La
Jornada de México - 30 de Noviembre de 2006
América Latina contra la tortura
Eduardo Subirats*
El manifiesto Contra la tortura ha nacido como reacción
espontánea ante la aprobación por el gobierno de los Estados Unidos de una ley
que promueve la práctica sistemática de la tortura y el encarcelamiento
inhumano. Es una protesta contra el cinismo bajo el que se ha promulgado esta
ley: ¡Para salvar vidas humanas! Y contra los hipócritas eufemismos de ''métodos
científicos de interrogación" y ''técnicas de interrogación coercitiva" bajo los
que ese gobierno define la tortura. La decisión de redactar este manifiesto me
parece importante, porque a diferencia de otras estrategias implícitas o
cínicamente desmentidas, como el desmentido uso de misiles de uranio enriquecido
y empobrecido en una guerra que se autodenomina contra el terrorismo, la
aplicación de la tortura contraviene abiertamente las normas internacionales que
hasta ahora habían prevenido, nunca suficientemente, el uso de la tortura y el
trato inhumano a prisioneros de guerra, presos políticos y ciudadanos
inocentes.
El fiscal Carlos Castresana, coautor de este manifiesto, reveló un dato importante que afecta de
una manera directa a América Latina y al tercer mundo en general. En estas
regiones la práctica de la tortura es una herencia colonial endémica, y la
connivencia de los poderes políticos locales y globales frente a ella ha sido y
es un hecho obsceno e inmoral raras veces cuestionado y demasiadas veces
reiterado a lo largo de la historia de las décadas recientes. La nueva ley
estadunidense ofrece ahora carta blanca a estas prácticas criminales de ayer,
hoy y mañana por parte de los cuerpos de represión del Estado bajo el simple
requisito de bautizar previamente como terroristas a sus víctimas
discrecionales.
Existe una tercera razón
que confiere enorme relevancia a esta expresión de protesta cívica. Vivo en
Estados Unidos y soy profesor en una universidad estadunidense, pero durante
todos estos años recientes he escuchado muy pocas y muy apagadas voces que
pusieran en cuestión públicamente el escarnio mediático del que ha sido objeto
la sociedad estadunidense y la aldea global, que objetaran la propaganda
sistemática de guerra, que mencionaran las guerras sucias apoyadas por
Estados Unidos en países como Colombia, y que dijeran No a la legitimación de la
tortura. (Descuento las típicas comedias academicistas sobre la constitución
semiótica de la representación de la tortura, y dejo de lado los lamentos
políticos de sus consecuencias en el plano estrictamente doméstico del efectivo
desmantelamiento de las instituciones democráticas estadunidenses en la que la
nueva legislación de la tortura se inserta).
El manifiesto Contra
la tortura y el libro que le acompaña son, y no en último lugar, una voz y
una protesta intelectuales latinoamericanas que no deben ni pueden desoírse. Son
también un grito de horror ante los desastres de esta nueva guerra mundial
unilateralmente declarada por Estados Unidos. Son una voz de protesta y un grito
de angustia que solamente pueden desoír las censuras más cínicas de nuestros
medios de comunicación, de nuestras industrias culturales y de nuestras
academias.
La crónica y el análisis
sobre la tortura de la nación colombiana que Margarita Serje ofrece en este
libro es un ejemplo de impecable responsabilidad intelectual. Esta distinguida
antropóloga, con un extraordinario historial académico en Francia, los Estados
Unidos y Colombia, despliega con una intensa sensibilidad literaria las
continuas prácticas de tortura y crimen político en su país. Rita L. Segato es
antropóloga y psicóloga, y profesora en la Universidad de Brasilia. Su precisa
reconstrucción de los continuos crímenes perpetuados contra mujeres en Ciudad
Juárez, de la complicidad institucional con ellos y de sus amplias implicaciones
políticas, es una esclarecedora mirada sobre las mortales heridas que las
políticas hemisféricas del neoliberalismo infligen hoy a América Latina y al
mundo. Pilar Calveiro es una superviviente de la tortura en la época de la
dictadura en Argentina. Es politóloga y profesora en Puebla, México. Su ensayo
construye una mirada que abraza desde las prácticas criminales de la policía y
el ejército argentinos en el periodo de la guerra fría hasta las
estrategias contemporáneas de desaparecidos, tortura y terror en Irak y
Guantánamo. Entre otras cosas, su brillante análisis pone de manifiesto al mismo
tiempo la realidad de una tortura que tenemos ante los ojos, pero que el
espectáculo mediático nos borra de nuestra mirada. Carlos Castresana, que vive
en Monterrey y se ha distinguido en una serie de casos notables de prosecución
de criminales políticos, como el general Pinochet, define en su ensayo un marco
legal desde el que defenderse de la ilegitima violencia de Estado que hoy
representan esas prácticas.
Quiero subrayar que esta
es también una oportunidad para hacer escuchar internacionalmente una voz
intelectual latinoamericana desoída, excepto cuando canta las canciones que le
adjudica la industria cultural y las maquinarias académicas del primer mundo:
del realismo mágico a la subalternidad. No en último lugar quiero subrayar que
este manifiesto y este libro sólo han sido posibles gracias al estímulo y el
apoyo de Silvia Garza y del proyecto intelectual que ha cristalizado en su nueva
Editorial Fineo.
Guadalajara, 28 de
noviembre de 2006
* Filósofo catalán
Contra la tortura: cinco ensayos y un manifiesto. Editorial Fineo, México,
noviembre 2006, incluye textos de Pilar Calveiro, Carlos Castresana, Rita Laura
Segato, Margarita Serje y Eduardo Subirats (compilador)
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