04/30/2006
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¡El 1 de mayo, es pa’la calle que vamos!
En medio de toda la campaña que estamos llevando a cabo con el boicot
nacional, uno de mis feligreses me preguntó sobre el significado histórico del 1
de mayo.
En nuestro conversar le dije que para buscar la respuesta se hace necesario
el que nos remontemos a la ciudad de Chicago, ese mayo del 1886, cuando la
jornada de trabajo de 10 a 18 horas de trabajo fueron razones suficientes para
inspirar al pueblo trabajador a luchar por sus derechos de solo trabajar 8 horas
al día. O sea, trabajos con dignidad.
Igualmente le dije que esta realidad sin lugar a dudas desató una serie de
confrontaciones entre dos bandos, personas trabajadoras y los dueños de las
empresas, o sea, en lenguaje bíblico, una confrontación entre las masas
proletariadas y las masas capitalistas.
En nuestra reflexión le aclaré que el gobierno —para no perder la tradición
patronal estadounidense— optó por darles apoyo a los patrones.
Como hubo huelgas, demostraciones y confrontaciones físicas, los medios de
comunicación —también para no perder la tradición estadounidense— por un lado le
dieron la espalda al pueblo y por otro lado demonizó y criminalizó sus luchas.
Sin embargo la clase trabajadora se organizó y llevó a cabo sus pedidos y
reclamaciones a través de un movimiento de huelga general cuya fecha sería el 1
de mayo de 1886. De aquí entonces que a partir de esta fecha el 1 de mayo
aparece vinculado a la lucha del pueblo trabajador preservando de una manera
genial sus luchas y sus conquistas laborales. Por supuesto, también estaban
ocurriendo un sinnúmero de actividades de resistencias laborales a nivel
mundial.
Ahora bien, ¿por qué entonces la división que tenemos en este momento que el
llamado al boicot nacional de apoyo a los inmigrantes?
Por un lado, en esta ocasión el llamado al paro no vino de los dirigentes de
los sindicatos ni tampoco de los oficiales electos.
O sea, el llamado vino de la base desde las comunidades. Para algunas
personas esto es un conflicto serio porque basan sus luchas en personalismo y
actividades que alimenten sus egos a través del caudillismo patriarcal.
Este asunto de escoger el 1 de mayo ha dolido mucho porque para mucha gente
en la administración del gobierno y de los sindicatos -hay excepciones- el
primero de mayo huele a socialismo o a comunismo. Yo soy de los que cree que si
es a esto a lo que huele me parece que huele muy bien, aunque hay que aclarar
que por encima de cualquier ideología política, este es un día de luchas
obreras, de emancipación laboral y del restablecimiento de la justicia. O sea,
que el malestar contra quienes llevaron a cabo la convocatoria y el día que se
escogió, son dos razones que explican la división que tenemos en este momento.
De aquí entonces mi invitación a que nos dejemos de pendejerías divisionistas
que establecen cultos de adoración al protagonismo y con miedo o sin miedo -eso
si, sin ser cobardes- gritemos a toda voz que, ¡el 1 de mayo, es pa’la calle que
vamos!
También algo una invitación a que traigan todas sus banderas con mucho
orgullo -esto incluye la bandera del arcoiris y la bandera roja- y nos reunimos
aquí en la ciudad de Nueva York a las 4:00 p.m. en Union Square en la calle 14.
lbarrios@jjay.cuny.edu
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