Revolución #118, 3 de febrero
de 2008
HAY QUE VER
Taxi to the Dark Side
Recibimos lo siguiente de un lector:
El documental Taxi to the Dark Side (Taxi al lado oscuro) empieza en
un camino rural de Afganistán, donde un carro hace subir una nube de polvo al
pasar. Por ese camino, Dilawar salió manejando un día en diciembre del 2002. El
taxista de 22 años pensó que solamente llevaba pasajeros al pueblo, pero
desapareció ese día y su familia jamás lo volvió a ver con vida.
Unos meses más tarde fue encontrado muerto, encadenado y colgado por las
muñecas de las rejillas del techo de una pequeña celda del notorio penal Bagram.
De tanto golpearlo y pegarle rodillazos, los interrogadores y guardias militares
estadounidenses le habían dejado como pasta las piernas. Nunca lo acusaron de
ningún crimen, e incluso unos interrogadores dijeron que creían que no tenía
ninguna conexión con Al Qaeda ni el Talibán.
“Lado oscuro” se refiere a un comentario que hizo Dick Cheney durante una
entrevista que le hizo el programa Meet the Press cinco días después del 11 de
septiembre del 2001: “También tenemos que obrar por... el lado oscuro... será
esencial valernos de todo medio a nuestra disposición, básicamente, para lograr
nuestro objetivo”. Taxi to the Dark Side, escrita, dirigida y producida
por Alex Gibney, describe con detalles escalofriantes y conmovedores la tortura
y degradación de los detenidos por Estados Unidos en las prisiones Bagram, Abu
Ghraib y Guantánamo. Nos trae imágenes rara vez o nunca vistas desde las
sangrientas entrañas de esas mazmorras. Entrevista a guardias e interrogadores
militares que cometieron la tortura, y a un ex detenido torturado en Bagram y
Guantánamo, en yuxtaposición con los comentarios en defensa de la tortura del ex
funcionario del Departamento de Justicia John Yoo (autor del tristemente famoso
“memorándum sobre la tortura”), Donald Rumsfeld y Alberto Gonzales. Desde el
principio hasta el fin, traza los vínculos entre lo que pasó (y sigue pasando)
en el campo de batalla y las directivas desde las autoridades más altas. Dijo un
soldado estadounidense: “Nos dijeron que [los detenidos] eran menos que un
perro” y que había que tratarlos así.
Antes de una proyección de la película en Nueva York que patrocinó la Unión
de Derechos Civiles de Nueva York, el productor ejecutivo Robert Johnson dijo
que los cineastas se arriesgaron al filmar en secreto en Bagram y en el pueblito
de Dilawar, pero que se comprometieron a decir la verdad sobre lo que estaba
pasando. Vio directamente al público y dijo: “Esta película trata de ustedes”.
Después de la proyección, explicó que cuando los cineastas regresaron a Estados
Unidos de Afganistán, les extrañó la falta de protesta e indignación por las
revelaciones de tortura.
Han nominado a Taxi to the Dark Side para recibir un premio Oscar
por el mejor documental de largometraje. Organicen a sus amigos, compañeros de
trabajo y de clases, y a todos los conocidos para ir a verla. De allí acuérdense
de Dilawar y los detenidos, muchos de los cuales quedan en el anonimato, que aún
se pudren en Bagram, Abu Ghraib y Guantánamo, y actúen para evitar que el “lado
oscuro” destruya más vidas y se trague nuestra humanidad. Para más información
sobre el documental y para buscar un cine que lo está proyectando, visiten a taxitothedarkside.com.
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