Revolución 146, 26 de octubre
de 2008
Ultrajante ataque a Amy Goodman de “Democracy Now!” y otros medios
alternativos… Así es la democracia imperialista
Larry Everest
La semana de la Convención Nacional Republicana (fines de agosto-comienzos de
septiembre) en St. Paul, Minnesota, las autoridades llevaron a cabo un ataque
vil, orquestado y fascista a los medios de comunicación alternativos que cubrían
las protestas afuera de la Convención Nacional Republicana (RNC).
Estos ataques incluyeron el maltrato y arresto de la periodista, conocida a
nivel internacional, Amy Goodman, el arresto brutal de dos productores del
equipo de “Democracy Now!”, redadas preventivas a punta de pistola al colectivo
“I-Witness Video”, la confiscación de equipo de video y muchos arrestos más y
maltrato a periodistas, tanto de fuentes alternativas como de la prensa
grande.
Dijo Goodman: “Esta semana la policía está atacando sistemáticamente a
periodistas… Aquí en las calles de St. Paul, la prensa tiene la libertad de
informar sobre lo que pasa durante la RNC, pero no lo de la violencia policíaca
y los arrestos en masa contra aquellos quienes vienen a protestar contra su
gobierno y exigir cambios”.
Estos ataques representan una escalada de las medidas de estado policial
contra los críticos del gobierno y se llevan a cabo en el marco general de la
marcha hacia la derecha de la política oficial de Estados Unidos y el tono
fascista de la RNC en particular. Todo esto tiene grandes consecuencias para
todo el que quiera un mundo más justo.
ATAQUES PREVENTIVOS A CAMARÓGRAFOS
Los ataques de las autoridades a periodistas independientes empezaron antes
de que empezaran las protestas. El sábado 30 de agosto, dos días antes de la
primera marcha, unos 30 policías armados hasta el cogote cercaron una casa
particular donde miembros del I-Witness Video se estaban quedando. Habían venido
a St. Paul para documentar las acciones de la policía durante las protestas de
la RNC, tal como lo hicieron en la RNC del 2004 en la ciudad de Nueva York.
Siete miembros del grupo fueron detenidos por más de dos horas mientras que la
policía trataba de conseguir una orden de allanamiento. Un abogado que llegó a
las fueras de la casa a tratar de intermediar con la policía fue arrestado.
De acuerdo con el diario digital de I-Witness Video, una vez que la policía
obtuvo la orden de allanamiento “entraron apuntando con armas automáticas a la
gente que estaba adentro. A todos les esposaron, recogieron todos sus datos
personales y los acorralaron en el jardín de atrás… Después de completar el
allanamiento, la policía soltó a todos y se fue”. (La chota hizo todo esto a
pesar de que la orden de allanamiento no tenía la dirección de la casa, un
supuesto requisito legal.)
El ataque a I-Witness escaló el miércoles 3 de septiembre cuando el
propietario del edificio obligó a I-Witness a que se saliera de ahí después de
que la policía otra vez entró a la fuerza bajando la puerta principal con un
ariete diciendo que estaba investigando informes de que unos anarquistas tenían
secuestradas a unas personas adentro.
Esto fue una descarada tentativa de impedir que I-Witness documentara las
protestas y las acciones de la policía. (Después de la RNC del 2004, desecharon
los cargos en 400 de los 1.800 casos de arresto porque los videos tomados por
I-Witness probaron que la policía mentía e inventaba cargos contra los
manifestantes.)
“Aquí tenemos una situación en la que si se callaran todas las cámaras, la
policía se saldría con las suyas haciendo lo que quisiera hacer”, dijo Gena
Berglund del capítulo de Minnesota del Gremio Nacional de Abogados. “Pueden
mentir en sus informes policiales y nadie los puede desmentir, y creemos que eso
pasa de manera cotidiana”.
Eileen Clancy de I-Witness Video dijo: “Esta es muchísima presión la que nos
ponen. Lo que pasó ayer realmente fue una escalada fuerte de los ataques porque
como ustedes saben, vinieron el día anterior con orden de allanamiento aunque
tenían la dirección incorrecta y nos apuntaron con armas. Y ayer… llevaban los
revólveres desenfundados” (Democracy Now!, 4 de septiembre).
EL ATAQUE A AMY GOODMAN Y DEMOCRACY
NOW!
Democracy Now! se transmite por más de 700 emisoras de radio y televisión,
principalmente en América del Norte pero también en el mundo.
He aquí la descripción de Amy Goodman de lo que le pasó a ella y al equipo de
Democracy Now! cuando ellos se reporteaban de una parte de la protesta que se
separó de la protesta principal el día festivo del trabajo (el primer lunes de
septiembre). (“Por qué nos arrestaron injustamente”, TruthDig.com, 4 de
septiembre):
“Los policías nos atacaron vestidos de armadura de cuerpo entero, cascos,
escudos de la cara antimotines, macanas y latas de espray de pimiento. Desviaron
a los manifestantes, periodistas y espectadores hacia un estacionamiento de
carros y allí los rodearon y los esposaron.
“Nicole [la productora Nicole Salazar] estaba grabando. La grabación de su
propio violento arresto es escalofriante. Los policías antimotines le cayeron
encima gritándole, ‘Boca abajo’. Se puede escuchar su voz clara y repetidamente
gritando ‘¡Prensa, prensa! ¿Adónde tenemos que ir?’ Quedó atrapada entre carros
estacionados. La cámara cae al pavimento entre los gritos de dolor de Nicole. La
mandaron de cara con fuerza contra el pavimento y sangraba de la nariz con un
policía gordo con su bota o rodilla sobre su espalda. Otro agente la arrastraba
de la pierna. A Sharif [el productor Sharif Abdel Kouddous] lo mandaron contra
una pared y le patearon en el pecho. Él sangraba del brazo.
“Yo estaba en el centro de Xcel, en el piso de convenciones entrevistando a
delegados. Yo acababa de unirme a la delegación de Minnesota cuando recibí una
llamada con la noticia de que Sharif y Nicole habían sido objeto de un arresto
sangriento. El director de películas Rick Rowley de la firma Big Noise Films y
yo corrimos a pie al lugar del hecho. Llegamos sin resuello al estacionamiento.
Fui al frente de la línea de policías antimotines y pedí hablar con un
comandante, diciéndoles que habían arrestado a periodistas acreditados.
“Unos segundos más tarde me agarraron y me empujaron detrás de la línea de la
policía y a la fuerza me torcieron los brazos por la espalda y me esposaron, con
las rígidas esposas de plástico que perforaban mis muñecas. Vi a Sharif con el
brazo sangrante y sus credenciales colgadas del cuello. Cuando les repetí que
éramos periodistas con credenciales, un agente del servicio secreto me cayó y me
arrancó de un jalón la credencial del cuello. Me llevaron al corralón de la
policía de St. Paul donde tenían jaulas listas para los manifestantes. Me
acusaron de obstruir a un policía. A Sharif y a Nicole se los llevaron a la
cárcel acusados de participar en un motín”.
(El video del arresto de Goodman está disponible en: http://www.youtube.com/match?v=oYjyvkR0bGQ.
Para el segundo lunes de septiembre, lo habían visto más de 750.000
personas.)
Otros periodistas, tanto de la prensa grande como de la alternativa, fueron
blancos de ataques o arrestos. Un grupo de video documental, “The Glass Bead
Collective”, fue arrestado y su equipo de trabajo fue confiscado. Dos
periodistas de Pepperspray Productions fueron encarcelados por dos días. El
fotógrafo Matt Rourke (AP), un fotógrafo independiente del New York
Post y tres periodistas de la Universidad de Kentucky también fueron
arrestados y el último acusado de “felonía de motín”. El último día de
protestas, el 4 de septiembre, 18 trabajadores de los medios fueron arrestados
con otros 400 manifestantes.
Estos ataques a periodistas acreditados, especialmente a los de prensa
alternativa, son un aumento grave en los esfuerzos del gobierno para censurar
las noticias, silenciar el descontento popular y suprimir expresiones de
resistencia y protesta organizada.
Los periodistas, sean de la prensa grande o alternativa deben estar
supuestamente protegidas para informar sobre las noticias. Arrestarlos
brutalmente envía el escalofriante mensaje de que nadie, ni siquiera periodistas
conocidos a nivel nacional y acreditados, está a salvo, así que ¿qué derechos
tiene la gente común?
“Era claro quién era yo”, Goodman le dijo a la prensa después de ser puesta
en libertad. “Tenía todas mis credenciales colgadas del cuello. ‘Mira, estas son
mis credenciales’, dije. Un agente del Servicio Secreto se me acercó y dijo: “O,
¿es cierto?” y de un tirón me quitó las credenciales”…. Kouddous le dijo al
Comité de Protección a Periodistas que el mismo agente también le confiscó su
pase del día (Jeffrey Allen, “RNC Media Intimidation Condemned,” OneWorld.net, 5
de septiembre).
Atacar a periodistas también tiene como objetivo suprimir la cobertura que se
atreve a reportear más allá de los confines estrechos de lo que informa la
prensa grande, como la cobertura de la resistencia contra los crímenes y
barbaridades del gobierno estadounidense.
ASÍ es la democracia burguesa.
“Una redada orquestada”, dirigida desde lA
CÚPULA
El ataque a periodistas, al que el grupo de reforma de la prensa Free Press
llamó “una redada orquestada contra periodistas independientes que cubrían la
Convención Nacional Republicana”, fue dirigido desde los niveles más altos del
gobierno.
De acuerdo a Gina Berglund del Gremio Nacional de Abogados (Democracy Now!, 2
de septiembre), el FBI, el Departamento de Justicia y el Departamento de
Seguridad Interna estuvieron todos envueltos en los ataques a periodistas. Hubo
un comando unificado porque esto era un acto digno de protección de seguridad
nacional y “hay acuerdos de poderes conjuntos entre Minneapolis y St. Paul que
permiten que la policía de Minneapolis opere bajo este comando unificado”. Aun
la “queja” del secuestro que fue el motivo de la redada del 3 de septiembre a
I-Witness Video vino aparentemente del “ámbito de vigilancia de la policía en
torno a la RNC”.
El jefe de la policía de St. Paul, John Harrington, admitió más o menos
abiertamente que cualquiera que cubriera las protestas, y que no estuviera
“encamado” con la policía, ya no era realmente un periodista, sino un
delincuente:
“En términos del reglamento oficial, los reporteros tienen derechos, y lo que
hemos tratado de hacer es de crear un equilibrio entre derechos y
responsabilidad. Si nosotros anunciamos que hay una asamblea ilegal o si estamos
en medio de un disturbio, y si los reporteros no nos ponen atención y si están
en medio del disturbio, nosotros no los podemos proteger… Pero lo que yo diría
es que si un reportero está cometiendo un crimen mientras que está ahí con sus
credenciales, yo pienso que se le debe tratar como a un ciudadano común… Pero,
en general lo que tratamos de hacer es darles a los reporteros acceso. Hemos
tratado de darles, y creo que muchísimo, acceso encamándolos en nuestras fuerzas
de campo móviles”.
¡HAY QUE ANULAR TODOS LOS CARGOS!
Es crucial echar por tierra estos ataques a los periodistas desenmascarando
la naturaleza criminal de los ataques y los arrestos y exigiendo que se anulen
todos esos cargos. Las organizaciones de los medios como Reporteros sin
Fronteras, el Comité de Protección a Periodistas, la Sociedad de Periodistas
Profesionales y la Unión Norteamericana de Derechos Civiles, han lanzado
comunicados de condena a los ataques contra los periodistas y han pedido una
investigación.
El grupo de reforma de los medios, Free Press, está circulando una petición
en línea que pide un fin a los ataques a periodistas. En dos días recogieron más
de 50.000 firmas: https://secure.freepress.net/site/
Advocacy?JServSessionIdr012=i06ym8gso2.app44b&
cmd=display&page=UserAction&id=281
Democracy Now! (www.democracynow.org) también ha pedido que se llame por
teléfono o a se envíe un correo electrónico a las autoridades de St. Paul para
exigir que se anulen todos los cargos.
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