12-08-2008
Amenazas, mentiras y cintas de audio
Amy Goodman
Democracy Now!
Era como una película de acción. Un joven retenido en un hotel, de noche,
amenazado con ser encarcelado. Va a ser enviado a la guerra a la mañana. Sus
amigos, desesperados, intentan encontrarlo. El botón para llamar al ascensor
había sido desactivado. Pensó en saltar por la ventana. Cuando sus amigos llegan
al hotel, encuentran a personal militar patrullando los alrededores. Uno de
ellos logra entrar a escondidas, saca de allí a su amigo y se alejan en un
automóvil, desapareciendo en la noche. Para Eric Martínez, un estudiante de 17
años de edad del Instituto de Secundaria Aldine, de un barrio pobre de Houston,
todo esto se trataba de la vida real. Había respondido a una convocatoria de
reclutamiento, llamada "Programa de Alistamiento Postergado"
Pero después, como les suele suceder a las personas de 17 años, Eric cambió
de idea. Cuando el reclutador llegó a su casa y amenazó a su madre, ella fue al
centro de reclutamiento para ver al oficial a cargo: “Habló con el sargento
Marquette y le dijo que yo no quería ir, eso es todo. Marquette dijo que yo
tenía que ir, y que si no lo hacía, tendría una orden de arresto contra mí, y
que yo ya no podría conseguir préstamos gubernamentales ni cosas por el estilo.
Pues, mi madre no entiende estos temas para nada, así que le creyó y me contó
todo esto. Y yo también me lo creí, porque tampoco sabía mucho sobre el tema”.
Fue así que llevaron a Eric al hotel.
Irving González, amigo de Eric Martinez, sabía que sería el próximo. Se había
alistado en el mismo programa. Como el mayor de cuatro hijos de una madre
soltera, el impulso de Irving fue ayudar a su familia a sobrevivir, conseguir la
retribución por haberse alistado y obtener acceso a una educación universitaria.
Luego quiso salir del programa para inscribirse directamente en la universidad.
Llamó al reclutador, el sargento Glenn Marquette. Desesperado, grabó la llamada
telefónica.
Sargento Marquette: “Esto es lo que ocurrirá. ¿Quieres ir a la universidad?
No conseguirás ningún préstamo, porque todos los préstamos universitarios son
préstamos federales y gubernamentales. Así que quedarás marcado por esto. En
cuanto seas detenido por conducir a alta velocidad o por cualquier infracción,
se darán cuenta de que eres un desertor. Van a detenerte y llevarte a prisión…
cumplirás tu condena, tal como lo mereces. Entonces, ¿qué pasa con toda esa
pavada de ‘quiero ir a la universidad’ y todo eso? Adivina. Lo acabas de tirar
por la ventana porque acabas de arruinarte la vida”. .
Irving y otras dos personas fueron los que sacaron a escondidas a Eric del
hotel.
Después de que el caso se hiciera público, Marquette fue suspendido, y el
ejército afirma que está llevando a cabo una investigación, pero ni Martínez ni
González fueron contactados. La historia reciente no augura nada bueno. En 2005,
el sargento Thomas Kelt, que, al igual que Marquette, trabajaba en la oficina de
reclutamiento de Greenspoint, en Houston, dejó un mensaje telefónico al
potencial recluta Chris Monarch en el que decía que si no se presentaba en la
oficina de reclutamiento esa misma tarde: “Conseguiremos una orden de detención,
¿de acuerdo? Así que llámame.” El caso tuvo repercusión en todo el país. El
ejército paralizó durante un día el proceso de reclutamiento para darles un
nuevo entrenamiento a los reclutadores. Afirman que Kelt fue despedido. En
realidad, fue ascendido y promovido a Director de otro centro de reclutamiento
cercano.
Le pregunté a Douglas Smith, portavoz del Comando de Reclutamiento del
Ejército de Estados Unidos en Kentucky, por qué no se castigó a Kelt. Smith
contestó que Kelt había recibido una “medida administrativa negativa... Que
alguien haya hecho algo mal no significa que lo vayan a condenar a muerte”.
Pero hay una gran diferencia entre la pena de muerte y un ascenso. Cuando le
pregunté a Smith cuál fue la sanción, me respondió: “No estoy autorizado a
decírselo”.
Smith y el resto del ejército pueden eludir las preguntas de los periodistas,
pero pueden ser citados por el Congreso a prestar declaración bajo
juramento.
El congresista de Texas Ted Poe, un republicano, dijo: “Nuestro país no puede
engañar a sus ciudadanos. Ya que el Ejército no tomó la iniciativa, ahora el
Congreso quizá tenga que involucrarse”. Otro congresista texano, el demócrata
Gene Greene, cuyos hijos fueron al Instituto Aldine y cuya esposa dio clases
allí durante años, está de acuerdo con Poe. Sin un final a la vista en
Afganistán e Irak, se debe impedir a los reclutadores usar medidas desesperadas
y agresivas para llevar a los jóvenes de nuestro país – los más pobres y más
vulnerables – a la línea de fuego.
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Amy Goodman es la presentadora de Democracy Now! www.democracynow.org,
noticiero internacional diario emitido en más de 700 emisoras de radio y TV en
Estados Unidos y el mundo.
© 2008 Amy Goodman
Texto en Inglés traducido por Ángel Domínguez y Democracy Now! en
español
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