares que los
iraquíes
Castigo por asesinato de otros miembros del servicio de EE.UU. es enormemente
superior a la de los asesinatos de iraquíes y civiles afganos.
En abril de 2003, un sargento del ejército que EE.UU. Hasan Akbar, un miembro
de la 101 ª División Aerotransportada, presuntamente lanzaron granadas en una
carpa en el campamento de Pennsylvania en Kuwait que mató a dos agentes e hirió
a 14. Akbar fue condenado a muerte en abril de 2005.
En junio de 2005, El Ejército de EE.UU. 42a División de Infantería sargento
Alberto Martínez presuntamente mató a dos oficiales superiores con una mina
antipersonal y granadas dentro de una de Saddam Hussein de palacios, cerca de
Tikrit, Irak. Martínez de la corte marcial está en marcha en Fort Bragg,
Carolina del Norte. Si es declarada culpable, podría enfrentar la pena de
muerte.
A principios de esta semana, el 14 de septiembre de 2008, dos soldados del
Ejército de EE.UU., asignado a la 3 ª División de Infantería, fueron fusilados y
asesinados, presuntamente por un soldado en su base, cerca de la ciudad de
Iskandariyah, a unas 30 millas al sur de Bagdad. El soldado que presuntamente
mató a los otros dos se limita y serán llevados ante un juez militar de esta
semana para las determinaciones preliminares de procedimiento.
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Ann Wright es un jubilado Ejército de EE.UU. Reservas coronel con 29 años
de servicio militar. Ella también fue un diplomático de EE.UU. que sirvió en
Nicaragua, Granada, Somalia, Uzbekistán, Kirguistán, Sierra Leona, Micronesia y
Mongolia. Fue en el pequeño equipo que reabrió la Embajada de los EE.UU. en
Kabul, Afganistán, en diciembre de 2001. Ella renunció a los EE.UU. cuerpo
diplomático en marzo de 2003 en oposición a la administración Bush la decisión
de invadir y ocupar Irak. Ella es la co-autor de "disentimiento: Voces de la
conciencia," los perfiles de personas con información privilegiada del gobierno
que han hablado y actuado sobre sus preocupaciones de sus gobiernos
políticas.
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