Revolución #112, 16 de
diciembre de 2007
Informe estadounidense sobre Irán:
Mentiras sobre armas nucleares…
y mentiras mayores
Larry Everest
Una vez más se han puesto al descubierto las mentiras de George Bush, Dick
Cheney y el resto de los mentirosos comprobados del gobierno de Bush sobre un
tema de vida o muerte que afecta a millones de personas. Esta vez fueron sus
mentiras sobre la afirmación de que tenía pruebas del programa de armas
nucleares de Irán. Desde hace más de un año, Bush, Cheney y otros altos
funcionarios del gobierno han afirmado repetidas veces y con mucha certeza que
Irán está construyendo o tratando de construir armas nucleares. El 31 de marzo
Bush dijo: “Irán está tratando de elaborar un arma nuclear”. El 19 de junio, le
advirtió al gobierno iraní sobre las “consecuencias” de “continuar con el
programa de elaborar un arma nuclear”. El 12 de julio le acusó al gobierno iraní
de “tener un programa de armas nucleares y amenazar con borrar a Israel del
mapa”. El 6 de agosto dijo: “Este es un gobierno que ha declarado que tiene el
deseo de elaborar un arma nuclear”. Ahora, según los mismos servicios de
inteligencias del gobierno estadounidense, ninguna de esas afirmaciones es
cierta.
Con la campaña de mentiras, distorsiones y verdades a medias ha buscado
imponer sanciones económicas y políticas más duras contra Irán. Las sanciones no
solo son un ataque contra los iraníes comunes y corrientes, sino también una
parte de los preparativos de guerra con que aíslan políticamente y vilipendian a
un adversario y forjan una coalición en torno a los objetivos estadounidenses.
Con estas acusaciones también buscaban influenciar la opinión pública a favor un
ataque contra Irán, que podría poner en peligro la vida de millones de personas
e intensificar el choque reaccionario entre el imperialismo y el fundamentalismo
islámico por todo el Medio Oriente y Asia central.
Ahora los servicios de inteligencia estadounidenses dicen “con alta
confianza” que Irán suspendió su programa de armas nucleares en el 2003. No se
debe fiar de la “conclusión” de que tenía ese programa, en vista de que viene de
boca de los mismos servicios de inteligencia que produjeron el fraude de las
“armas de destrucción masiva” de Irak. Pero según el último Informe de
Inteligencia Nacional (IIN), Irán ha suspendido el programa de armas nucleares y
no tiene la capacidad de producir combustible para armas nucleares; de hecho, el
informe dice que su capacidad de producir combustible nuclear para fines civiles
(que es mucho más fácil producir) todavía tiene grandes problemas tecnológicos.
Esta nueva conclusión contradice fuertemente el IIN del 2005 que afirmó “con
alta confianza que actualmente Irán está resuelto a elaborar armas nucleares”,
aunque Irán no lo podría hacer hasta “comienzos o mediados de la próxima década”
(más o menos el mismo tiempo que sugiere el nuevo IIN, a pesar de la nueva
conclusión muy diferente).
En la rueda de prensa del 4 de diciembre, le preguntaron a Bush por qué hacía
acusaciones belicosas contra Irán, y especialmente por qué dijo el 17 de octubre
que “si quieren evitar la tercera guerra mundial, parece que les debe interesar
impedir [que Irán] obtenga la información necesaria para construir un arma
nuclear”, respondió: “Me enteré del IIN la semana pasada” (o sea, a finales de
noviembre). Luego le preguntaron sobre un informe del Washington Post
(4 de diciembre) de que empezaron a preparar el nuevo informe hace 18 meses y
que le informaron de las conclusiones en julio, y no en noviembre. Bush
respondió: “En agosto, creo que fue el director de inteligencia nacional, Mike
McConnell, que me dijo que tenemos nueva información. No me dio la información
sino que me dijo que tardaría algún tiempo para analizarla”. La nueva afirmación
de Bush parece ridícula. O es mentira o le interesa tan poco la verdad de la
situación que no hizo ninguna pregunta sobre la información en líneas generales,
¡a pesar de que tiene que ver con el país que su gobierno dice que es el mayor
reto! De hecho, al día siguiente de la rueda de prensa, la vocera de la Casa
Blanca “aclaró” los comentarios de Bush (aparentemente para evitar la impresión
de que no le importaba uno de los temas más importantes del planeta); dijo que
McConnell mencionó a Bush en agosto la posibilidad de que Irán hubiera
suspendido su programa de armas nucleares y que la nueva información podría
llevar a una nueva conclusión de los servicios de inteligencia sobre Irán.
Y hay más pruebas de lo profundas que son las mentiras de Bush.
Por ejemplo, el Washington Post (3 de diciembre) y el New
York Times (5 de diciembre) informaron que el IIN fue resultado de
nueva información obtenida durante el verano, como notas de oficiales
militares iraníes, que confirmó que Irán había suspendido su programa. Altos
funcionarios del gobierno trataron de desacreditar esta información como parte
de una campaña de engaño iraní. Los servicios de inteligencia pasaron varios
meses investigando esa acusación y la rechazaron. En pocas palabras, esta nueva
información fue tema de un debate intenso en el gobierno de Bush antes de su
comentario sobre la “tercera guerra mundial”.
Segundo, un análisis de David Fromkin del Washington Post (5 de
diciembre) demostró que la retórica de Bush sobre Irán cambió en
agosto, de afirmaciones de que Irán elaboraba armas nucleares a afirmaciones de
que buscaba la información necesaria para elaborarlas y que esto es un
peligro inaceptable. Por ejemplo, el 9 de agosto Bush dijo que el gobierno iraní
“ha expresado el deseo de enriquecer el uranio, que nosotros creemos que es un
paso hacia un programa de armas nucleares”. El 28 de agosto, Bush condenó “el
programa de Irán de obtener la tecnología que podría llevar a armas nucleares”.
El 4 de octubre, Bush advirtió que Estados Unidos haría lo posible para impedir
que Irán obtuviera “la información para elaborar un arma”. Este cambio de
retórica indica que Bush sabía algo de lo que estaba pasando, pero continuó la
propaganda bélica.
Tercero, varios periodistas han informado sobre un fuerte debate dentro del
gobierno sobre el programa nuclear iraní que empezó hace seis meses, o
probablemente hace un año, incluso sobre si tiene tal programa. Hace un año,
Seymour Hersh escribió: “Un borrador de un análisis clasificado de la CIA que
salió en el otoño y que rechaza las conclusiones de la Casa Blanca acerca de
cuando Irán podría elaborar una bomba nuclear ha dificultado los preparativos
del gobierno para un ataque militar contra Irán. La CIA concluyó que no hay
pruebas convincentes de que Irán tenga un programa secreto de armas nucleares
paralelo a sus operaciones civiles que ha declarado ante la Agencia
Internacional de Energía Atómica”. (Durante este período la AIEA dijo repetidas
veces que no había pruebas de que Irán estaba construyendo armas nucleares).
El 4 de diciembre en CNN Hersh dijo: “En ese tiempo, escribí que hubo una
pelea tremenda acerca del asunto, porque Cheney en la Casa Blanca…. el
vicepresidente no quería oír esto. Así que hubo una pela sobre la inteligencia.
Y desde hace un año, creo que la oficina del vicepresidente, el vicepresidente
ha restringido el informe. Ha bloqueado el informe durante un año. La
inteligencia de la que nos enteramos ayer ha estado circulando en los más altos
niveles del gobierno desde hace un año, y probablemente más”.
Todo esto indica que Bush mintió, otra vez, en la rueda de prensa y que en
realidad Bush y Cheney SABÍAN que, a lo mínimo, los informes de sus propios
servicios de inteligencia contradijeron sus afirmaciones sobre Irán y que hubo
un fuerte debate sobre el programa de armas nucleares. Y, según los informes,
Cheney intervino para suprimir el IIN.
Bush, Cheney y los demás han hecho acusaciones muy serias, con mucha
confianza, a pesar de que no tienen los datos y a pesar de que las pruebas dicen
lo contrario, incluso de la Agencia Internacional de Energía Atómica y de los
mismos iraníes (como hemos informado en Revolución). Es decir, el
gobierno de Bush ha tergiversado los hechos y mentido en aras de sus metas
políticas imperialistas, con posibles consecuencias catastróficas para la
gente.
¿Qué está pasando?
¿Por qué mienten Bush, Cheney y el resto de la clase dominante, abierta y
repetidamente y sin vergüenza? No es que son mentirosos empedernidos o
simplemente “políticos mentirosos”. Lo hacen porque son representantes de un
sistema que se ve compelido a cometer atrocidades horrendas y a buscar el apoyo
(o consentimiento) de la población, a pesar de que estas atrocidades no
concuerdan con los intereses más fundamentales de la gran mayoría.
Una cosa que se ve en todo esto es que las presiones y maniobras
estadounidenses hacia una guerra contra Irán no tienen nada que ver,
fundamentalmente, con las armas nucleares. Las mentiras acerca de la condición y
capacidad del programa iraní están en aras de motivos más fundamentales y
estratégicos.
Desde el tristemente célebre discurso sobre el “eje del mal”, y con mayor
urgencia desde la invasión y ocupación de Irak (y el atolladero en que se
encuentra hoy), el gobierno de Bush ha buscado aislar y presionar a Irán y
prepararse para la posibilidad de atacarlo. Los buques de guerra están en sus
costas listos para provocar un incidente. Han lanzado acusaciones de que Irán ha
dado armas a las fuerzas que atacan a los soldados yanquis en Irak. Y la mentira
sobre “armas nucleares” ha sido el pretexto para todo esto. Incluso cuando Irán
señaló que estaba dispuesto a llegar a un acuerdo aceptable a Estados Unidos, el
gobierno de Bush presentó condiciones que sabe que Irán no puede aceptar.
Lo que impulsa todo esto es lo que los imperialistas yanquis consideran su
verdadera necesidad. Los que detentan el poder actualmente han decidido que de
una u otra manera tienen que asestarle un golpe a Irán, y no solo hacer un
cambio en la política de su dirección. A sus ojos Irán (que ha adquirido
influencia y fuerza en la región a la medida que Estados Unidos se ha
empantanado en Irak) es un gran obstáculo en muchos frentes a sus metas más
urgentes en el extranjero: derrotar al fundamentalismo islámico y las fuerzas
yijadistas, reestructurar el Medio Oriente y aumentar su control de toda esta
región volátil. Estas metas no son las falsas ilusiones arrogantes de un puñado
de neoconservadores, sino las metas fundamentales y básicas de la cúpula del
poder de Estados Unidos hoy.
Irán es un estado en el que detentan el poder los fundamentalistas opuestos a
Estados Unidos. Apoya a los movimientos y tendencias islamistas por toda la
región. Sus principales enemigos cayeron en las invasiones estadounidenses de
Irak y Afganistán, y la caída de Saddam Hussein aumentó enormemente la
influencia de Irán en Irak. Todo esto fortaleció su posición regional. Irán
tiene la segunda o tercera reserva de petróleo y gas natural del mundo y domina
la principal ruta petrolera del mundo, el golfo Pérsico. Se ha beneficiado del
aumento del precio del petróleo, y está fortaleciendo sus fuerzas armadas y su
programa nuclear.
El programa nuclear es parte del problema, pero principalmente es un
pretexto para las medidas agresivas del gobierno de Bush en aras de una
agenda mayor. Un Irán con armas nucleares, o aun un “estado nuclear virtual”
(como lo dijo Newsweek el 27 de octubre, basado en una cita de un
funcionario del gobierno iraní que dijo que esta es su estrategia) —sin armas
nucleares pero con la capacidad de elaborarlas rápidamente si se siente
amenazado— cambiaría el balance de fuerzas militares en la región, impediría
seriamente la libertad de Estados Unidos e Israel de iniciar acciones militares
y podría acelerar una carrera armamentista regional desestabilizadora que ya se
ha iniciado.
Lo que ha provocado todo esto es la agresión estadounidense
principalmente. La “guerra contra el terror” ha llevado horrores a los
pueblos del Medio Oriente, los ha indignado y ha empujado a sectores de la
población a apoyar a las fuerzas islámicas. Y es Estados Unidos, con 10,000
armas nucleares y la guerra nuclear como parte integral de su doctrina militar,
que tiene al mundo como rehén nuclear. Estados Unidos abrió la caja de Pandora
de las armas nucleares, construyó las primeras armas nucleares y es el único
país que las ha usado. (ver “¿Quiénes REALMENTE tienen como rehén nuclear al
pueblo del mundo? Por qué hay que parar un ataque estadounidense contra Irán”,
Revolución #109, 18 de noviembre de 2007, en revcom.us)
Peligros, desacuerdos y la necesidad de la resistencia
masiva
Las pruebas de que Bush ha mentido —otra vez— han indignado a mucha gente.
Por otro lado, se percibe que con el nuevo informe el ataque contra Irán está en
suspenso, por lo menos por el momento. Quizás sí, quizás no. Analizaremos esto
más a fondo. Pero de lo que no cabe duda ya es esto: este informe no quiere
decir que prevalece “la razón” y nadie debe tener una sensación de alivio.
Hay mucho que aprender y entender acerca del nuevo informe y el cambio
dramático de lo que decían antes sobre Irán. Los representantes de unos sectores
de la clase dominante han expresado preocupaciones de que una guerra contra Irán
lleve a una catástrofe. Lo que les preocupa no es el bienestar de la humanidad,
ni los horrores que podrían acompañar tal guerra y el posible uso de bombas
nucleares estadounidenses para destruir búnkers iraníes. Lo que les preocupan
son los peligros para el imperio yanqui. Un ejemplo dramático es un anuncio
publicitario publicado en el New York Times el mismo día que salió el
informe sobre el nuevo IIN. Firmado por cuatro ex generales y un coronel,
exhorta a “impedir que el presidente Bush ataque a Irán” porque “Irak ha sido un
desastre en todos los frentes” y un ataque contra Irán podría “poner en peligro
a nuestras tropas y agregar a la conflagración y caos en la región”.
Joseph Biden (un senador de peso, aunque no un candidato importante para la
nominación presidencial del Partido Demócrata) le dijo a una multitud en New
Hampshire el 29 de noviembre: “El presidente no tiene la autoridad de atacar a
Irán unilateralmente, y si lo hace, como presidente del Comité sobre Relaciones
Exteriores, iniciaré un juicio de destitución”.
También hay mucho que investigar sobre por qué y con qué motivos Bush y
Cheney, tras bloquear esta información, permitieron la publicación del informe.
Cheney le dijo a la agencia noticiosa francesa AFP: “Todos compartimos la
creencia de que fue importante publicarlo, de que no se lo podría mantener
clasificado mucho tiempo, de todos modos”. Y Cheney sugirió que el gobierno de
Bush tenía que responder a una brecha de credibilidad como resultado del fraude
sobre las armas de destrucción masiva en Irak. Le dijo a AFP que decidieron
publicar el informe “especialmente en vista de lo que pasó con respecto a Irak y
el IIN sobre las armas de destrucción masiva de Irak”.
El informe, y el anuncio de los generales, podrían ser una pista sobre qué
tan cerca estaba la guerra. También podrían ser una señal de lo intensas que son
las riñas en la clase dominante. Sin embargo, sería un error concluir que Bush y
los neoconservadores han perdido o que una guerra contra Irán ahora no se
vislumbra como verdadera posibilidad. Los neoconservadores ya han iniciado un
contraataque en las páginas del Wall Street Journal, donde han puesto
en dudas las conclusiones del informe. Todos los principales candidatos
republicanos tienen posiciones sumamente belicosas sobre Irán.
Todos los funcionarios del gobierno (tanto demócratas como republicanos),
incluso los que aplaudieron el nuevo informe, dicen que Irán sigue siendo un
peligro para Estados Unidos y repiten las acusaciones incendiarias de que Irán
tenga la culpa de matar soldados estadounidenses en Irak. En este momento, las
fuerzas de la clase dominante que se oponen al programa de Bush sobre Irán no
han presentado un reto a la estrategia mayor de la que un cambio de gobierno en
Irán forma parte. Por ejemplo, un editorial del Los Angeles Times
después de los informes sobre el nuevo IIN decía: “Bush tiene razón cuando dice
que el nuevo informe de inteligencia no requiere un cambio fundamental de
política. Se debe impedir que Irán tenga armas nucleares. La tragedia para la
seguridad de Estados Unidos y la paz global es que Bush ha desaprovechado dos
veces las oportunidades de dirigir este esfuerzo esencial”.
Aunque el nuevo informe haya frustrado los planes en este momento, Bush,
aunque parece afectado por la necesidad de publicar el informe, no cambió su
posición fundamentalmente en la rueda de prensa del 4 de diciembre. Dijo: “Irán
era peligroso, Irán es peligroso e Irán seguirá siendo peligroso si tiene la
información necesaria para elaborar un arma nuclear”. Decirlo así le permite a
Bush atacar a Irán en cualquier momento, dado que no importa si tiene o no un
programa de armas nucleares; tener un programa para enriquecer el uranio es
parte (aunque no todo el proceso) de “la información necesaria para elaborar un
arma nuclear”. Bush condenó a Irán como “una amenaza a la paz”, y destacó: “Mi
opinión no ha cambiado”. Y repitió que está resuelto a aprovechar el tiempo que
le queda en la presidencia para impedir que Irán obtenga armas nucleares. Dijo
que “la mejor diplomacia” es “no descartar ninguna opción”. Al día siguiente
Bush y la secretaria del Estado Condoleezza Rice trataron de retomar la
iniciativa con un ataque contra Irán por no dar a conocer información sobre su
programa nuclear y por reprimir la democracia.
Hay muchos escenarios posibles en la situación actual. Unos 170,000 soldados
yanquis ocupan a Irak, donde Irán tiene mucha influencia. Docenas de buques de
guerra yanquis, con armas nucleares, están en la costa de Irán. El 7 de
diciembre, el periódico inglés The Guardian informó: “Altos
funcionarios del gobierno israelí advirtieron hoy que todavía están considerando
la opción de atacar a Irán, a pesar de un nuevo informe de inteligencia
estadounidense que concluyó que Teherán no está elaborando armas nucleares”.
Toda la región es un polvorín imprevisible, y los imperialistas yanquis
siguen resueltos a mantener su control y, si es necesario, aplastar los retos a
su dominación. Y Bush, que ha dicho repetidas veces que quiere resolver el reto
de Irán antes de que termine su presidencia, podría sentirse más compelido a
atacar. Cualquier incidente, accidental o a propósito, podría ser el pretexto
para iniciar una guerra.
***
El nuevo informe demuestra que Bush ha mentido sobre el programa de
armas nucleares de Irán para justificar la agresión y hasta la guerra de
manera fraudulenta. El hecho de que se publicó el informe indica que
algunas figuras de la clase dominante temen que el plan de Bush de un cambio de
gobierno en Irán conlleve graves peligros para ellos. La situación
tiene muchos peligros para los pueblos de la región y el mundo también.
Todas estas mentiras tienen la meta de tapar la mentira más profunda, que
promueve toda la clase dominante no importa si apoya o se opone a la política de
Bush hacia Irán: que el imperialismo estadounidense es una fuerza por el bien en
el mundo, que lo que motiva sus guerras de agresión es crear un mundo más seguro
y libre, y que los pueblos del mundo se benefician de toda la matanza que
causan. Estas son las mayores mentiras, con que tapan el hecho de que Estados
Unidos es un imperio depredador cuya existencia está basada en el saqueo y
explotación globales, y que arruina y acaba con la vida de millones de personas
cada año por medio de su funcionamiento “normal”. Impone y extiende este saqueo
y explotación por la fuerza militar que, nada más en el caso de Irak, ha llevado
a la muerte de entre 500,000 y un millón de iraquíes y empujado a cuatro
millones más al exilio (mientras Estados Unidos no hace nada para ayudar).
En esta situación tensa y compleja, existe el potencial y la necesidad de
la resistencia política masiva que se zafe del marco establecido por el
sistema, y que represente un reto a toda la agenda de dominación global
estadounidense. Como hemos dicho muchas veces en estas páginas, urge forjar una
oposición visible, resuelta y masiva a todo el programa del gobierno de Bush.
Tal resistencia inspirará a los que viven en el Medio Oriente —que sufren la
muerte y el terror a manos del imperialismo yanqui— a zafarse del marco de las
“alternativas” sin salida del imperialismo yanqui o el fundamentalismo islámico.
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