Alumnos vuelven a la calle
Desafiantes. Pese a que tenían prohibido marchar,
cerca de 11 mil estudiantes de 20 planteles de Los Ángeles salieron nuevamente
ayer a protestar a las calles de la ciudad. (Chris Martínez/La
Opinión)
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Se producen algunos incidentes violentos; anuncian citatorios
para quienes falten a clases
Eileen Truax eileentruax@laopinion.com
29 de marzo de 2006
Aunque esta vez fue con lluvia, con un cielo encapotado y con mayor
vigilancia policial, nuevamente miles de estudiantes de secundaria y
preparatoria se lanzaron a las calles con banderas de sus países, principalmente
de México, para pedir la legalización de los casi 12 millones de indocumentados
en Estados Unidos.
A pesar de que las escuelas del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles
(LAUSD) y de otras ciudades cerraron sus puertas para evitar que los jóvenes
salieran, cerca de 11 mil estudiantes de más de 20 planteles marcharon por las
calles aledañas a éstos y algunos de ellos llegaron a la escalinata frontal del
Ayuntamiento, al igual que el pasado lunes.
Una de las zonas en las que se registró la mayor tensión fue la preparatoria
Carson, en donde alrededor de 300 estudiantes protestaron y se enfrentaron con
agentes del Departamento del Sheriff. Tres jóvenes fueron arrestados, uno de
ellos por ataque a un agente, otro por resistirse a un agente y el tercero por
conducta desordenada.
En Van Nuys, cerca de dos mil estudiantes participaron en protestas frente al
tribunal de la ciudad para luego marchar en dirección a la autopista 405; en el
trayecto algunos de ellos fueron arrestados. En escuelas del sur de la ciudad,
como la secundaria Jefferson, los jóvenes también tuvieron encuentros con la
policía.
En San Pedro, la policía tuvo que retirar a cerca de 150 estudiantes del
acceso al puente Vincent Thomas; algunos recibieron un citatorio por parte del
Dep-artamento de Policía de LosÁngeles (LAPD).
De acuerdo con cifras presentadas por el superintendente del LAUSD, Roy
Romer, de los 11 mil jóvenes que salieron a las calles, cerca de ocho mil
pertenecían a planteles del LAUSD y tres mil a otras escuelas alrededor del
condado. Romer informó también que a partir de mañana, los estudiantes que no se
presenten a clases serán considerados como ausentes sin autorización y recibirán
un citatorio para ellos y sus padres.
“Una cosa es una manifestación espontánea de libertad de expresión, y una muy
diferente las ausencias continuas”, dijo Romer durante una conferencia de prensa
en el Ayuntamiento de la ciudad ayer por la tarde, convocada porel alcalde
Antonio Villaraigosa. “Los padres son los responsables legales de que sus hijos
vayan a la escuela”.
El jefe del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD), William Bratton,
informó los citatorios para los estudiantes ausentes podrán ser emitidos por los
agentes de las fuerzas del orden, y que podrían representar multas de hasta 200
dólares y 20 días de servicio comunitario. Por su parte Lee Baca, sheriff del
condado de Los Ángeles, comentó que los adultos que incentiven la participación
de los jóvenes en las manifestaciones serán consignados. “Deben entender que
cuando hacen que un joven salga de la escuela lo están poniendo en riesgo, y que
los responsables son ellos [los adultos]”.
Villaraigosa reiteró que con la manifestación realizada ayer frente al
Ayuntamiento los jóvenes ya habían establecido su posición, y que ahora es
momento de regresar a debatir el tema a las aulas. “Es importante que los padres
entiendan que a partir de hoy aplicaremos un estricto plan para los estudiantes
ausentes sin autorización”, señaló.
Tanto el alcalde de Los Ángeles como Baca consideraron que con la aprobación
de una alternativa de plan migratorio en el Comité Judicial del Senado el pasado
lunes, se logró el objetivo de la marcha del sábado, y que ahora ya no hay más
motivos para marchar.
PREPARADOS
Bajo una lluvia a veces intensa, los jóvenes coreaban consignas cubiertos por
paraguas o por las mismas banderas empapadas que trataban de ondear frente a la
escalinata del Ayuntamiento. Aunque en algún momento se reunieron cerca de 200
estudiantes que se retiraban para dar paso a otro grupo, durante otros momentos
los grupos no rebasaban a los 20 alumnos.
Muchos de ellos iban preparados para responder a las preguntas de los medios,
que trataban de indagar si los manifestantes estaban suficientemente enterados
del contenido de la propuesta LeySensenbrenner.
“Si me está haciendo estas preguntas para ver si sé por qué vine, déjeme
decirle que sí sé”, comentó Edwin, estudiante de décimo grado de la preparatoria
Belmont, quien se aprestó a decir de memoria el número de la ley HR4437. “Los
que nada más vienen a hacer ruido o se meten a la autopista no saben qué están
haciendo; nosotros nos reunimos aquí para protestar y al final recogimos la
basura que estaba alrededor”.
Mayra, de 16 años, y estudiante de décimo grado, sabe el nombre de Antonio
Villaraigosa; no sabe que es el alcalde de la ciudad, pero sí sabe que es un
líder latino que los apoya, y que “ayer se veía enojado porque estábamos aquí”.
Pero Mayra considera que aunque Villaraigosa y otros líderes estén llamando a
los jóvenes a regresar a las aulas, es de mayor utilidad que se sigan
manifestando.
“Yo sé que algunos no saben a qué vienen, pero yo vine a luchar por mis
papás, por muchos latinos que se esfuerzan. Yo nunca he visto a un gringo en una
‘factoría’ o vendiendo cosas en la calle”, dice, y suelta su carta fuerte:
“Nosotros hoy tenemos 16, 17 años; dentro de uno o dos, vamos a tener 18, y
vamos a empezar a votar”.
Por cada día que un estudiante falta a la escuela, el LAUSD deja de recibir
28 dólares en fondos federales. Con los ocho mil estudiantes ausentes hoy, esto
significa un costo de cercano a los 224 mil dólares. Las marchas del lunes
involucraron a 36 mil estudiantes de varios distritos, lo que daría un costo
cercano a un millón de dólares.
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